ST GERMAIN
African French Touch
A Ludovic Navarre le ha dado por el rollo étnico. Y funciona. El músico ha vuelto, quince años después de publicar el antológico y mitológico Tourist, rodeado de músicos africanos al cargo de una mezcla improbable y sin embargo brutalmente efectiva de instrumentos occidentales, malienses (los que aportan los músicos del grupo The Hunters) y de algunos sus países limítrofes. El compositor fracés cedió el protagonismo a su troupe subsahariana y se dedicó, desde su posición privilegiada aunque casi oculta en el centro del escenario, a regular las bases y disfrutar del espectáculo de unos músicos que brillaron con fuerza en cada uno de los temas que proponía el protagonista de la noche, insuflando a los más antiguos una nueva vida que desconocíamos e interpretando los más recientes con una fuerza que en el disco solo llegamos a intuir.
El francés, que en alguna entrevista se había considerado más un experto del ratón que un músico, ha vuelto a demostrar que, sea lo que sea, lo cierto es que su talento ha sabido de nuevo llevar a cabo una mezcla que nos seduce y nos divierte a partes iguales. Porque eso es lo que hizo el público que casi llenaba la Riviera intentando escapar del frío, divertirse con una genialidad que debe casi todo o al menos mucho al buen hacer de unos intérpretes sobresalientes a los que nos gustaría mucho ver actuando con sus respectivos grupos.
Largas colas tuvieron que soportar los asistentes, en parte debido a la seguridad y en parte a que siempre vamos con la hora pegada al culo, para acceder a Forget me not, el tema con el que, desde abajo, comenzaron a caldear el ambiente los músicos de St Germain. Un tema marcadamente africano en el que pueden (fácilmente) rastrearse melodías y sonoridades muy específicas de las zonas de origen de los intérpretes. A partir de ahí, continuación con Real Blues, uno de los mejores temas del último disco, en la misma línea que el anterior, y Rose Rouge para poner a bailar hasta a los más indecisos con uno de los temas emblemáticos del francés. How dare you y So flute también tuvieron cabida en la parte principal de un concierto que ofreció dos bises que concluyeron, ahora sí de forma definitiva, con una interpretación de Sure thing que sirvió para bajar las pulsaciones y demostrar que la calidad de St Germain llega a registros que quizás no nos habíamos parado a imaginar o a los que, al menos, no estamos tan acostumbrados. ¿Se le puede pedir algo más a un músico?
Si el francés había provocado dudas entre algunos de sus seguidores con Real Blues, a buen seguro que estas quedaron disipadas tras asistir al gran espectáculo que consiguieron llevar a cabo en la sala madrileña Ludovic Navarre y los intérpretes africanos de St Germain. De diez.