SIDONIE
Sidonie empapó con su música la Villa de Parla
Fiestas de Parla, Recinto Ferial
09/09/2023
Texto: Dávid Gallardo
Fotos: Álex García Fotero
En esta casa en la que esa nueva canción de Sidonie lleva 48 horas en bucle, en esta casa que ha regresado de Parla empapada con el pequeño dormido y en brazos desde la mitad del concierto. En esta casa donde el pop es lo más sagrado junto a Ozzy Osbourne mordiendo murciélagos. Aquí, en esta casa, a partir de ahora, ya no se sale más por culpa de Sidonie, que nos hizo salir hasta donde se tuvo que salir, donde fuera. También es verdad que, como suele pasar con gente como nosotros, no hace falta insistir demasiado. No en vano, somos flojos de pantalón de salida fácil. Ponemos cara de fastidio y acto seguido estamos subidos a la barra taconeando sobre vasos ajenos.
Porque unos buscan tornados (qué mala la peli esa de ‘Twister’, lo único bueno, el temazo de Van Halen), nosotros bolacos. Anoche en el recinto ferial diluvió, relampagueó, tronó y, por encima de todo, triunfó el pop. Un sábado con Sidonie en Parla no se empata. Con ese ambiente verbenero y desenfadado que tanto les pega, que ellos tan bien potencian. Puede que no fuera el concierto de nuestra vida (puede) pero, desde luego y esto no se discute, estuvo lleno de vida. Hoy estamos tan vivos que tenemos ganas de potar. ‘No salgo más‘ resulta ser la canción que en esta casa no sabíamos que necesitábamos y ver a los de Barcelona en este contexto ferial lo que sabíamos que necesitábamos. Esto sí y la alineación astral provocó un buen chute a lo Uma Thurman de bilirrubina pop. Me sube la bilirrubina pop.
«Gran prueba de sonido», dijo divertido Marc Ros a la concurrencia que estaba, pues eso, atendiendo a la prueba de sonido. Algo inimaginable en otro tipo de concierto, algo por lo que algunos grupos guiris cobran (y mucho) al fan para exprimirle ese poquito más. Pues mirad, aquí, por la cara. Cae una guapa manta de agua en el interludio, hay cierta incertidumbre pero el sábado noche se impone por decreto. Ya que hemos salido, no va a ser tan fácil meternos de vuelta en casa. La lluvia torrencial (con los chubasqueros olvidados en el coche) es un estado mental. ¿Qué más da? Nunca volverá a ser 9 de septiembre de 2023 aquí, donde estamos. Confiamos y a la hora señalada la lluvia se va. Es magia, pero pues claro.
‘Fascinado’, ‘Me llamo Abba’, ‘Bailemos’ y la también reciente ‘Cedé’. Pues ya estaría. Hemos visto tantas veces a Sidonie que ya sabíamos que iba a ser así. A veces cuesta salir, pero hay que salir. Están muy guitarreros, además, más que en algunas otras épocas con otros rollitos. Ahora funciona más que nunca la fórmula estrofa, estrofa, puente, estribillo, estrofa, puente, estribillo. Está toda esa intención ramoniana o de los Bay City Rollers (cuya canción más popular es, efectivamente, ‘Saturday night‘, sin duda referida a este nuestro). La banda, verbenera de por sí, está un puntito más desinhibida incluso, empapada del ambiente en una noche con la responsabilidad justa. Todos sabemos donde está la presión y donde no está: esta noche no está, de manera que la cosa sencillamente fluye.
Más. ‘Siglo XX’, ‘Por ti’, ‘En mi garganta’, ‘El peor grupo del mundo’. Se suceden los acontecimientos pop en forma de canción. Cada minuto importa un poquito menos lo que suceda fuera de este recinto ferial. Me fijo un poquito en Axel porque siempre me ha encantado la forma de menearse desde la batería, empujando todo el rato con su contoneo hacia adelante. Es hipnótico. Parece que está subiendo el Tourmalet, es un poco así, pero en realidad está haciendo avanzar a todo el pelotón que tiene delante y en el que se adentra Jess, bajo en ristre, en ese momento más psicodélico pero igualmente guitarrero que es ‘El bosque’.
‘Verano del amor y un cóctel molotov’ es una consigna que merece estar en las camisetas del puesto de merchandising (tenemos una nueva en casa, claro que sí, azul sin mangas, to chula… apoya a tu banda local, nunca sabes cuantas veces te salvará la vida). ‘Un día de mierda’ puede que tenga la mejor letra de la historia del pop español o, por lo menos, la más divertida (y real). Marc, que no para de hablar y de disfrutar, es quien se baja en esta ocasión a darse un paseo entre la concurrencia parleña a hombros de un miembro de su equipo). Lo que nos gustan estas cosas, eh, es que nunca falla un buen paseo entre la gente. Luego ‘Maravilloso’ pone fin al set principal, aunque todavía quedan unos cuentos pildorazos más.
Es a tener muy en cuenta el repertorio que ha ido levantando Sidonie desde 1997. Recordemos que el trío barcelonés es uno de esos grupos que más tiempo llevan, 26 años ya, tocando siempre con sus tres miembros originales y sin cambios (lógicamente apoyados por otros músicos distintos según cada etapa). Recuerdo cuando los escuchaba con Pedreño, un amigo de Europa Press tristemente fallecido hace un par de años (fue noticia) porque se topó con un kamikaze yendo a trabajar a Telemadrid. Nosotros íbamos, tan llenos vida, escuchando ‘On the sofa’, de Sidonie, claro, a principios de siglo de un tema a otro. Él como camarógrafo, yo como intento de intrépido reportero que nunca seré.
Vaya para Pedro, quien nunca jamás dijo que no volvería a salir, este bis que arranca con ‘My generation’ de los Who y que sigue con ‘El incendio’. Las guitarras son esta noche, definitivamente, las que dan el paso al frente, aunque ‘Carreteras infinitas’ lleve otro puntito más para otro lado. Estribillos coreables todo el rato, en cualquier caso, himnos de nuestro tiempo encadenados. Decía Jesucristo supuestamente aquello de que allí donde dos de vosotros se junten bla bla bla… Lo que fuera que dijera es lo que pasa cuando suena ‘Estáis aquí’. Allí donde quiera que suene esta canción estaremos siempre todos los que alguna noche salimos por culpa de Sidonie. Un fin de fiesta de perfecto pop justo antes de que diluviara muchísimo más que la primera vez. La música detuvo al temporal.
Anoche salimos, en definitiva. Y este domingo soleado después de la tormenta de verano comentábamos lo acertada de nuestra decisión. Porque nos gustan. Es que queremos a Sidonie. Porque van ya muchas veces y porque siempre sientes con ellos que todo está bien. Siempre diré que sus canciones son sintonías perfectas para las series de dibujos animados que veíamos de niños en los ochenta y que por eso transmiten esa fantasiosa vitalidad infantil que todos ansiamos recuperar desde el desencanto de la edad adulta. Bandas sonoras que cantabas cuando no sabías qué sería eso de ‘salir’ que hacían los mayores y que sigues recordando ahora que ya estás fuera del mercado de la noche porque, es verdad, no quieres salir más pero te dejas liar. Pero como hasta el after no es salir, es solo bajar a tomar algo, está todo controlado.