ENTREVISTA A TORI SPARKS
Cuando las casualidades son geniales
De Chicago a Tennesse y de allí a Barcelona, Tori Sparks lleva quince años, desde los dieciocho, cantando folk por todo el mundo. En locales pequeños y en Festivales grandes como por ejemplo el de Montreux. Se instala hace unos años en Barcelona y en España conoce al grupo Calamento, empezando una colaboración que ha dado como fruto dos discos, El Mar (2014) y La Huerta (2017), ambos producidos por ella (Glass Mountain Records) y muy bien acogidos por crítica y público.
Aprovechamos su visita a Madrid para la presentación en directo de su último disco para entrevistarla y conocer más sobre su vida y forma de interpretar y componer.
Nos gustaría que nos hablaras de tus inicios musicales y como has terminado viviendo en España y haciendo este tipo de música tan original.
Con tres años empecé a tocar el piano, no sé bien porqué, mi madre me dijo que me vio subida al taburete intentando tocar un piano en casa y decidió llevarme a clases. Luego estuve muchos años tocando el violoncello y más tarde empecé a tocar la guitarra. Pero siempre como parte de mi educación, no es que mis padres intentaran que fuera una estrella de la música. Mi madre creía interesante que aparte de matemáticas o ciencias, también aprendiera baile, arte y otras artes, como parte de mi educación.
¿Entonces la guitarra fue una segunda opción?
Si, empecé con trece años y al final este fue el instrumento que tenía más sentido para mí, es como cuando te encuentras con alguien que te llevas mejor que con otro amigo. Había una especie de “feeling” entre la guitarra y yo.
¿Cuándo empezaste a tocar con público?
Al principio empecé a tocar para divertirme, en la Universidad, en “Círculos abiertos”, y un día un conocido, algo mayor que yo, que por entonces tenía 17-18 años, me dijo que si no había pensado hacer eso mismo y sacar algo de dinero con ello, tocando en un bar de un amigo de él. Al principio pensé que era ridículo, pero al final empecé a tocar en sitios pequeños, con su ayuda, en distintos bares de Tallahassee (Florida), que era donde estaba estudiando.
¿Y el salto profesional cuando ocurrió?
Pues desde allí me contactó una discográfica de Nashville, ya que había hecho un par de grabaciones caseras que había colgado en internet, diciéndome que querían trabajar conmigo. Al principio me sonaba un poco a estafa, pero al final me acabé trasladando a Nashville y comenzamos a trabajar juntos cuando terminé la Universidad. Bueno, aunque al final si que fue una “estafa”, al nivel de “Music Industry” no quiero decir al nivel con el que conocemos la palabra. Más que una discográfica de verdad resultó ser un agente. Así que me separé de ellos y comencé con mi propia discográfica.
Ya que lo has comentado, ¿nos puedes contar algo más de tu faceta como productora?
Se llama Glass Mountain Records, este verano va a cumplir diez años. La monté yo y hago de productora, aunque de una forma menos formal que una “discográfica normal”. Ya que estaba haciendo el trabajo de discográfica para mí, pensé en hacerla para otros grupos también. Ya hacía distribución, producción, de todo. Pero la crisis económica no ha permitido crecer de la misma manera que esperaba. No quiero ofrecer un contrato que al final va a ser malo. Ayudo a algunos grupos a nivel de distribución, o con licencias, pero hasta que no pueda ofrecer algo realmente decente no quiero firmar nada. Tengo esta discográfica y la gente que contrato trabaja para esta empresa y he empezado a hacer giras y discos llegando a tocar hasta 200 conciertos yo sola con la guitarra, he conseguido grabar y producir cuatro discos y al final llegué a Barcelona en 2011.
¿Por qué decides instalarte en Barcelona?
Elegí Barcelona para poder hacer más conciertos por Europa y por accidente descubrí el Flamenco en Granada, estando de visita. Luego empecé a tocar algo de guitarra flamenca y por accidente también conocí a Calamento, que hacen flamenco fusión y tras estudiar algo de flamenco empecé a entenderles y comenzamos a trabajar juntos. Todo fue un poco por casualidad, no hablaba español, no tenía ni idea de lo que era el flamenco.
Pero tus inicios musicales eran Folk, con algún toque Country, Blues, pero a mí lo que me ha parecido curioso ahora de tu música es que tú sigues haciendo lo mismo pero le has añadido el toque que le da Calamento y al final surge una fusión muy novedosa y muy interesante, aparte de buena.
Pues creo que eres la única persona que se ha dado cuenta de esto, creo, yo sigo básicamente haciendo lo mismo (risas), todo el mundo dice que he cambiado de estilo totalmente, lo que si cambia es que toco menos la guitarra, solo la mitad de los temas. La guitarra es la base de mis composiciones, siempre compongo yo y nunca me he planteado empezar desde cero. La idea era hacer mis temas y luego acoplar la banda. Aunque siga tocando y cantando con el mismo estilo, sí que voy pensando en los arreglos de otra manera. Pensando quizás en el arreglo primero y luego si hace falta en mi guitarra. Me ha costado más al principio, pensar en Tangos, Tanguillos, Bulerías…
Y creo que precisamente funciona por esto, no es una americana intentando hacer flamenco, somos dos conceptos de música, cada uno haciendo lo que saben hacer.
