THE GREAT TOAD
La banda actualiza el sonido americano de los 30
DIXIE LAND CERCA DE TU CASA
The Great Toad es una banda barcelonesa, de ese enorme circuito semiprofesional (en el que semi pràcticamente no significa nada) que batalla sin cesar por un hueco en el mundillo y por el establecimiento real de un circuito de locales donde poder presentar su producto, que con frecuencia es más que meritorio, como es el caso que nos ocupa.
Abocados a actuar en los llamados conciertos vermut, en los que se toca sin apenas amplificación (voces y poquito más), que no se puede molestar, en bares mal preparados para ello, y con más buena voluntad por parte de todos que otra cosa, este septeto fundado por dos hermanos y completado con un manojo de buenos intérpretes, se plantó en La Fàbrica un domingo por la mañana con un repertorio de hora y media, compuesto de clásicos americanos de los 30 y 40, como Hit that jive Jack, más piezas adaptadas al estilo, como More bread than cheese o Devil’s dance, todo ello interpretado con buen gusto providencial. Marc Cots es el vocalista principal, encargándose junto a Jordi Funes de ukeleles, banjos, ukebanjos y dobros. Funes, además, hace todos los slides que se oyen. Albert Cots mete las guitarras acústicas y por debajo de todo ello, está la sólida base que proveen Joan Pobar (contrabajo), Marc Borràs (percusiones), Nanà Rovira (clarinete) y Alex Baychuck (trompeta, ¡y qué trompeta!; por cierto, es ruso: ¿les gusta el dixie a los rusos?).
La banda, no sé si surgida a la sombra del éxito de otro ruso, ese que tocaba dixie callejero en el Portal de l’Angel de Barcelona (el tío era una barbaridad de verdad) con aquella banda que se llamaba Crocodillos, adereza el material típico del estilo con versiones dixie de grandes clásicos del pop, lo que hace que el respetable esté continuamente con un a sonrisa en la boca, y en los tiempos que corren ya es mucho: se meten con cualquier cosa, desde The Specials (A message to you Rudy, impresionante) hasta Bee Gees (Stayin’ alive), pasando por Michael Jackson (Blame it on the boogie), con una puesta en escena digna de foto en sepia enmarcada. Tremendos.