ANA CURRA – 40 años de El Acto
Memoria eterna de una obra inmortal
Shoko, Madrid 9 Abril 2022
Texto: Javi G. Espinosa
Fotos: Álex García y Chema Pérez
Han pasado cuarenta años desde su publicación, pero las canciones de ese disco imperecedero que es «El Acto» siguen palpitantes, sonando necesarias y urgentes, sangrando versos y melodías incandescentes que no se apagan. Algo hay en esas canciones que, aunque tal vez no alcancen nunca a las mayorías, porque nunca fue esa su intención, siempre seguirán llegándole a mucha gente. Y a quien le llegan, le llegan muy hondo, y ahí se le quedan ya de por vida.
Ana Curra, la más digna y legítima depositaria de ese legado desde la muerte de Eduardo Benavente, sigue manteniendo viva la llama, convocando a concilio a vivos y muertos cada vez que hay motivo de celebración para una reunión. Después de un glorioso paso por Barcelona una semana antes, el aquelarre se convocaba de nuevo en Madrid y allí acudieron respondiendo a la llamada multitud de almas, muchas de ellas llenando la sala con sus cuerpos terrenales y sudorosos desde las primeras canciones, pero también otras muchas intangibles y etéreas, pululando a su capricho y hasta manifestándose en el escenario para juguetear con los instrumentos, dejando constancia de su presencia y agradeciendo que les tengamos en el recuerdo.
La primera parte del concierto, precedida por la solemne entrada en escena que acostumbra a hacer la siniestrísima oficiante, se centró lógicamente en estas canciones inmarcesibles, comenzando con la que daba nombre al disco. Y no iban a tardar en aparecer los artistas invitados que se habían anunciado, viejos camaradas de siempre y secuaces en diferentes aventuras, empezando por César Scappa, parte de la historia de Parálisis Permanente desde antes de su comienzo, que se marcó un sorprendente homenaje a Iggy. Enseguida se unieron al ritual Jose Battaglio y Manolo Uvi, reviviendo esa formación que ya resucitó este cancionero junto a Ana hace ahora diez años, para rematar juntos ese primer bloque de recuerdo con tres temas demoledores.
Pero no todo iba a ser mirar al pasado: Curra no ha parado de componer en los últimos tiempos, con una mirada tan lúcida como poco esperanzadora sobre los nefastos momentos que nos va tocando vivir y sus tristes consecuencias, una visión oscura pero realista sobre la triste condición humana. Temas muy recientes como «Hiel» y «Aphrodita la Monarca» sonaban por primera vez en directo aquí, desde frecuencias sonoras distintas a las del pasado pero encajando perfectamente con ese repertorio antiguo, al que volveríamos para la parte final de la liturgia.
Contaron para ello con la presencia de un último invitado, Berdi, que sumó su guitarra afilada a la de Iñaki Rodríguez, al contundente bajo de Pilar Román y a la brutal batería de Iván Santana, las tres piezas vitales que forman la actual banda de Ana, para una desescalada que fue invirtiendo el sentido del tiempo, retrocediendo de nuevo hacia el pasado a través de todas las encarnaciones artísticas de Curra, entre temas propios y ajenos, para acabar otra vez en un frenético baile final a cuyo término todas las almas reunidas se despidieron hasta la próxima reunión. Quizá para entonces algunas de ellas se habrán despojado ya de la carga de sus cuerpos mundanos y podrán así acudir libres de ataduras y compromisos, pero seguro que habrá nuevos cuerpos que sumen las suyas a la cofradía, a esa comunidad que nunca dejará de crecer.
Repertorio: El Acto / Vamos a jugar / Nacidos para dominar / Te gustará / Esa extraña sonrisa / Down in the Street / Sangre / Quiero ser Santa / Tengo un pasajero / Hiel / Aphrodita la Monarca / Aprendiz de Bruja / Ghost Rider / Heroes / Ratas / Pájaros de mal agüero / Quiero ser tu perro / Jugando a las cartas / Todo el mundo / Unidos // Adictos a la lujuria / Autosuficiencia / Un día en Texas