JORGE MARTINEZ. CONVERSACIONES ILEGALES – Carlos H. Vázquez

Un breve repaso de Jesús Ordovás a los incendiarios comienzos de Ilegales y a los insobornables principios de Jorge, y una glosa del personaje y del músico – desde la admiración adolescente hasta su ya larga amistad – a cargo de Igor Paskual, sirven de preámbulo a este libro de conversaciones editado por EfeEme (el primero de su autor, Carlos H. Vázquez, avalado por una extensa experiencia previa en el género de la entrevista) con un personaje tan inclasificable como singular. 

Jorge Martínez da para mucho, para unos cuantos libros, o para una serie de televisión si se quiere (ahora que están tan de moda), pero aquí se condensa su carrera artística y su filosofía vital a través de varios encuentros, cara a cara y sin tapujos, donde Jorge da rienda suelta a su vehemente pero bien medida verborrea a la vez que también nos revela al tipo amable, culto y educado que hay tras ese inquietante aspecto de vampiro, mefistofélico y peligroso, capaz de barbarizar de forma arrogante e insolente pero también de crear tantas y tan memorables frases lapidarias como ningún otro autor contemporáneo.
Estructurada en treinta breves capítulos que se van devorando con avidez, la obra supone un testimonio de primera mano sobre las múltiples vidas y obras de un individuo curtido y autosuficiente pero dotado de una gran sensibilidad, que puede ejercer de ángel o demonio, comportarse como un caballero o un delincuente, que ha ido de lo excesivo a lo genial, casi siempre sin término medio, y sin plegarse nunca ante modas ni otras servidumbres. No se arrepiente de nada y hasta se desmitifica a si mismo repetidamente, en un ejercicio, más que de honestidad, de lucidez, incluso de clarividencia. Y es que Jorge es sin duda una de las cabezas más brillantes de nuestro panorama musical y cultural, pero (no nos quedemos en el chiste fácil) sobre todo por dentro: se muestra como un excelente conversador y posee unos conocimientos casi enciclopédicos que maneja con total solvencia y soltura, tan perfeccionista como exigente (con él mismo, y con todo el que le rodea), que sabe muy bien lo que quiere, y es capaz casi de cualquier cosa para conseguirlo.

No faltan las anécdotas impactantes y jugosas (algunas muy divertidas, otras hasta trágicas y sin gracia ninguna) y los recuerdos sorprendentemente precisos que Jorge atesora de vivencias ya remotas, desde su más tierna infancia hasta sus más desfasados episodios etílicos y tóxicos. Una vida larga, pero sobre todo intensa.
Como remate, un repaso a la discografía completa de Jorge con Ilegales y Los Magníficos, y un doble epílogo donde Edu Galán recrea el poco alentador panorama social de la época en que Ilegales echaron a andar mientras Andrés Calamaro declama su particular loa a este personaje casi homérico, al que seguramente, en algún momento, casi todos los que le admiran se han querido parecer.