TREAT – Ghost of Graceland
Heavy metal muuuuuuuy ligero
Escuché (de novedad) en su día el primer álbum de la banda sueca Treat, Scratch and bite de 1985, y lo recuerdo flojito flojito en todos los sentidos, resultado en mi opinión de la avalancha de metal gritón blando y fofo que, a la sombra del éxito de The final countdown de Europe, las discográficas potenciaron como respuesta comercial a la ola de heavy de peluquería que nos invadía desde los USA.
Hubo en aquellos años un marasmo de grupos prescindibles, con composiciones olvidables, que en general duraron poco o nada, y que en el mejor de los casos pasaron sin pena ni gloria. Es el caso de Treat, que duraron unos diez años, con cinco discos, repito, muy prescindibles.
Tras un hiato de más de diez años, y a cuenta del inesperado éxito de ventas de una recopilación publicada en 2006 (Weapons of choice), el vocalista fundador de la franquicia, Robert Endlund, reformó el invento juntando a muchos de sus ex compañeros, volviendo a las carreteras y grabando un sexto álbum en 2010 (Coup de grace) y ahora este Ghost of Graceland con el que vuelven a la carga.
Es un disco que contiene más de lo mismo, la mayoría material más bien anodino, con las honrosas excepciones de I don’t miss the misery, Inferno, Too late to die young (qué título tan adecuado para describir a alguien tan fuera de lugar) o el número típico de esta banda House on fire. Otros temas son más flojos,, como Ghost of Graceland, la baladita de turno Do your own stunts o Endangered.
El personal no hace falta decir que está correctísimo, con los miembros históricos Anders Wikström (guitarras), Jamie Borger (batería) y Patrick Appelgren (teclados, guitarras), más el recién incorporado Pontus Egberg (ex King Diamond) en el bajo, y la producción es buenísima, con un sonido final muy bueno, algo es algo.