ALSATIA – Fields of Elysium
Power metal made in USA
Una tipología muy abundante entre las bandas de nueva formación es esa que se caracteriza por tener desde el principio todo tipo de problemas de personal que a menudo dan al traste con el proyecto en pleno, como si de The Commitments se tratara, aquella entrañable banda de ficción que murió justo cuando iban a tener éxito.
Pocas de ellas se reponen de estos temibles obstáculos iniciales, pero Alsatia es una de ellas. Nacida en el entorno de Kansas City sobre 2010 como iniciativa del guitarrista Christopher Ashlock, harto del hiato de actividad de su anterior banda, Vanlade, juntó un quinteto de power metal con el que enseguida grabaron Fields of Elysium, supuestamente el álbum que nos ocupa.
Me explicaré. A punto de abordar la operación de lanzamiento del disco, el abandono del teclista desencadenó una reestructuración de la plantilla digna de una peli de los hermanos Marx: el vocalista, Tim Long (ex Evermourn) pasó a encargarse también de los teclados. Demasiada faena, lo que hizo necesario fichar un nuevo vocalista, Scott Livingston, de Shred Scare (donde había sido compañero del bajista de Alsatia, Jason Schelp). Esto permitió a Long, hiperactivo él, hacer segundas guitarras además de las teclas.
En este sindiós de movimientos alguien tuvo la claridad de pensamiento suficiente para darse cuenta de que ni de lejos sonaban como habían sonado, así que la banda decidió regrabar por completo el setlist del álbum con la nueva formación, aprovechando, me imagino, la oportunidad para mejorar la producción. El resultado de todo ello sí es el álbum en concreto que tenemos entre manos.
Son siete temas más una intro instrumental, A red sun rises, típica y tópica del rollo power. Las composiciones son, me parecen, sumamente buenas, sin ningún abuso de los teclados, tan frecuentes como innecesarios la mayoría de veces, y con práctica ausencia de coros, todo ello sin desmerecer el tono épico de los temas. La batería de Steven Quinn, el otro miembro inicial del grupo, es más que correcta, y las guitarras de Tim Long y, sobre todo, de Chris Ashlock, quedan de muerte. Jason Schelp cumple perfectamente con el bajo, y la voz de Livingston es, alejada de ese tono lírico que se suele encontrar en este estilo, buenísima y un tanto gamberra. Sensacional. En el que quizás es el mejor corte del álbum, Kill to alone, se puede observar todo esto perfectamente (aquí está unido a A red sun rises, que le sienta la mar de bien). Heavy metal del bueno. Fenomenales también The lament configuration, Enochian call, Eternia, y el impresionante I, defier.
Para el que quiera comparar, en el canal de Youtube de la banda hay varios de estos temas interpretados por la formación inicial.