EL GENIO EQUIVOCADO FEST!
El sello barcelonés toma Madrid
El pasado fin de semana el sello barcelonés El Genio Equivocado se instaló durante un par de días en Madrid para celebrar su propio y exclusivo festival. Dos sesiones con cuatro grupos de la casa cada una. Una apuesta arriesgada para una discográfica joven, independiente y con un catálogo muy ecléctico. Algo que, sin duda, limitaba el público objetivo a los muy fans de la disquera, ya que Joan Casulleras y Rafa Piera editan propuestas tan dispares como las de, por ejemplo, Hazte Lapón o Blacanova. Pero vayamos por partes.
Debido a la cancelación por parte de la sala Independence (donde en un principio iba a celebrarse el festival) de toda su programación para los próximos meses, el evento tuvo que trasladarse a dos ubicaciones de urgencia: la sala Moby Dick el viernes y el antro Cats el sábado.
Los valencianos Ghost Transmission fueron los encargados de dar el pistoletazo de salida y lo hicieron con atronadora sencillez. Por su disposición (colocados en línea), por el atrezo (envueltos en una semioscuridad solo alumbrada por el hormigueo blanco de un proyector) y, por supuesto, por la propuesta musical: contundencia en las bases, distorsión en las guitarras y las melodías vocales de Miriam navegando en un denso océano sonoro del que difícilmente puede escapar el oyente. Bajo estas premisas fueron enlazando, uno tras otro, los temas de Apparitions, su disco de debut. Un auténtico (y sin embargo placentero) bofetón sonoro que puso el listón en los más alto desde el primer concierto.
En segundo lugar se subieron al escenario los componentes del trío zamorano El lado oscuro de la broca, debutantes también este 2015 con Beta, un primer disco denso, rotundo, que suena al mejor post-punk que se recuerda por estos lares. Otra descarga sonora de alta intensidad que terminó, como no podía ser de otra manera con Los líderes africanos, su primer single.
La segunda mitad de la noche comenzó con los locales Cómo vivir en el campo. Cambio radical de intensidad que nuestros exigidos (aunque felicides) oídos agradecieron. Pop adictivo que fue picando de sus dos trabajos publicados hasta el momento y que tuvo algunos de sus mejores momentos con Perdido (un tema que a este redactor le gusta especialmente) o La perla del Pacífico.
Clausuraron la jornada los veteranos (al menos en lo que a producción se refiere) Las ruinas, que ofrecieron una excelente sesión de su (autodenominado) heavy pop. Inmediatez, energía y surrealismo para poner el broche final a una primera noche en la que hubo de todo y todo sonó como tenía que sonar.
El sábado fue otra historia.
Con un sonido más que discutible (una constante a lo largo de la velada) y la gente todavía entrando a la sala comenzó el concierto de Hazte Lapón. Pop superlativo, letras al nivel de los mejores y un disco bajo el brazo (No son tu marido) que se colocó desde la primera vez que lo escuché entre mis favoritos del año. Una pena los problemas técnicos y el poco tiempo que estuvieron sobre el escenario.
Blacanova, segundos de la noche, arriesgan con la propuesta, qué duda cabe. Y tienen talento, nadie lo niega. Pero uno no puede evitar hacerse la misma pregunta una y otra vez: ¿para qué tiene dos cantantes un grupo del que no se entiende ni una sola (literalmente) palabra durante toda la actuación? Su nuevo disco, Regiones devastadas, suena denso, intenso, complejo. Pero a mí (ignorante) no terminaron de convencerme el sábado en directo.
La última parte del festival estuvo en manos de Cosmen Adelaida y Murciano Total, que ofreció uno de los mejores conciertos, si no el mejor. Los primeros estuvieron muy correctos. Convincentes con su propuesta pop-rock, pero los segundos ofrecieron un concierto sobresaliente, a pesar del sonido del antro donde los llevaron a tocar, un perfecto punto final cargado de ritmo en el que ofrecieron (como en su último y gran trabajo, Quereres y dejenes) un poco de todo y que, desde luego, puso a todo el mundo a bailar.
No se dejen engañar por el nombre: El Genio Equivocado está haciendo las cosas muy bien.