091

Después de su inesperado regreso con aquella Maniobra de Resurrección que les devolvió a los escenarios, 091 decidieron que la reunión debía tener continuidad, y materializarse también grabando canciones nuevas. El año pasado se pusieron a ello y, pese a que ya pudimos verles de nuevo en directo, no llegamos a poder disfrutar de los nuevos temas que estaban cocinando. Es ahora, después de publicar a finales de año el nuevo disco (que lleva el inspirado e irónico título de «La otra vida«), cuando los cero se han puesto de nuevo en la carretera para presentar esas nuevas composiciones. Y lo primero que hay que resaltar es que, pese a ser nuevas, han encajado perfectamente en su antiguo cancionero, hasta el punto de integrarse de forma totalmente natural en el repertorio de los granadinos.

La gira comenzaba en la sala Joy Eslava de Madrid, y se agotaron tan rápido las entradas para ese primer concierto que enseguida se programó un segundo recital – que tampoco tardó mucho en vender todas las localidades. Como era de esperar, abrieron la velada con el mismo tema que da inicio al disco: «Vengo a terminar lo que empecé«, otro título tan oportuno como el del álbum, que marca este regreso entendido como continuidad, aunque haya pasado mucho tiempo por medio. Y siguió «Condenado«, uno de los temas más enérgicos del nuevo trabajo, convertido ya también casi en himno por la afición, que demostró venir con la lección bien aprendida: las voces del público se sumaban a la del cantante, que en varias ocasiones hasta se desentendió del micro para dejar a la gente sola entonar unas letras que casi todo el mundo se sabe a la perfección, incluidas las de los nuevos temas.

Así fueron alternando los viejos himnos con las nuevas grabaciones, aunque como decimos costaba diferenciar éstas de aquellos a juzgar por la respuesta de la audiencia, puesto que todas eran celebradas por igual. La banda sonó tan bien como lo ha hecho siempre, ya fuera en los viejos tiempos o en las recientes reuniones. 091 siempre han sido una maquinaria musical perfecta sobre el escenario, y se pueden permitir revisar sus propias temas haciendo a veces variaciones, en esta ocasión bajando de revoluciones un poco algunos, como por ejemplo «Huellas«, pero sin que perdiese su intensidad ni su emoción. En cambio, recuperaron la primitiva versión eléctrica, con banda completa, de «La canción del espantapájaros«, que desde su reunión solían hacer en formato acústico reducido.

Agradecidos por el calor y el cariño con que se les pidió que volvieran durante veinte años y por la acogida que se les sigue dando en esta otra vida, la banda fue generosa y salió a escena dos veces después de haberse despedido, la primera acompañados del productor del disco, su amigo de largos años François Pandolfi, Frandol, que tocó con ellos la guitarra acústica en «Leerme el pensamiento«, una de las pocas canciones recientes que les quedaban por estrenar en esta presentación, donde sonó el nuevo disco prácticamente entero – salvo un par de temas. Como decíamos, volvieron a salir una segunda vez para despedirse, ya de verdad, con dos de sus clásicos mas celebrados, redondeado un soberbio concierto de dos horas que dejó felices a todos los asistentes y demostró que, si ellos quieren, tendremos a los cero para rato.

Setlist: Vengo a terminar lo que empecé / Condenado / El baile de la desesperación / Zapatos de piel de caimán / Mañanas de niebla en el corazón / Naves que arden / Este es nuestro tiempo / Huellas / Tormentas imaginarias / Cartas en la manga / Por el camino que vamos / La noche que la luna salió tarde / En la calle / Al final / Un cielo color vino / La canción del espantapájaros / La torre de la vela / La calle del viento // Soy el rey / Leerme el pensamiento / Esta noche / ¿Qué fue del siglo XX? // Otros como yo / La vida qué mala es