GET MAD! FESTIVAL 2016
Rock por salas en Madrid
El pasado fin de semana se celebró en Madrid la primera edición del Get Mad!, festival por (cuatro) salas del centro que reunió un ecléctico e interesate cartel que incluyó desde actuaciones de grupos garaje/punk hasta conciertos de hard-rock. La diversidad de la propuesta y la propia imposibilidad de asistir a todos los conciertos (seguro que alguno, visitando nuestra web, ha llegado a pesar que Solo Rock tiene el don de la ubicuidad, pero todavía no) obligaron a los asistentes a construir su propio cartel acorde a sus gustos personales y (quizás) sus ganas de andar. En cuanto a la asistencia, aceptable aunque lejos del lleno, lo que permitió disfrutar de auténticos grupazos sin agobios. Entre los peros, quizás, las horas de comienzo (18:15 el viernes y 17:30 el sábado), que no invitaban demasiado a estar metidos en una discoteca. Este fue nuestro recorrido particular:
Viernes 27
Comenzamos en Changó por todo lo alto con uno de los grandes conciertos del festival, Imperial State Electric, la banda liderada por el ex Hellacopter Nicke Andersson. Precisos y contundentes, los suecos apuestan por lo que apuestan (rock de los setenta y los ochenta) y, dentro de esos parámetros, ofrecieron un auténtico recital que casi hizo olvidar las horas que eran. Hubo también, como de costrumbre, ocasión de escuchar a bajista Dolf De Borst (cantante a su vez de los Datsuns) y se coló una versión de Born to be wild.
Inmediatamente después nos trasladamos a la sala But para escuchar a The Wire, a priori uno de los nombres más destacados del festival. Los ingleses vienen de publicar Nocturnal Koreans y una cosa son las concesiones de cara a la galería y otra la apuesta a cara de perro por el ruido blanco. Colin Newman no apartó un instante la vista de su iPad y, como vino, se fue. Tiene su público, y yo no soy parte de él.
Todo lo contrario que The Soft Moon. Los americanos actuaron justo después en la misma sala y supieron llenarla con su intensidad. El trío liderado por Luis Vasquez derrochó energía y pegada, venció y convenció con un show espectacular que revolucionó la But con el repaso a sus, hasta ahora, tres LPs. Queremos más.
Sábado 28
Mediado el concierto de Audacity, a las seis de la tarde, comenzamos esta segunda jornada en el mismo lugar en el que lo habíamos dejado: la sala But. Lo primero que debemos destacar es la asistencia, mayor que el día anterior y eso a pesar de contar un competidor formidable: la final de la Champions League que disputaban nada más y nada menos que los dos equipos de la capital. En cualquier caso, lejos todavía del lleno.
Fue el de Eagulls el primer concierto completo al que asistimos y no se puede negar que nos dejó un punto fríos. Los ingleses publicaron su segundo disco quince días antes (exactamente) del concierto y los que esperábamos encontrarnos con el ímpetu de su primer trabajo nos topamos con la languidez (comparativamente hablando) de este último.
Toda la energía que les faltó a los chicos de George Mitchell la entregaron los veteranos Black Lips, otro de los grandes nombres del cartel y el que mayor público congregó. En el concierto de los americanos pudimos ver los primeros (y únicos) pogos mientras los rollos de papel higiénico volaban por la sala. Festiva descarga de adrenalina que terminó, como seguramente no podía ser de otra manera, con Bad Kids, himno punk del nuevo milenio.
Aunque nos quedamos a ver el comienzo de Pychic TV, al final optamos (y bendita la hora) por desplazarnos de nuevo a Changó para terminar el festival con Rival Sons. El concierto de los de Jay Buchanan rivalizó en intensidad con The Soft Moon y se convirtió por derecho propio en una de las grandes actuaciones del fin de semana. Tanto dudar y resulta que lo único que necesitábamos para cerrar este pequeño gran festival eran las guitarras de Scott Holiday. Los designios del rocanrol son inexcrutables. Larga vida al Get Mad!
Podéis ver las fotografías del concierto en el siguiente video de nuestro canal Youtube: