RADAR MEN FROM THE MOON + DOMO
Sonidos siderales
Durante la primera semana de mayo los madrileños aficionados al postrock han estado de enhorabuena, pues la capital les ha brindado la oportunidad de disfrutar del directo de los japoneses Mono, los irlandeses God is an Astronaut… y los jovencísimos Radar Men from the Moon, que vienen pisando fuerte desde Holanda.
Radar Men from the Moon es el título de una película de ciencia ficción del año 1952, que tres chicos de Eindhoven consideraron lo suficientemente mala como para dar nombre a su proyecto de rock instrumental surgido a principios del 2011. Ellos eran y siguen siendo el guitarrista Glenn Peeters, el batería Tony Lathouwers y el bajista Jan-Titus Verkuijlen, a los que más tarde se les ha unido el teclista Niek Manders. Aunque afirman que les gusta el grado de abstracción que les brinda su música instrumental, que es en gran parte fruto de la improvisación, no descartan que algún día puedan contar con un cantante. Hasta la fecha han publicado tres discos de estudio: Intergalactic Dada and the Space Trombones (2011), Echo Forever (2012) y Strange Wave Galore (2014), que les ha servido de excusa para iniciar la gira que les ha traído hasta Madrid.
Para su directo de Madrid, los chicos de RMFTM, como les gusta autodenominarse, contaron con el cuarteto alicantino Domo como teloneros. Durante su hora de actuación, nos acercaron los temas de su rock instrumental con reminiscencias de los setenta y toques de heavy y psicodelia. Llevan haciendo música desde el año 2010 y tienen un disco publicado bajo el mismo nombre que la banda. Entre una maraña de pedales extendidos sobre el suelo del escenario se encontraban los guitarristas Pablo y Sam, el bajista Óscar… y más al fondo Paco a la batería. En general, sonaron bien, aunque en las contadas ocasiones en que el bajista quiso intervenir con la voz, no se le oyera demasiado. En todo caso, contaron con el apoyo de los fans que se habían acercado a verles y que les animaban a “ponérselo difícil a los holandeses”. A nivel personal, me parece que a veces se pasaban un poco con la distorsión de su sonido, pero sin duda cumplieron su papel, animando el ambiente de la sala con su desbordamiento de energía.
Los chicos de RMFTM saltaron al escenario unos minutos antes de las once de la noche y tocaron durante apenas una hora para presentar una serie de temas largos, interrumpidos por pausas muy breves que eran lo único que nos permitía diferenciar el final de una canción y el comienzo de otra.
Como es habitual en este tipo de conciertos, la música era una sucesión de bajadas y subidas de intensidad, que parecían componer la banda sonora de una película. Si Domo nos habían impresionado con el gran número de pedales extendidos a sus pies, aquello no había sido nada en comparación a lo que traían los holandeses: llegamos a contar dieciséis pedales sólo para el guitarrista, al que precisamente destacaría de entre los músicos por darle el toque sideral al sonido del grupo. Tampoco debo olvidar al batería, que me pareció que tuvo momentos memorables, imprimiendo cambios de ritmo muy acertados en más de una ocasión.
En general, estos cuatro jóvenes sonaron muy bien, pero no contaron con el apoyo del público, que aplaudió tímidamente entre los temas… y que de a ratos prefirió estar de charla que prestar atención al escenario. Lamentablemente, esto repercutió en el espectáculo que fue perdiendo intensidad según iban pasando los minutos. De ahí que a la hora escasa de concierto, los músicos se despidieran rápidamente de nosotros y se fueran sin dedicarnos ni un solo bis. Pese a todo, creo que tienen buenos temas y espero que en su próximo directo consigan darnos un espectáculo más digno de la gran calidad de su música.