BLACK MOTH – Condemned to hope
Agradable producto heavy
Desde Leeds, UK, nos llega el segundo álbum de la banda Black Moth, combo heavy (proviniente de The Bacchae, banda anterior) que, surgiendo del ambiente indie local dedica sus esfuerzos a producir un heavy metal con un sonido excelente, más bien stoner, que a bote pronto a lo que más recuerda quizás es a Mastodon o a Black Sabbath, sobre todo esto último por los arrastrados y contundentes riffs.
No abundan los solos, habitual por otra parte en las bandas de principios de siglo, y el hecho diferencial que más los representa es la frontwoman Harriet Bevan, poseedora de una muy bonita voz, poco rockera en principio, pero que a medida que avanzas en la audición notas que casa perfectamente con el sonido de bloque de la banda.
El disco consta de once temas en torno a los cuatro minutos, de sonido muy uniforme, cañeros pero no estridentes, que a ratos suenan popis a causa de la voz femenina. Desde Tumbleweave, que abre el disco, se suceden temas buenos como Set yourself alight, Red ink, White lies y Room 13 con otros excelentes como Looner, The undead king of rock’n’roll, The last maze, el más lento Stinkhorn, el más blues Slumber with the worm o el que cierra el disco, Condemned to hope. Los ritmos del excelente Don McCready son medios tiempos tirando a lentos, y los matices del bajo de Dave Vachon y las guitarras de Jim Swainston y Nico Carew proporcionan un ambiente espeso como el aceite al sonido de la banda, sobre el que la voz de Bevan brilla meritoriamente.
Si a todo esto le sumamos la preciosa portada de Roger Dean (sí, el de las portadas de Yes o Asia, entre otros), pues estamos ante un disco francamente bueno.