BLACK MOUNTAIN
El resultado es más que la suma de las partes
Nada despreciable expectación para volver a ver a los canadienses Black Mountain tras ocho años de ausencia en la escena catalana. La sala Bikini no estaba llena (no deja de ser una banda casi desconocida), pero los que fueron tenían ganas de psicodelia.
La hora y veinte que duró el espectáculo (¿sólo? Fue poquísimo) dio para repasar someramente la trayectoria anterior y presentar muchas muestras del nuevo trabajo recién publicado, IV. La hipnótica voz de Amber Webber (y nada más de ella, porque literalmente no-se-mueve) te lleva a lugares oscuros de tu alma, junto a las voces complementarias de Stephen McBean, a la sazón guitarrista de la banda, que es quien imprime el plus de dureza que hace a Black Mountain tan atractivos, sin despreciar el trabajo del resto, porque el bajo de Brad Truax y sobre todo los teclados de Jeremy Schmidt (se nota que ha visto muchas películas del Richard Wright de los primeros discos de Pink Floyd) y la hipercinética batería de Joshua Wells están perfectos.
Sin ser ninguno de ellos músicos especialmente brillantes, el producto global resulta contundente y por momentos maravilloso, con algunos solos formidables de McBean y Schmidt incluidos, repasando hasta ocho temas temas de su último álbum (cayó prácticamente entero), más dos del primero (Black Mountain de 2005), sólo tres de In the future, claramente su mejor trabajo hasta la fecha, de 2008, y uno de Wilderness heart de 2010. La verdad es que estuvo todo muy bien, con un sonido muy bueno, típico de Bikini, y sólo se les puede echar en cara que faltó media horita de concierto, que cuando ya estaba la gente calentita, va y se acaba.
Setlist Black Mountain: Mothers of the sun / Florian saucer attack / Stormy high / Defector / Tyrants / You can dream / Line them up / Wilderness heart / Druganaut / Crucify me / Cemetery breeding / Space to Bakersfield / bis: Don’t run our hearts around / Wucan