BILLY SHERWOOD – Citizen
Lo que es capaz de hacer un superclase
Billy Sherwood pasa por ser un aparente desconocido para los fans que superen la treintena, pero que si buceas un poco, resulta que está presentes en más casas que el propio Dios: lamento alargarme mucho, pero es que este hombre ha colaborado como mercenario con Deep Purple, Toto, Motörhead, Paul Rodgers, Def Leppard, Ratt, Quiet Riot, Fear Factory, Michael Schenker, Edgar Winter, Asia, Nektar… un auténtico superclase. A eso, súmale que ha sido el último fichaje estrella del malogrado Chris Squire para Yes. Un superclase.
Este Citizen, su décimo álbum en solitario, es un trabajo conceptual que describe la trayectoria de una alma perdida reencarnada sucesivamente en personajes diversos, testigos de momentos cruciales de la historia de la humanidad, desde un legionario romano hasta un ayudante de Charles Darwin, pasando por gente cercana a Galileo, soldado de trinchera en la primera Guerra Mundial u hombre de negocios suicidándose en el Crack del 29.
Todo ello en once temas entre los cinco y los ocho minutos y pico, brillantes a lo poco, como se puede ver en The citizen, No man’s land o Just Galileo and me, en los que Sherwood se encarga de cantar y tocar de todo, con las destacables colaboraciones puntuales de, nada más y nada menos, que Chris Squire (bajo), Steve Hackett y Steve Morse (guitarras), y Jordan Rudess, Patrick Moraz, Geoff Downes, Tony Kaye y Rick Wakeman (teclados), entre otros muchos.
Toda una exhibición de un rock progresivo de corte muy cercano al AOR que tiene que gustarte sí o sí.