SEX MUSEUM – INVERFEST 2023
Vuelta a las tradiciones familiares
El Sol, Madrid 6 Enero 2023
Texto y fotos: Javi G. Espinosa
Hacía ya tres años que las Navidades no eran lo mismo. Igual que, cuando empieza el año, toda la vida eran inevitables el concierto de la Filarmónica de Viena y los saltos de esquí desde Garminparkenkirschen, o como se diga, desde hace tiempo era tradición que las Navidades en Madrid se terminasen (al menos para un oscuro y fiel grupo de amantes del rock enérgico y sudoroso) con el esperado concierto de Sex Museum en la sala El Sol – en esta ocasión, encuadrado en la programación de Inverfest.
Como el turrón y los estudiantes, volvían a casa por Navidad, pero para ponerla fin, y con ellos sabíamos que habían acabado las fiestas, y que volvíamos a la vida habitual de celebraciones en las salas de conciertos. Durante un par de años estas fechas han sido muy extrañas (por muchas circunstancias, naturalmente) pero al fin llegó el reencuentro familiar. Y es que los conciertos de Sex Museum, especialmente aquí en El Sol, son literalmente familiares, y no sólo por la familia de sangre de los propios músicos, siempre presentes (algunos de sus hijos empezaron acompañándoles en las giras cuando aún llevaban pañales, y ahora hace años que hasta comparten escenario con ellos, abriendo sus conciertos como invitados con sus propias bandas), sino también por la reunión de mucha gente que les sigue, algunos desde hace unos años y otros desde los 80 o los 90, pero que han acabado siendo, más que simples seguidores, personas cercanas y en muchos casos verdaderos amigos que son ya familia también.
La sala estaba absolutamente llena, con todo el aforo vendido y gente intentando conseguir alguna entrada en la puerta, y las ganas de volver a celebrar con ellos este verdadero comienzo de año eran muchas. El recibimiento fue de lo más caluroso, y el concierto arrancó con la fuerza y las ganas que siempre le ponen esta gente, arropados por toda esa comunidad de familiares, allegados y devotos. Todo bien. O eso nos parecía a casi todos, pero ya se sabe que en las reuniones familiares, y más en estas fechas, siempre puede haber quien discrepe y surjan los roces, que aunque también hagan el cariño a veces pueden hacer aflorar las tensiones. Que si me habéis hecho bajarme la guitarra, que si mañana me voy al local yo solo a poner el ampli a tope, que si la culpa es de este o del otro, o de aquellos dos… Lo mejor fue lo de «yo ya tengo la típica edad en que no me callo las cosas», dicho por alguien que lleva casi cuarenta años diciendo lo que le da la gana desde el escenario, o desde cualquier micrófono que tenga a mano. Genio y figura.
En fin, pequeños alicientes que sirvieron para animar un poco más una fiesta donde había mucho que celebrar y poco que discutir. Allí estábamos a lo que estábamos: a disfrutar del esperado reencuentro. Y así lo hicimos durante más de hora y media. A falta de material nuevo que estrenar, repasaron temas de todas sus épocas y recuperaron algunas versiones ya históricas, de las que hace tiempo incorporaron a su repertorio y a las que han imprimido su sello personal.
Un concierto intenso y memorable, a la altura de este reencuentro con la afición madrileña. Se echaba de menos, y lo pasamos muy bien, así que habrá que mantener la tradición.
Ah, y a los Reyes les hemos pedido que la próxima reunión sea ya con disco nuevo. Habrá que portarse bien, a ver si nos lo conceden.