WHITE LIES

Un día después de visitar Barcelona, los ingleses White Lies recalaron en Madrid como parte de la gira de presentación de Friends. Un disco que, como los dos anteriores, no alcanza la excelencia de su debut pero que vuelve a mostrar una banda convincente a la que seguimos deseando escuchar cada vez que se dejan caer por aquí.

Algo parecido deben de pensar, conscientemente o inconscientemente, los chicos de Londres que, tras cumplir con su último trabajo interpretando Take it out on me, se lanzaron a recorrer su discografía con hasta seis paradas en To lose my life… trabajo con el comenzaran su carrera discográfica allá por 2009. Ritual (2011) y Big TV (2013) también encontraron su hueco en un setlist más propio casi de una gira sin material nuevo que de presentación de un disco.

Sea como fuere, lleno absoluto en una sala Arena que ofreció un sonido muy aceptable y fue una auténtica fiesta desde el minuto uno. La voz de Harry McVeigh, contundente cuando toca, seductora en los tiempos más lentos, se superpone a unas bases que a veces parecen llevarnos a los ochenta para recordar a The Cure o Joy Division y otras vuelven al presente sonando a Arcade Fire o Interpol.

Una hora y media en total estuvieron sobre el escenario unos White Lies (les habían precedido como teloneros sus compatriotas, de Bristol en este caso, The Ramona Flowers) que tuvieron sus dos momentos cumbre con Death y Bigger than us, que el público coreó como si le fuera la vida en ello. Algo que, por otra parte, fue cierto durante los noventa minutos que tuvieron conectados sus equipos.

No tardaremos de nuevo en tenerlos por aquí.