¿Los temas propios del disco entonces son todos compuestos por tí o en la fase compositiva también interviene Calamento?
Siempre compongo yo sola con la guitarra, haciendo la armonía, la voz y la letra y luego se la presento a ellos y hacemos los arreglos. No soy buena componiendo con más personas, cosa que por ejemplo es muy común en Nashville, lo de quedar varios músicos e ir desarrollando ideas desde cero en conjunto. Me hace sentir mal, es como si estoy pintando y llega alguien y pinta encima de mi cuadro (risas). Es una manía, pero me encanta llegar al momento del arreglo, que es donde ellos aportan todas sus ideas. Yo no sé poner esos ritmos que sabe Javi (percusión y palmas) o Ramón (bajo y palmas), que viene del mundo del Rock y del Reggea. Por ejemplo en el tema Until Morning, que es propio, el metió una intro de bajo que es fantástico. Allí es donde necesito su creatividad para hacer lo que estamos haciendo.
¿Y las versiones que hacéis quien la elige?
Antes de venir a España, en mis anteriores trabajos, solo tocaba temas propios, no me gustaba hacer temas de otros artistas. La idea de hacer un disco es presentar tu material y no es cuestión de egoísmo o ser muy egocéntrico, pero si haces algo en vivo es distinto, es como dar una pincelada y me gusta llevar algo que me gusta a mi terreno. Pero con Calamento, empezamos a colaborar pensando no en hacer un disco, sino en hacer directos, ellos ya funcionaban como grupo y me resultaba divertido hacer algo con ellos, pero no quería molestarles, porque ya tenían su proyecto. Me comentaron que si quería hacer algo con ellos y me hizo muy feliz y comenzamos a hacer cosas pensando en hacer lo que nos gustaba y sin más pretensiones.
Hicimos temas mías y versiones y la idea fue llevar temas de rock y pop al terreno flamenco y llevar temas flamencos al rock o blues. Y elegimos temas que me parecía tenían sentido en este contexto, como fue Everybody Knows (Leonard Cohen), que hicimos en el disco de El Mar, es un tema que canta muy recto, casi sin cambiar su ritmo se asemeja muchísimo a un Tango flamenco, es decir, sin perder la esencia del tema se podía convertir en algo flamenco.
¿Pero eres “consciente” de lo complicado y difícil que es hacer versiones de dos temas emblema como La leyenda del tiempo (Camarón de La Isla) o Kashmir (Led Zeppelin) y que los puristas y fans acérrimos no te critiquen duramente?
En 2014, con el disco El Mar, yo hacía lo que me parecía bien, me gustaba, y pensé que nadie iba a hacer caso a ese disco y que a nadie le iba a gustar. Salió muy bien en todos los niveles, musical, crítica y público. Pero al hacer un segundo disco con este proyecto, ya tienes unas expectativas, la gente espera algo más de ti, es más difícil, tienes que evolucionar y mejorar. Así que algo como La leyenda, nos costó mucho pensar cómo hacerlo. También influyó la incorporación de Francisco Guisado “El Rubio”, a la guitarra eléctrica, que había hecho cosas con nosotros pero no de modo “oficial”.
Pepe Camacho (guitarra flamenca) ya me comentó la importancia de este tema, es el más tradicional del grupo, y me sorprendió que nos quisiera meter en este terreno, cogiendo algo tan icónico. Así que decidimos hacerlo a lo grande y sino quedarnos en casa. Hacerlo a lo grande, para bien o para mal.
Algo similar sucede con Kashmir…
Si, la voz de Robert Plant es como la de Camarón, son únicas, por eso quería meter la voz flamenca en Kashmir, y sin imitarle dar con un tipo de voz y ambiente flamenco, podría intentarlo (se pone a cantar como Plant, muy muy agudo), pero no sería lo mismo, y conservamos la pasión sin copiar. La diferencia en este disco ha sido pensar más que queremos hacer y el otro fue más improvisado sobre la marcha. Así que efectivamente sabíamos que era “peligroso” pero lo hemos hecho con mucho respeto y en nuestro estilo, antes que hacerlo más fácil, lo conocido y no arriesgar nada.
El sonido de la guitarra del El Rubio me ha gustado mucho en el disco ¿lo ha modificado para tocar con vosotros o ese es el estilo propio de él?
