THE FLESHTONES

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DIVERSIÓN ASEGURADA PARA TODAS LAS EDADES
Texto y fotos: Javi G. Espinosa
12 Abril 2019, Sala 0 (Madrid)

Una vez más, los Fleshtones son fieles a su cita con el público español y vuelven a recorrer nuestro país montando sus habituales fiestas (por algo se les llama también por aquí, familiarmente, Los Fiestones), ya que sus apariciones en directo nunca se limitan a subirse al escenario para tocar canciones sino que, antes, durante y después del concierto, interactuan y se mezclan con sus seguidores: brindis, guiños, besos e incontables incursiones entre la afición se repiten como parte del ritual de esta banda en vivo, consiguiendo una cercanía genuina que muy pocos grupos consiguen.

En esta ocasión hay que decir que la asistencia no fue masiva y la sala no presentaba el aspecto abarrotado que suele tener en otras visitas a Madrid, pero todos los asistentes se concentraban delante del escenario, deseando no perderse un detalle y ser partícipes de la fiesta de principio a fin. Después de charlar y alternar con buena parte de los presentes, Peter Zaremba hizo su aparición en escena junto con el resto de la banda, descargando sin reservas toda su energía desde el primer minuto.

Con el huracán desatado, no quedaba más opción que meterse en su centro y dejarse llevar por su contagioso espíritu festivo para disfrutar de la velada. Peter es el principal animador al frente del micro la mayor parte del tiempo, pero también se pasa a los teclados y la armónica de vez en cuando y deja espacio para que Keith Streng asuma la voz cantante en algunos temas (sin dejar por ello de bajar con su guitarra a mezclarse con la gente o de saltar desde los amplis), mientras Ken Fox tampoco para un segundo quieto con el bajo ni deja de buscar la complicidad con las primeras filas de su parroquia. Al fondo, Bill Milhizer sigue hecho un chaval pese a sus 70 años (¿quién lo diría, viéndole tocar?) y participa también de la fiesta aporreando incansable sus tambores y platillos sin perder la sonrisa.

Hasta invitaron a subir a una amiga (Barbara, creo recordar que se llamaba) para cantar con ellos un frenético «I Surrender«, y también tuvieron el detalle hacer un tema de los Stones, «Child of the Moon» (uno de los escasos momentos «tranquilos» de la noche), dedicado al convaleciente Mick Jagger, deseándole una pronta recuperación.

Como siempre, un fiestón a cargo de estos maestros del rock como diversión, que mantienen ese espíritu hedonista que les llevó a formar esta banda hace más de 40 años en Nueva York para extenderlo y contagiarlo por todo el mundo a cualquiera que quiera disfrutarlo con ellos. Ya les estamos echando de menos, pero seguro que no tardarán en volver a vistarnos.

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