JOE SATRIANI
Vertiginoso prestidigitador de las seis cuerdas
Una vez más aterrizaba en Madrid el señor Joe Satriani, y en esta ocasión en un recinto inédito para él: el Price – incómodo quizá para algunos seguidores por el hecho de tener que permanecer sentados pero, por ese mismo motivo, una bendición para otros que prefieren la tranquilidad y la comodidad de una butaca. Eso sí, se agradece que aquí no tengan problemas para entrar los menores (acompañados, claro) y puedan así ir cultivando la afición por la música en vivo.
Satch apareció puntual en escena, muy bien acompañado por tres músicos de lujo a los que el jefe deja espacio para lucirse a lo largo del show. Y desde luego están a la altura – sin duda merecen acompañarle, y Joe tampoco merece menos que una compañía de ese nivel. Marco Minnemann no solo se despachó a gusto en el inexcusable solo de batería, donde trató de aportar un toque personal y original, sino que durante todo el concierto demostró sus poderes. Por su parte, el bajista Bryan Beller también tuvo varias ocasiones de exhibir sus habilidades sobre las cuatro cuerdas; pero sin duda es Mike Keneally quien se encarga de darle la réplica al patrón, casi llegando a desafiar a Joe y forzándole a dar la talla y no bajar la guardia, ya fuese con la guitarra o con los teclados – o con ambos a la vez, con una mano en cada instrumento.
Exhibicionismo y virtuosismo juegan un papel esencial en el espectáculo, porque un concierto de Satriani no sería un concierto de Satriani – nadie se lo perdonaría – sin sus increíbles alardes sobre las cuerdas de sus espectaculares guitarras. A veces sus grandilocuentes y barrocas cabalgadas de rock progresivo y extremo, o esos majestuosos solos comparables a delirios jazzísticos atiborrados de anabolizantes, pueden acabar, más que impresionando, casi abrumando; sin embargo la otra cara del genio, la que construye canciones con admirables melodías que emocionan sin necesidad de palabras, ni de una voz que te las cante, pone un punto de equilibrio al exceso de sus vertiginosos ejercicios de habilidad técnica, igualándose cuando menos la faceta de brillante compositor con la de indiscutible guitar hero.
En cuanto a repertorio trata de hacer hueco a todas sus épocas y trabajos, si bien predominan los más recientes (sobre todo de su último álbum, “Shockwave Supernova”) a costa de sacrificar algunos temas antiguos que podrían ser tan imprescindibles como esas otras piezas que nunca faltan, sus emblemáticas y colosales creaciones de la época dorada, concentradas en la parte final de dos horas largas de recital. La respuesta del público, la esperada: pasión incondicional (cercana al delirio en muchos casos – muchos apenas aguantaban ya sentados en los bises) y, una vez bajado el telón, la impaciente ansiedad por que llegue la próxima cita – recordemos que el próximo año se cumplen treinta desde que publicó su primer álbum, “Not of This Earth”, y ya ha anunciado la gira “Surfing to Shockwave” para celebrarlo, así que… ¡Váyanse preparando!
Setlist: Shockwave Supernova / Flying in a Blue Dream / Ice 9 / Crystal Planet / Not of This Earth / On Peregrine Wings / Friends / Time / If I Could Fly / Butterfly and Zebra / If There Is No Heaven / Cataclysmic / Crazy Joey / All of My Life / Drum Solo / Luminous Flesh Giants / Always With Me, Always With You / God Is Crying / Goodbye Supernova / Satch Boogie /(Encore)/ Big Bad Moon / Surfing With the Alien