TEQUILA: LA REVOLUCIÓN DEL ROCK ESPAÑOL
Efe Eme publica la obra definitiva sobre esta mítica banda
Texto: Javi G. Espinosa
Dentro de su serie de cuadernos especiales que Efe Eme va publicando de forma paralela a sus números trimestrales, esta vez han querido acercarse al mundo de una banda que alcanzó un éxito inusitado y que sentó las bases de una manera de hacer rock en este país, y además en nuestro idioma y contando historias cercanas con las que cualquiera podía identificarse: los imprescindibles Tequila.
En esta obra coral, Juan Puchades comienza imaginando cómo podría haber continuado la historia de Tequila si no se hubiesen separado. Y así, de pasada, cómo hubiese cambiado con ello la historia de la música española en estas últimas décadas. El resultado es, cuanto menos, sorprendente. Un ejercicio nada frívolo ni banal, en realidad más bien una imaginativa manera de dejar clara la importancia de la banda (y de sus componentes por separado) en la evolución de nuestro panorama musical.
Siguiendo esa senda de dejar claro desde el comienzo quiénes fueron (y seguirán siendo) Tequila y su importancia más allá de modas y estilos, Diego Manrique hace especial hincapié en su papel como catalizadores de la normalización del castellano para hacer rock de manera natural en nuestra propia lengua – algo a lo que también contribuyó de forma significativa su paisano Moris.
Más visceral y despiadado se muestra Julio Valdeón reivindicando su originalidad y su frescura, el personal estilo que la banda desarrolló en un momento en el que en este país, abierto por fin al cambio y la renovación, había más entusiasmo que talento y más posturas dogmáticas que verdadera calidad musical.
Una detallada cronología y un repaso a sus influencias más palpables y evidentes nos terminan de poner en situación antes de afrontar el relato en que César Prieto recorre las andaduras de la banda en sus primeros años y cómo fueron abducidos por la industria musical como ídolos juveniles, lo que supuso que la mayoría de sus seguidores originales renegaran de ellos.
Jesús Ordovás, siempre testigo privilegiado de los grandes acontecimientos, cuenta de primera mano aquellos comienzos, con testimonios de los propios protagonistas.
José Miguel Valle analiza, desde una perspectiva social, política y cultural – con especial atención al panorama musical, lógicamente – la España de la transición, en la que Tequila aterrizaron, vieron, vencieron y se agotaron. El rock empezaba a ser aquí una religión, una manera de ser y de vivir, ya sin el peligro de ser arbitrariamente agredido o detenido por tus gustos o tu aspecto, y ya estaba claro que para vivir aquello no había solamente un camino.
Especialmente interesantes y reveladoras son las entrevistas hechas expresamente para este libro a los tres supervivientes, donde cada uno cuenta su visión desde la perspectiva del presente. Y es significativo cómo muchos hechos y datos son indudables y todos coinciden en darlos por buenos, mientras en otros casos la memoria es frágil y hasta selectiva. Lógicamente, las tres entrevistas se hicieron por separado y por distintas personas – incluso en alguna de ellas se hace referencia a las otras.
Seguramente la más cruda, y tal vez la más sincera, sea la que Carlos H. Vázquez mantiene con Felipe Lipe (la primera que se hizo, y la primera en el libro), que no se corta un pelo al contar los cuándos, los cómos y los porqués, sin eludir los asuntos más personales o escabrosos cuando el entrevistador los plantea sin ambages. Más amable se hace la charla entre Arancha Moreno y Ariel Rot, un poco envuelto aún en la nube de su triunfal concierto gratis en la Plaza Mayor de Madrid en la misma víspera, y que sí rehúsa entrar en ciertos charcos quitándoles importancia. Algo parecido pasa con Alejo Stivel, a quien Juan Puchades entrevistó pocos días antes, previamente a ese bolo en las Fiestas de San Isidro: muchas partes de la historia coinciden y encajan en la visión del resto, pero otras quedan en contradicción según quién las cuente. Su memoria parece tener también muchas lagunas, quizás condicionadas por algo más que el paso del tiempo. Como dice el propio Alejo en esas mismas páginas: «siempre hay mezcla de realidad y ficción, y a veces los mismos compositores no sabemos dónde está la ficción y dónde la realidad, y nos creemos la ficción y negamos la realidad». Pues eso.
África Egido aporta otra visión, centrada en que las despedidas, anunciadas o no, al final nunca lo fueron de verdad, porque siempre está la posibilidad de volver, y porque la música al final siempre se queda.
Se recupera el reportaje que Juan Puchades hizo acompañándoles a un concierto (ida y vuelta) en la furgoneta durante su primer regreso, publicado en su día en Efe Eme, una pequeña road movie de la banda en acción, muy diferente sin duda a sus desplazamientos en su época dorada.
Hasta Domingo J. Casas aporta su memoria y su pluma (además de una buena parte de las fotos que ilustran la obra, como es natural), recordando su relación con los miembros de la banda a lo largo de los años, aunque curiosamente nunca llegó a retratar en vivo a la formación clásica.
No podía faltar en tan exhaustivo repaso a la obra y milagros de Tequila una concienzuda revisión de su discografía, incluyendo los cuatro primeros álbumes pero también rarezas, recopilaciones, aquel homenaje titulado «Mucho Tequila!» y, claro, su reciente grabación en directo con la que dicen que se despiden.
Quien sabe si ese «Adiós, Tequila!» será para siempre. En cualquier caso, como dice Juanjo Ordás en el epílogo del libro, aunque ellos no regresen sus canciones siempre seguirán ahí, en la memoria colectiva, lo que les hace de alguna manera ya inmortales.
En resumen, un documento imprescindible para los seguidores y para quien quiera conocer mejor a la banda, y muy interesante para quien quiera saber cómo estaban cambiando las cosas en este país hace cuarenta años. Un completo repaso a la carrera de Tequila y a las circunstancias en que se formaron, triunfaron y desaparecieron, y cómo volvieron a despertar cuando casi nadie lo esperaba, con la banda de nuevo en activo pero diciendo que ahora sí se acabó, de verdad. (¿De verdad?).