CIRCUS MAXIMUS – Havoc
Metal progresivo de baja intensidad
Circus Maximus es una banda noruega que desde su primer álbum en 2005 se ha desmarcado del cliché del power metal que se lleva el peso de casi todo lo jevi que se hace en Escandinavia. En este Havoc, su cuarto álbum, siguen en sus trece de hacerse su hueco en el panorama del metal progresivo internacional con unas maneras que en el fondo, son bastante escandinavas, por así decirlo.
Sería muy injusto comparar a esta banda (y a muchas otras del ramo) con puntales del género como Dream Theater o Vanden Plas, porque en concreto los norteamericanos estos son lo que El señor de los anillos de Tolkien a la literatura de fantasía, o el Watchmen de Alan Moore al cómic de superhéroes: son tan buenos que si los comparas con el resto, resulta que el género entero es basura, o casi. No es cierto en ningún caso, evidentemente, y en el caso específico de la música de Circus Maximus, no es que sea peor en sí, es que es otra cosa.
Así, lo que encontraremos en este álbum son nueve temas con estructura monolítica, sin solos virtuosos inconexos, en los que después de todo sí hay variedad, riqueza de ritmos y nivel, mucho nivel, que no todo es cabalgar sobre mástiles y teclados para deslumbrar a la audiencia. Es una buena banda, y el disco también lo es. A ratos muestra demasiada influencia del power metal si quieres, pero el producto final es la mar de agradable: la voz de Michael Eriksen es muy muy buena, mucho, y la banda es divina, tanto los teclados de Lasse Finbraten y las guitarras de Mats Haugen como la sección rítmica (no tan rítmica, que hacen de todo), con Glen Mollen en el bajo y Truls Haugen en la batería. Escúchese para contrastar todo ello Havoc , The weight, el excelente tema de apertura del disco, Pages o Remember.
Viene a ser a Dream Theater lo que fue Barclay James Harvest a Yes: son tan diferentes que no son ni comparables en realidad, así que cuando te digan metal progresivo, abre tu visión periférica, que no todo es virtuosismo y velocidad.