JUNTEMONOS CON BOWIE
Bowie, el eterno mutante, siempre en el recuerdo
Se hacía ya necesario un homenaje al irrepetible genio de David Bowie, una cita con su música y su universo para recordarle y agradecerle su legado como merece. Y para ello, dentro del ciclo estival de las Noches del Botánico, se anunciaba un atractivo cartel (que se repetiría al día siguiente en Barcelona – y con la recaudación de ambos destinada a la lucha contra el cáncer) donde músicos que acompañaron a Bowie en sus últimas giras y grabaciones iban a servir de respaldo instrumental a un amplio y variado elenco de cantantes del panorama nacional.
Con el actor Asier Etxeandía («El Intérprete«) como muy adecuado maestro de ceremonias, el espectáculo empezó con un intenso alegato hedonista a mayor gloria del eterno mutante que dio paso al primero de los cantantes con el primero de los temas: «Rebel Rebel«, un inmejorable comienzo y una eterna declaración de principios en la que Marc Ros (Sidonie) puso la voz y el alma, agitándose sin tregua de un extremo a otro del escenario, aprovechando la ocasión irrepetible de cantar este himno junto a una banda de excepción. Tras el desenfreno inicial, Shuarma (Elefantes) vino a calmar los ánimos con una emocionante interpretación de «The Man Who Sold the World«, a la que sucedió la delicada recreación de «Oh! You Pretty Things» en la voz de Annie B. Sweet.
Se fueron sucediendo los invitados y las canciones, y hasta el propio conductor del show, Asier, se adueñaba del escenario para cantar «Sound & Vision» con total soltura. Annie fue la primera en repetir, con «Ashes to Ashes«, a la que sucedió otro de los momentos estelares (nunca mejor dicho) de la noche: Iván Ferreiro nos ponía en órbita junto al Major Tom con su fantástica revisión de «Space Oddity«. El listón quedaba muy alto para Zahara, que puso todo el encanto en una emotiva recreación de «Changes» y dio paso a Deu Txakartegui (WAS), que salió empeñado en hacernos bailar al ritmo de «Star» y no paro hasta conseguirlo, pese a ciertas reticencias iniciales. El baile siguió con Sean Frutos (Second) y Alberto Jiménez (Miss Caffeina) en el primer dúo de la noche, tras el cual hubo una pausa a modo de entreacto.
A la vuelta, la temperatura del escenario subió de inmediato con otro dúo, el que formaron El Intérprete y la tremenda Catherine Russell (a cargo de los teclados y los coros de la banda durante el resto de la noche) para ofrecernos un arrebatador «Under Pressure« que marcó el tono ascendente de esta segunda mitad. Helena Miquel siguió animando el patio de baile con «Blue Jeans«, y Deu volvió para que no decayera el movimiento con «Hang On To Yourself«. Momento para que Zahara nos diera un respiro con «Life on Mars» antes de que se desatase el frenesí con Maika Makovski apropiándose de «Rock’n’Roll Suicide» y Javi Vielba (Arizona Baby/Corizonas) se arrancase con su habitual entusiasmo a entonarnos «The Jean Genie«.
Íbamos acercándonos al final de la lista de 21 canciones que se habían anunciado, y aún se echaban de menos algunos temas que no podían faltar y alguna sorpresa más: Miguel Rivera (Maga) se unió a Maika para hacer juntos una brillante revisión de «Starman» y el inefable Vielba saltaba de nuevo sobre las tablas para sacudirnos a ritmo de «Sufraggette City«. Y una vez más, la impecable Maika Makovski nos hipnotizó con un tema que Bowie nunca tocó en directo pero que fue su epitafio musical, la sobrecogedora «Lazarus». Y aún quedaba «Ziggy Stardust«, para la que se puso de nuevo al frente del micro el carismático Shuarma, dejando el clima perfecto para alcanzar la rendición final con la inevitable «Heroes«, en la que Asier y Eva Amaral juntaron sus voces (él siguiendo el original en inglés y ella recuperando la adaptación al castellano de Parálisis Permanente), no tardando en unirse a ellos todos los artistas que habían hecho presencia a lo largo de la noche.
Así, en el día 173 del año I de la era post-Bowie (como varias veces nos recordó Asier a lo largo de la noche), aunque algunas de las voces que desfilaron no fuesen demasiado convincentes (esa dependencia del atril en muchos casos se nota demasiado y pasa factura), aunque algunos de los nombres anunciados no aparecieran finalmente y, sobre todo, aunque se echasen de menos muchos otros nombres (no diremos ninguno, pero a cualquiera se le pueden ocurrir varios) que debían haber sido imprescindibles en una ocasión como esta, la velada empezó bien y, pese a algunos altibajos, fue ganando en intensidad y emoción, especialmente en su segundo tramo, desde el intermedio hasta el glorioso final. Y estamos seguros de que el homenajeado, que de alguna forma estaba indudablemente allí presente, acabó esbozando una enigmática y radiante sonrisa de satisfacción.
Podéis ver las fotografías del concierto en este video de nuestro canal Youtube: