CONCIERTO BURNING
De 40 años y muchos recuerdos
Se preguntaba el bueno de Johnny Cifuentes en una conversación informal con Enrique Bunbury tras acabar el concierto del Palacio de Deportes (si, ya se que se llama ahora Barclaycard Center o The Ring, pero que queréis que os diga, para mi sigue siendo el Palacio), que quién le iba a decir a él que iba a estar después de 40 años de carrera tocando en ese lugar y grabando un disco en directo. Seguramente muchos de los asistentes al concierto se hacían la misma pregunta pero con otra cronología e introspección personal. ¿Dónde he estado yo los 40 años de carrera de los Burning? Y aunque parezca increíble, 40 años después de su formación, Johnny Cifuentes y los Burning actuales siguen dando guerra justo en el año en que un servidor llega a la cuarentena. Para que el símbolo y el mito estuviesen a la altura del evento, el concierto se realizó un 9 de mayo, fecha de los fallecimientos del primer cantante de la banda, Toño Martín, y del gran Pepe Risi. Vamos, la cuadratura del círculo.
Johnny Cifuentes es un auténtico superviviente y estandarte de hacer simple y llanamente rock and roll stoniano (recuerden, los Stones, no los Rolling), chulesco, castizo y sexy. Un personaje igual de creíble tanto fuera como dentro del escenario, por eso hoy en día es tan querido por el público. El concierto, grabado tanto para un futuro disco en directo como para el documental que está realizando Fernando Colomo sobre la banda, ofrecía un componente tanto de nostalgia como de acontecimiento en la historia del grupo. Pero Johnny es listo, muy listo, conoce bien sus cartas y empezó con “Madrid” para que el mensaje quedase claro (primera canción de su primer larga duración de 1978), seguida de “Tu lo llevas todo” de su última referencia “Pura sangre”, un muy buen disco que desgranaron casi en su totalidad porque los Burning actuales, cuarenta años después, con los enormes Edu Pinilla, Nico Alvarez, Carlos Guardado y Kacho Casal, no son pura nostalgia. De ahí en adelante puro rock and roll canalla.
La noche estuvo plagada de colaboraciones: A Star Mafia Boy le vino como anillo al dedo el añejo “Rock´n roll Mama”; a Rubén Pozo le sobró pose en la gamberra “Willie Dixon”; al guitarrista Alberto Marín le faltaba escenario para interpretar “Jack Gasolina”, aunque quizás le deberían explicar que esto del rock and roll no consiste en saltar sino en actitud; Luz Casal tiró de carisma y vozarrón en la magnífica “Corre conmigo” del último disco; Álvaro Urquijo clavó de manera meritoria “Huracan” acompañado perfectamente por el guitarrista Ramón Arroyo (¡qué manera de entender los cánones del rock americano!); Bunbury hizo de Bunbury interpretando “Bestia azul”; Josele Santiago mantuvo el tipo más que dignamente en “Esto es un atraco” y Carlos Tarque se sobrepasó en la interpretación de “Una noche sin ti”, una obra maestra del desamor y del recuerdo que sólo necesita sentimiento y no sobreactuación.
Sonó todo lo que tenía que sonar (poco se puede decir de clásicos de nuestra cultura musical como “No pares de gritar”, “Jim Dinamita”, “¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?”, “Mueve tus caderas” o “No es extraño que tu estés loca por mi amor” ) con alguna nota emotiva como la interpretación de su primer single “I´m in Burning”, que sonó igual de hard-rockera y contundente que en el momento de su publicación. Y el concierto acabó con la canción con la que tendrían que acabar todos los conciertos, según palabras del añorado Pepe Risi: “Johnny B. Goode”, igual que su mítico directo en la sala Universal Sur de 1990.
Muy buen sonido, pantallas a los lados de los escenarios y bonito repaso fotográfico de la banda para un concierto largo (dos horas y media), emotivo, chulapo e imperfecto. Se podrían poner mil calificativos porque todos valen y todos sobran. Simplemente rock and roll.
En la misma conversación informal que os contaba al principio de la crónica, el bueno de Johnny decía que daba igual todo porque lo único que estaba haciendo ahora era jugar la prórroga de su carrera. Pues esperemos que llegue a la tanda de penaltis.
Santino