HAVALINA – Islas de cemento
Havalina se revaloriza de nuevo
Octavo disco en doce años, así que el que ya conozca a Havalina sabe qué tipo de música se va a encontrar. Los que no les conozcan tienen una buena oportunidad para descubrir un grupo con un sonido original, un tanto siniestros pero sin caer en la melancolía y la depresión severa. Es como si los Cure cambiaran sus pedales de efectos habituales por unos de distorsión y desayunaran cafés dobles, por poner un ejemplo de drogas legales. Os invito a escuchar Un reloj de pulsera…o La voz de él para haceros una idea de cómo suenan.
Me sigue pareciendo un grupo que suena como si tuvieran más de tres componentes, aunque evidentemente en la grabación meten piano, sintetizador y saxo, en directo también da esa impresión. Y es que el manejo de efectos con la guitarra de Manuel Cabezalí contribuye bastante al estruendo controlado que practican. La mayoría de las letras son adaptaciones de un libro de poemas escrito por J.J. Cabezalí, cuyo título es “Manual para conductores borrachos”.
Quizás suenen más contundentes que en otras ocasiones como sucede en el tema Luces y Donde, demasiado roqueros para lo que es habitual en ellos, aunque no es el primer tema que hacen así.
Cementerio de coches, lisérgica, y Lluvia en el cementerio de coches, que continúa y sirve de “bajón” o para terminar de flipar con los dos temas son otros dos temas que han llamado mi atención.
Grupo interesante, inclasificable y que espero no metan con este disco de nuevo en la bolsa del Indie español donde todo cabe y vale. Estos van por su cuenta y tienen bastante nivel para estar en el mismo saco.