MADGARDEN: LILA DOWNS + PEDRO PASTOR

Pedro Pastor tuvo la ocasión de abrir el concierto de Lila Downs, y él lo agradeció de corazón, como si de un regalo inesperado se tratara. La música de este joven cantautor es muy intimista y reposada. Estuvo sólo acompañado de su guitarra y de otros dos músicos con guitarra, violín y que también le hacían coros. Dio un breve concierto donde dejó una muestra de su recientemente aparecido “La vida plena”. Se trata de un artista lleno de compromiso social y valores humanos, de los que creen que cantar también es luchar y vivir.

Luego llegó el turno de Lila Downs. Ella también es cantautora, pero de otro estilo, y que además busca la tradición de la música de su tierra desde la modernidad. El público fue muy caluroso con ella y no fue por el sol. Aún continúa el intenso calor en Madrid que dura ya tres semanas. Por eso, se ha retrasado media hora el turno de actuaciones para no sufrir el sol directamente. Además, en la actuación de Lila se iban a proyectar imágenes de fotografías, dibujos o de la cantante, y era mejor un poco menos de luminosidad.

Lila viene embarcada en una extensa gira mundial donde presenta su último trabajo “Balas y chocolate”, que resulta ser un buen ejemplo de sus preocupaciones actuales: la violencia que nos rodea y ese manjar de dioses. Desde luego la muerte es una presencia de lo más natural en México (ahora no me refiero únicamente a la violencia y disparos) que se representa en multitud de pinturas, canciones y festividades. También aparece en el repertorio de Lila Downs porque forma parte de la tradición. (Por aquí estos últimos años nos ha dado por celebrar haloween porque es “superdivertido”, en lugar del día de los difuntos donde los mexicanos beben, cantan y bailan, brindando con los muertos.)

La voz de Lila fue creciendo durante la actuación, y ofreció una muestra del poderío inmenso de su voz desbordando todo el auditorio. Comenzó con “Una cruz de madera” con mucho brío y pasión. Venía vestida con traje tradicional muy colorido y largas trenzas que le caían por la espalda. Para la “Burra” se puso gafas de sol y no paró de dar pasitos por el escenario derrochando todo su carisma entre los aplausos. Lo cierto es que en su repertorio, además de sus propias composiciones, echó mano de mucha música tradicional, pero yendo mucho más allá de las rancheras. Con las canciones más conocidas el público tuvo la ocasión de cantar a coro, bailar y aplaudir como si todos fuésemos mexicanos.

Mujer comprometida con causas sociales, sus composiciones tratan a menudo de inmigración, injusticias y política, pero su música no es triste ni desesperada, es un canto a “los que caen y luego se levantan”. Ella es una embajadora permanente de su tierra, y eso que vive a caballo entre Estados Unidos y México, al igual que son sus orígenes, quizá por eso también se acompaña de músicos internacionales y se acerca a estilos del universo pop. Los músicos que la acompañaban cubrieron un montón de registros instrumentales con acordeón, trombón y saxo. También hubo una bonita batalla, sí, pero de acordeones, entre México y EE.UU, entre Sonora y Texas.

Los homenajes también se sucedieron, y no fueron necesariamente con las canciones más famosas, pero allí se dieron cita José Alfredo Giménez, Pedro Infante y Chavela Vargas. También un homenaje para Emiliano Zapata en “Zapata se queda”. El concierto terminó con la “Cumbia de la mole” una maravillosa canción para bailar  que hace alusión a la preparación de este plato mexicano y a las festividades de Oaxaca, y de paso reivindicar toda la música latinoamericana.

Lista de canciones Lila Downs: Una cruz de madera / Humito de copal / La burra / La promesa / Balas y chocolate / Dulce veneno / La farsante / Vámonos / Cuando me tocas tú / Viene la muerte / Patria madrina / Mano negra / Cucurrucucú paloma / Son de difuntos. Bis: Zapata se queda / Paloma negra / Cumbia del mole.