LEÓN BENAVENTE

0

La experiencia es un grado

Que la experiencia es un grado lo demuestran grupos como León Benavente, que el pasado sábado llenó el madrileño recinto de La Riviera para poner punto y final a una gira de más de ciento cincuenta conciertos.

Comenzada en 2016 con motivo de la publicación de su segundo disco, el tour tuvo este año un nuevo impulso con la publicación allá por marzo de En la selva, un excelente EP de cuatro temas de los que, desafortunadamente, solo pudimos escuchar la mitad.

 

SONY DSC

 

Curtidos en las mil y una batallas (probablemente más) a las que se han enfrentado tanto en sus anteriores aventuras en solitario como en los diferentes grupos a los que han prestado y alquilado su inmenso talento (Nacho Vengas, Tachenko, Schwarz), es fácil sospechar que estos cuatro músicos de larga trayectoria no decidieron unir fuerzas para pasar el rato o ver qué salía, sino más bien en una especie de ahora o nunca, conscientes de que el conocimiento acumulado podía convertirse en algo especial. Acertaron. Y aquí están.

Quiero que esto sea un hit, confiesan en Tipo D, la canción con la que decidieron abrir su último concierto de este año y, a pesar del irónico desapego tan propios de la época y la tribu social, pocas declaraciones pueden ser más sinceras y más efectivas. León Benavente sabe dónde quiere ir, tiene los ingredientes para ello y, lo que es más importante, lleva cuatro años demostrando que sabe cómo mezclarlos en las proporciones justa para entregar un éxito tras otro: un toque de política cuando hace falta, otro de compromiso social y muchos brochazos del anecdotario personal y grupal convertidos en canciones de estribillos sencillos, coreables y efectivos, ritmos contundentes y unas letras muy bien trabajadas en las que Abraham Boba da muestras constantes de su talento.

 

SONY DSC

 

La mayor crítica (la única) que se le puede hacer al concierto fue su corta duración, y es una crítica con poco fundamento, porque no se echó en falta ninguno de sus grandes temas y se fueron hasta la hora y media larga, pero en un concierto de fin de gira se hubiera agradecido, quizás, mayor generosidad con los bises, un tema con todos los invitados en el escenario… un fin de gira, en definitiva, que lo pareciera un poco más. Dicho esto, todo fueron triunfos: desde la nómina de invitados (Eva Amaral y Juan Aguirre, Ángel Stanich, Antonio Arias de Lagartija Nick y 091 y Cristina Martínez de El Columpio Asesino) hasta el orden de las canciones (prácticamente no levantaron el pie del acelerador en ningún momento). La clave, no obstante, fue la entrega absoluta de un cuarteto que no tiene la más mínima intención de andarse con medias tintas. Solo queda esperar que el merecido parón sea lo más corto posible. Ánimo, valientes.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.