Hablo siempre mucho de los músicos, y no es por hacerles la pelota, pero es que les admiro mucho como personas y como músicos, cada uno es muy especial. Javi toca el cajón como pocos pueden hacerlo, casi nadie hace rock, blues y flamenco con el cajón. Ramón viene de una mezcla de mundos y aporta mucho, Pepe puede fusionar flamenco con cualquier cosa y El Rubio es uno de los pocos guitarristas que no tiene el Ego por las nubes. Siempre hay que estar diciéndoles que toquen con menos volumen, Rubio es todo lo contrario, nada de ego, humilde y siempre va aprendiendo y hace de él un gran guitarrista y una buena persona. El sonido que utiliza es el que le gusta y habitual en él, lo hace con cualquiera que toque, pero va buscando la mejor fórmula para el tema, ya sea una sola nota, acompañando una falseta de Pepe o haciendo un solo. No piensa en que sonido le va bien a él, sino cuál va bien para el tema. Se adapta con la finalidad de que salga bien la música.
¿Qué opinan tus seguidores americanos de este nuevo disco?
Pues me hace gracia, porque unos dicen que hago algo totalmente distinto, otros que hago lo mismo, pero en español. En general les gusta, algunos prefieren que cante en inglés y a otros precisamente les guste que estén en español. Algunos prefieren mis primeros discos pero la respuesta ha sido muy positiva, tanto allí como aquí. Les gustó mucho verme en el programa de Buenafuente (Late Motiv), a pesar de que no tienen mucha cultura de escuchar flamenco.
¿Tienes pensado seguir mucho en Barcelona, o es algo en lo que ni piensas por ahora?
A veces me siento más en casa, viviendo en España, qué en Estados Unidos, y en otros momentos pienso que no soy de aquí y que culturalmente todavía hay cosas que me chocan mucho. Tampoco pensé nunca vivir en Nashville y al final me sentía muy a gusto y no tenía intención de irme. Vivir en Barcelona es más difícil para mí que vivir en Nashville, pero mi vida y proyecto musical está en Barcelona. Por ahora no tengo razones para irme, pero nunca se sabe lo que pasará. Mis amigos, mi grupo y mi publicista están allí y es lo que más me ata. Es lo que hace mi trabajo posible.
¿Has cogido ya alguna costumbre nuestra, como la siesta o cocinar?
Si, “Drinking all the time” (risas), antes no bebía casi nada, alguna copa de vino de vez en cuando, ahora como nadie quiere quedar en una oficina, todo el mundo queda para tomar algo, a veces me gusta pero a veces me cansa. Voy a tener que tener que comprar otro hígado para continuar con mi negocio (risas). Y estoy aprendiendo a cocinar pero no tengo mucho tiempo. Me gusta la cultura española de valorar el tiempo libre, los americanos son muy adictos al trabajo. He sabido encontrar un equilibrio entre la forma de apreciar y disfrutar de la vida de los españoles y también ser más “formal” en el trabajo, sobre todo con la puntualidad (risas).
Por los videos que he visto creo que he descubierto tres aficiones, una los anillos grandes…
Los que se mueven no los uso para tocar, si los que son bastante planos, que no los notas. Me gustan mucho, soy un poco adicta a los anillos.
En el video del tema, Nature Boy, el anillo es uno de los protagonistas, ¿fue idea tuya?
Pues sí, soy muy detallista y pienso en esas cosas. El director del video, Francesco Tavolaro, vive en Madrid casualmente. Los anillos me gustan como imagen, tanto en los videos como en los directos, un tema de imagen. Intentaba buscar una imagen para el video un tanto Vintage, pero sin ser exagerado, no de una época moderna, pero no muy antigua. Por eso usamos un micrófono antiguo y los vestidos que puedes ver. Luego discutí con Francesco quién iba a ser el asesino, si la chica o el chico, ya que la letra habla de amor y es inocente, pero le queríamos dar otro sentido.
(Nota: Hablamos más del video pero mejor lo veis y no desvelamos la trama ni el final).
Otra «afición» creo que son los gatos, ¿realmente puedes hablar con tu gata?
(Risas), Sólo habla español, si le digo “Hey You, what are you doing?” No me hace ni caso, pero si le digo Oye tú, empieza a hacer Miau miau, sabe cuándo hace cosas malas y se le pongo el dedo firme se tumba al suelo panza arriba como pidiendo perdón. Es muy mala y lo sabe, es una gata del Arrabal, la tengo desde que vivo en Barcelona. Te muerde y te quiere, pero está loca.
Y la tercera las guitarras…
Tengo muchas, en Barcelona una Stratocaster, una flamenca, una clásica, dos acústicas, una portuguesa y un Bouzouki, y en Estados Unidas alguna más, en casa de mi madre. Una guitarra es una parte de un árbol que ha muerto, pero para hacer algo tan bonito como la música, con la ayuda de alguien, claro está. Y esas experiencias conjuntas pueden inspirar a su vez a muchas personas. Es algo grande (“It’s so great” textualmente expresado)
Tori va a sacar en formato Vinilo el 22 de abril La Huerta y continúa su gira por España. Ha sido un placer realizar esta entrevista, le agradecemos su tiempo y su simpatía. Buena suerte.
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