FIESTA LEÑO – 45 ANIVERSARIO
Brillante revisión de un legado excepcional
Sala Mon, Madrid 21 diciembre 2024
Texto y fotos: Javi G. Espinosa
Un año después de llenar la sala Copérnico (y de quedarse mucha gente en la calle con las ganas) había una nueva oportunidad para disfrutar del homenaje que la banda navarra Leña al Mono hace a los siempre recordados Leño. Esta vez la cita era en la vecina sala Mon, muy cercana a Copérnico pero con un aforo mayor, que de nuevo se llenó con los fieles a la música de Leño. Un público que sigue sumando adeptos cuatro décadas después de separarse la mítica formación, llegando a las nuevas generaciones, con una presencia juvenil en las primeras filas que siempre es muy grata, y garantiza la continuidad de ese legado.
Con puntualidad absoluta, a las nueve en punto arrancaban el concierto con «Este Madrid«, «Entre las cejas» y «No lo entiendo» del tirón, sin pausa ni respiro. Un gran comienzo que anunciaba una noche memorable, en la que el espíritu de esas canciones volvía a recuperarse en vivo por un rato, que es lo que llevan haciendo durante este último año, para recordar el 45 aniversario de la formación de Leño, y de la publicación de su primer álbum.
El repertorio de Leño tiene, en este caso, la ventaja de no ser demasiado extenso, lo que permite tocar casi su totalidad en un solo concierto, aunque por otro lado es díficil decidir qué canciones dejas fuera para no alargarlo demasiado. Y a eso se suma que, si tienes invitados, hay que ver qué temas va a hacer cada cual, y en qué parte de la velada, pero todo ello se fue dando de forma natural, sonando además de manera muy cercana a como sonaban Leño, incluso me atrevo a decir, como sonarían los propios Leño hoy día tocando esas mismas canciones.
El primer invitado en salir a escena fue Juan «Conan» Carmona, cantante de La Leñera, otra banda que lleva muchos años haciendo ese mismo repertorio leñero, que se colgó la guitarra y se puso frente al micro para hacer «La fina«, «Mientras tanto» y «La noche de que te hablé«. Canciones que, después de más de 20 años haciéndolas, probablemente habrá cantado sobre un escenario más veces que el propio Rosendo.
Memorable fue la interpretación de «Castigo«, una canción que debería figurar en cualquier lista de las mejores composiciones e interpretaciones de rock, sin tener nada que envidiar a los grandes clásicos del mundo anglosajón. Canciones así no envejecen nunca, y siempre será una gozada escucharla en un concierto, si quienes la tocan están a la altura, como desde luego fue el caso, aunque no sea fácil seguir esos cambios de ritmo y clavar ese sonido.
El siguiente invitado en comparecer fue Mariano Montero, batería de Rosendo durante lustros, que cogió las baquetas para hacer «Sorprendente» (otra canción que debería figurar por derecho propio en cualquier lista o manual de rock), y ya se quedó para recibir a Edu Pinilla, otro histórico del rock madrileño, quien se colgó su guitarra para recrear «El tren» (y no quiero repetirme, pero otra canción que merece un hueco propio en la historia del rock). Aquí les acompañó además en el bajo Ángel Urbano, hermano de Tony, el ya desaparecido bajista de la banda homenajeada.
Cambiando de formación para cada tema en esta parte final del concierto, volvieron a reunirse los tres músicos de Leña al mono para dar la bienvenida a Txusaco, cantante de Chatarra, que puso voz a «Insisto«. El penúltimo invitado era otra figura muy cercana al círculo de Leño: Rafa J. Vegas, bajista de Rosendo durante largos años, que estuvo tocando en otros tres himnos, como son «Cucarachas«, «¡Qué desilusión!» y «Que tire la toalla«, en un final animado por los coros de Conan y Susana, asistente de la banda de Iruña.
Un breve respiro y vuelta para rematar la fiesta, con Alberto, de Boikot, acompañando el «No se vende el rocanrol» antes de acabar todo el mundo subido al escenario para despedirse con la que, por encima de todas las demás (y mira que Leño hicieron buenas canciones, por si no lo había dicho), es su canción, la canción. Esa que no debe haber una sola persona en España que no la conozca, aunque sea por las orquestas que tocan en las fiestas, o hasta por los karaokes. Si Pepe Risi decía que un concierto de rock no es un concierto de rock si no suena «Johnny B. Goode«, casi podríamos decir lo mismo de «Maneras de vivir«, probablemente el mayor himno del rock en castellano.
Por siempre Leño. Que nunca se pierda ese legado magistral, una carrera breve pero intensa y realmente brillante.