SON ESTRELLA GALICIA AMERICAN AUTUMN: DORIAN WOOD

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Vuelve el pop arriesgado y experimental

El propio Dorian Wood se mostraba sorprendido por el hecho, pero lo cierto es que ni un año ha tardado en volver a España el músico angelino de origen costarricense. Poco más de nueve meses han pasado desde su anterior visita aunque ha regresado, eso sí, con nuevo material entre manos. Si en aquella ocasión nos presentaba Rattle, Rattle, su tercer larga duranción, en esta ocasión lo hizo con un nuevo EP entre manos, Down the dirty roof, un conjunto de seis canciones, algunas ya conocidas, “tristes, para variar”, como el mismo Wood reconoció en una casi (pero no) completa sala El Sol entregada al pop experimental y desgarrado de nuestro maricón (así rezaba su camiseta, en grandes letras blancas sobre fondo negro) favorito.

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Le hizo la cobertura Charles Lavaigne, etiqueta bajo la que se presentan el dominicano asentado en España (y que canta en inglés) Carlos Castillo y su grupo: una suerte de Neutral Milk Hotel hispano  de corte vanguardista, querencia experimental y formación poco usual (a los dos guitarristas y el batería se unen una violonchelista y un teclista) que lleva ya cinco años defendiendo una arriesgada propuesta que bien mereciera bastante más atención de la que está consiguiendo (un caso, por otra parte, bastante similar al de Dorian Wood). Canciones como la emotiva Death, que interpretó y encandiló a los asistentes, o la contundente Wandering Song, se colarían en muchos más ipods y cabezas con una mayor exposición mediática. Un nombre a tener muy en cuenta y a apuntar en las listas de los caza-tendencias más atentos de la noche madrileña: déjense sorprender (muy gratamente) por su Bandcamp.

Tras los teloneros, con la sala El Sol reconvertida a base de sillas y sofás en un pequeño auditorio, el público bajó los decibelios al mínimo y se dispuso a escuchar al protagonista de la noche, que hizo un repaso de toda su carrera aunque, como era de esperar, centrado en las dos últimas entregas.

Estuvo contundente con La cara infinita, su único tema en castellano y una de las cumbres indiscutibles de su repertorio, intenso con Pearline y emocionante interpretando el dueto Glassellalia, una de las candidatas a la canción más bonita del año 2013. Leah “Daddy” Harmor al acordeón y la segunda voz en este y los restantes temas seguro que dejó a más de uno con la mandíbula a ras de suelo. Dentro de ese pequeño cuerpo, tras sus gafas de pasta, se esconde la voz, nítida y potente como un rayo de sol en la oscuridad, de una auténtica estrella. Todo un regalo para el oído. El español Xavi Muñoz, al contrabajo, defendió con bastante solvencia los numerosos arreglos de cuerda que suele incluir el americano en sus composiciones.

Entre contorsiones, desnudos parciales y pequeñas interpretaciones más propias del teatro musical que del pop, Dorian Wood dejó en Madrid otra muestra más de su inmenso talento. Es verdad que una artista de su categoría merece muchísimo más que una sala el Sol al ochenta por ciento, pero es en estas dimensiones reducidas, con este nivel de cercanía e intimidad, como se puede disfrutar completamente de todo lo que el músico de Los Ángeles tiene para ofrecernos. Aprovechen mientras dure.

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