HOMENAJE A ROD STEWART & THE FACES
Una noche irrepetible e inolvidable
Texto y fotos: Javi G. Espinosa
24 Octubre 2019, Cool Conciertos (Madrid)
Se cumplen 50 años desde que unos renovados Faces (tras dejar de lado el «Small» con la marcha de Steve Marriott) publicaban su primer álbum con Rod Stewart como cantante y Ronnie Wood a la guitarra, y para celebrarlo se anunciaba un homenaje en Madrid con un atractivo cartel, lleno de nombres ilustres, revisando el cancionero de la banda y de Rod en solitario.
Con una banda base de lujo y un buen número de invitados a lo largo de la noche, la diversión y el buen nivel musical estaban asegurados. Arrancaron la velada Ventura, con Josu García al frente, haciendo un par de temas en formato acústico, para dar paso al carrusel de músicos que se irían sucediendo sobre el escenario durante toda la velada. Como director de orquesta se mantuvo en escena casi todo el rato el bajista Mac Hernández, con un look de lo más apropiado (incluyendo unos preciosos zapatos recién estrenados, muy Ian McLagan, según él mismo nos dijo). Le acompañaron la mayor parte de la noche Koke Santos a la batería, Pinel a los teclados y Nata al saxo, junto con las guitarras de Jose Funko y Pablo Pérez, aunque la entrada y salida de músicos en cada canción hizo que la formación fuese distinta para cada tema.
El primer cantante en hacer su aparición fue Pau Monteagudo (Uzzhuaïa), acompañado por la voz de Aurora García y la guitarra de Laura Solla (Gallos), que sorprendió con el «Rocks» de Primal Scream, un tema con resonancias muy stonianas pero que también es deudor de ese espíritu guitarrero y gamberro que los Faces personificaron como pocos, y del que el propio Rod grabó una versión en su día. Sin apenas respiro, Pau se lanzó también con «Three Time Loser«, el corte que abría «Atlantic Crossing«, caldeando ya un ambiente que no decaería en toda la velada. Los siguientes invitados eran Atraco: Diego en el micro y Javi a la guitarra atacaron el «I Feel So Good» de Big Bill Bronzy que grabaran los Faces para su «Long Player«, con Antonio «Pax» a la batería, quien se quedó también para un furioso «Too Bad«, donde la voz la puso Adri, de Desvariados, en uno de los momentos más salvajes de la noche.
Seguía el desfile con el regreso de Laura Solla y la aparición de Nacho Carballo (Gallos) a la voz y la guitarra en la imprescindible «Miss Judy’s Farm«, otro momentazo de los muchos que se produjeron a lo largo de la noche. A continuación, la maravillosa voz de Nat Simmons recreando el «Maybe I’m Amazed» de McCartney, otra de las versiones habituales en los directos de los Faces, puso un poco de calma en la tempestad guitarrera. Y después era el turno de Momo Cortés, que asumió el protagonismo vocal enganchando «Sailing» con «The great pretender«, ese curioso punto de encuentro entre Rod y Freddie Mercury.
Y tocaba empezar a bailar de nuevo, con la entrada en escena de Toño (The Soul Jacket) para hacer la discotequera «Da Ya Think I’m Sexy«, a la que siguió «I’m Losing You«, con Pau sumándose de nuevo en las voces y Ruth Pinel en los teclados. La fiesta no decaía, sino todo lo contrario: la recta final empezaba a enfilarse cada vez con más artillería. Carlos Tarque se subía a escena para cantar esa «Maggie May» que resulta ya casi tan familiar en su voz como en la de Rod (aunque la cantase en inglés en esta ocasión). Las guitarras de Nico Álvarez (Burning) y Dani Álvarez y el bajo de Utah (The Right Ons) acompañaron a Tarque en uno de los más grandes clásicos de los Faces, al que sucedió otro gran clásico, éste de Rod en solitario: «Hot Legs» hizo subir aún más la temperatura en la sala, con las voces Aurora y Pau acompañando a Carlos en otro momento cumbre de la noche (que a estas alturas iban siendo ya unos cuantos).
Turno de Los Zigarros, que comparecieron al completo, y acompañados por Julián Maeso, para encargarse de otras dos versiones muy ligadas desde siempre a los Faces, como fueron «Twistin’ The Night Away» y «Sweet Little Rock’n’Roller«, contando en la segunda con la presencia y la voz de Aurora. Y no había ya otra forma de despedirse que con una monumental versión de «Stay With Me«, con la mayoría de invitados sumándose al fin de una fiesta que hubiésemos querido que no terminara nunca. Una noche inolvidable e irrepetible celebrando el legado musical y festivo de aquellos jóvenes británicos que supieron divertirse como nadie, dejándonos además un buen puñado de himnos para la banda sonora de nuestras vidas.