SUSAN SANTOS

Desgraciadamente no hay muchas mujeres como Susan Santos en nuestro panorama musical, si bien es cierto que en los últimos tiempos han proliferado las solistas femeninas en algunos géneros, pero el blues y la música de raíz norteamericana siguen siendo aquí campos minoritarios en general, y con poca presencia femenina en particular. Y desgraciadamente no había una gran afluencia de público en su última cita madrileña, si bien es cierto que entre la escasa audiencia había una importante representación de medios de comunicación, y eso es algo que indica la buena acogida que su trabajo viene teniendo entre los entusiastas y entendidos de estos sonidos por estas tierras, y en nuestra capital en particular.

Así las cosas, los presentes nos preparamos para disfrutar de la velada, sabiendo que Susan y sus chicos iban a dar una vez más todo lo mejor que llevan dentro. Empezaron calentando el ambiente poco a poco, con medios tiempos y temas tranquilos, y fueron subiendo la intensidad y la temperatura a medida que se iban sucediendo las canciones, con momentos para lucir su destreza con las seis cuerdas. Y no es que Susan sea una virtuosa cuyos alardes sean el centro del espectáculo, pero tiene un envidiable manejo de la guitarra y del slide que adapta perfectamente al abanico de diferentes sonoridades que maneja, mostrando una soltura y una naturalidad que no serían posibles sin el conocimiento y el gusto que Susan y su banda muestran por el blues y los sonidos rurales norteamericanos.

Es de agradecer el esfuerzo vocal que Susan Santos hace, asumiendo el papel de cantante sin importarle sus limitaciones, para mantener mejor el espíritu personal de sus canciones, y haciéndolo además en un inglés que no es su lengua materna. A eso hay que añadir su cercanía y su conexión con sus seguidores, que la llevaron a acabar el concierto arrodillada junto a sus músicos en medio del público, dejándose hasta la última gota de sudor bajo los focos. Además, a Susan le gusta invitar a los amigos a compartir con ella el escenario, como sucedió en esta ocasión con Alex O’Dogherty, que subió a cantar con ella un tema.

Después de cuatro álbumes con esta formación, más alguna grabación anterior, y de incontables conciertos (amén de sus participaciones en programas de TV y espectáculos de variedades como The Hole) Susan tiene claro que su camino pasa sobre todo por seguir dándose a conocer, tocando en vivo tanto como sea posible y abriendo sus miras a salir fuera como ya ha venido haciendo: en breve vuelve a actuar en Londres, en el mítico Ain’t Nothing but… Blues Bar, y luego inicia un periplo de varias fechas por los Paises Bajos, tocando en salas y festivales. Seguramente muy pronto habrá ocasión para verla de nuevo en nuestros escenarios, y desde luego os recomendamos que la próxima vez no os la perdáis.