21/09/2022 Wizink Center, Madrid

Texto y Fotos: https://www.instagram.com/alexgarciafotero/

 

Sin la usual preventa de un año o más, que se ha puesto tan de moda, Arcade Fire agotaron las 12.000 entradas puestas a la venta para la noche de ayer en Madrid, sin grandes campañas de publicidad ni similares, demostrando que “escándalos” aparte, el público está con la música.

 

Los de Canadá llegaron a la capital para darlo todo. Dos escenarios y un montaje digno de cualquier concierto de estadio o festival, escenografía muy visual e impactante (muchos guiños a Waters) y sobre todo pasión, mucha pasión y ganas de pasarlo bien.

 

 

Qué mejor manera de empezar el concierto atravesando de punta a punta la pista del wizink para llegar en volandas a un escenario en forma de media luna, donde comenzar con toda una declaración de intenciones con la enternecedora Age of Anxiety I y enloquecer a los asistentes con los primeros acordes Ready to Start. La propuesta ya estaba sobre la mesa, ahora sólo que había mantenerla o superarla, y Arcade Fire se vinieron arriba, muy arriba y lanzaron Neighborhood 1 (tunnels) sobre nosotros.

 

El Wizink enloquecía, se convirtió en una pista de baile con su bola a lo Fiebre del Sábado Noche donde los asistentes bailoteaban y cantaban los temas que uno tras otro se superaban. Si algún entendidillo de esos que dicen hacen entrevistas en exclusiva, algún día quiere dar un master de cómo realizar un concierto de menos a más, que ponga éste de ayer cómo ejemplo.

 

 

Se sucedieron Put Yur Money on Me, Afterlife, Reflektor y Age of Anxiety II  para dar paso a Lighting I y II y Rebelion (Lies) delicia musical para nuestros oídos.

 

Momentos de relax, de recargar pilas con Here Comes the Night Time,  Modern Man y The Suburbs. Para pasar a la traca final con Sprawl II (Mountains Beyond Mountains), Unconditional I (Lookout Kid) y atraparnos cual garra de oso y no soltarnos hasta Everything Now que sirvió de despedida antes de los bises. Comunión total entre público y grupo. Tema perfecto para concluir un concierto e irnos todos tarareando a casa, pero no, eso sería un error con Arcade Fire, pues será por “himnos” pegadizos de los de Canadá.

 

 

Y la vuelta fue al escenario pequeño, ya usado por Win y Régine antes de los bises, pero ahora adecuado para el grupo al completo. Así que los 9 integrantes de la banda se “empaparon” de la cercanía del público para sus últimos temas, que no por esperados dejaron de ser épicos. End of Empire I, III y IV (Sagittarius A*) y la bomba de la noche Spanish Bombs de The Clash, y con el público entregado, enloquecido, revientan el Wizink con Wake Up. Ahora si que teníamos himno que tararear de camino a casa.

 

Arcade Fire demostraron en Madrid, una vez más, que están más vivos que nunca, y que musicalmente va a ser difícil hundirlos.

Y cómo llegaron se fueron, paseando y cantado entre el público, chocando manos y dando abrazos, sabiéndose triunfadores de la noche.

 

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