THE SADIES
A todo tren
El cuarteto canadiense vuelve a Madrid para deleitar a sus fans con su mezcla de country, bluegrass y rock psicodélico.
En Madrid estamos de enhorabuena: The Sadies han tocado aquí por segunda vez en menos de un año. En enero tuvimos la suerte de verles en la Sala Shoko, donde llenaron, ofreciéndonos un concierto centrado en la presentación de los temas de su último disco, Internal Sounds (2013). En lo que se refiere a su reciente actuación de la Sala El Sol, donde también lograron reunir a un buen número de seguidores, hubo lugar para temas nuevos, antiguos, versiones y muchos temas instrumentales.
Los hermanos Good (Dallas y Travis a las voces y las guitarras), Mike Belitsky (batería) y Sean Dean (contrabajo) son los cuatro integrantes de The Sadies, un cuarteto formado en Toronto allá por 1994. Desde entonces han publicado hasta doce discos; han participado con su música en diversas series de televisión y películas; y han hecho numerosas colaboraciones con músicos como Blue Rodeo, Neko Case, John Doe o Jon Spencer.
The Sadies se subieron al escenario poco después de las diez de la noche, ante un público entregado desde el inicio del concierto. Dallas y Travis Good, situados a ambos extremos del escenario, parecían dos vaqueros vestidos de gala. Entre ellos se situaban sus compañeros, al contrabajo y la batería, ocupando siempre un discreto, pero no por ello menos digno, segundo plano. Empezaron su actuación con The First 5 Minutes, el tema que abre su último disco, tras el cual siguieron hasta veinticinco canciones más que fueron tocando sin apenas darse un respiro. A lo largo de la noche tuvimos la oportunidad de escuchar sus interpretaciones de So Much Blood, Another Year Again, Tell Her What I Said, Leave this World Behind, Story 19… entre los que fueron intercalando gran número de temas instrumentales, que arrancaron más de una ovación del público. Aunque es indudable que los dos hermanos tienen muy buenas voces a las que sacan un gran partido, en el concierto de la Sala El Sol, diría que destacaron incluso más los temas instrumentales del grupo, con los que nos demostraron que son una máquina perfectamente engrasada, repleta de energía.
En un par de temas Travis Good cambió la guitarra por el violín, que consigue que la expresión de su rostro se transforme, convirtiéndole en un auténtico demonio. Fue así como nos presentaron su estupenda versión del There’s a Higher Power de los Louvin Brothers, que el público coreó entusiasmado.
Poco antes de finalizar la parte oficial del concierto, los hermanos Good, en un alarde de maestría, tocaron parte de un tema intercambiando los mástiles de sus guitarras. A las once y veinte desaparecían del escenario, reapareciendo apenas un minuto más tarde para regalarnos tres o cuatro temas más entre los que destacó su Palace of Gold.
En definitiva, otro gran concierto de The Sadies, que son siempre garantía de calidad.