ACCEPT + DAMNATIONS DAY
¡Sublimes!
Llegará algún día que recordemos esta época increíble de conciertos increíbles en la capital de España. Una época en la que la agenda de actuaciones en vivo llegó a ser exhausta y que nos dejó en la retina algunos de los momentos más impresionantes de banda que comenzaban y otras que, lejos de situarse en su declive creativo, se empeñan en demostrarnos en cada concierto que están viviendo su cénit. A bandas, y no menos a promotores, que apuestan por acercarnos un período de oro de la música en vivo, hemos de agradecerles poder disfrutar de tantos y tan fantásticas actuaciones como las que día a día tenemos ocasión de vivir en España y particularmente en Madrid.
Con un calendario de eventos tan apretado es difícil decidir cuál ha sido el mejor, pero creo estar muy cerca del sentir generalizado si digo que el concierto de ACCEPT del 11 de octubre de 2014 en Madrid ha sido uno de los mejores del año en nuestra ciudad. Algo que no debería resultar sorprendente, al tratarse de una banda con tantos años de historia, tanta calidad en sus filas y que en su última etapa demuestran estar situados en la perfecta madurez. Pero aún así la sensación tras su concierto de La Riviera fue la de haber asistido a una actuación épica.
Los ingredientes ya llevaban preparados tiempo: una formación perfectamente engrasada: Mark Tornillo, el sustituto que acabó por hacernos olvidar a Udo Dirkschneider; Wolf Hoffmann, el inmenso teutón que un buen día decidió hacer regresar por todo lo alto a la cumbre del Heavy Metal a su banda de toda la vida; Peter Baltes, el eterno bajista sin cuyas voces de apoyo ACCEPT no serían lo mismo; Stefan Schwarzmann, al frente de una máquina de tamborilear inmensa y brutal; Herman Frank, el perfecto contrapunto en la segunda flecha con cuerdas de acero, sin las cuáles sería difícil imaginar a los alemanes. Formación de lujo para un grupo que sin desmerecer aquella época gloriosa que discurrió entre 1982 y 1987, los años que fueron claves con la grabación de “Restless and Wild”, “Balls to the Wall”, “Metal Heart” y “Russian Roulette”, hoy están a un nivel similar e incluso superior.
Tras su último concierto en España el pasado año en el Festival Leyendas del Rock y su excelente disco “Blind Rage” editado este verano, continuación de dos inmensos trabajos como son “Blood of the Nations” y “Stalingrad”, todo hacía indicar que el concierto iba a ser muy especial y así lo fue desde el primer momento. Ya desde tempranas horas de la tarde los aledaños de La Riviera se iban llenando de fans venidos de todas las ciudades de España. Como en los viejos tiempos de aquellos míticos conciertos en el Pabellón del Real Madrid las cercanías de la sala eran un perfecto muestrario de camisetas y cuero negro, de reencuentros y anécdotas. De recuerdos de conciertos pasados y de seguridad de estar listos para una noche inolvidable.
Como punto de calentamiento los encargados de abrir boca fueron Damnations Day. Llegados de Australia y con un sonido muy influido por los grandes del metal progresivo, especialmente Queensrÿche y Dream Theater, iban a contar con media hora para presentarse delante de un público que poco a poco empezaba a llenar La Riviera. Conscientes de la dificultad de encajar con el público que tenía muy claro qué era lo que quería ver desarrollaron un setlist breve basado en su disco “Invisible, The Dead”. Apoyados con muy pocas luces y una estética excesivamente oscura prácticamente se limitaron a cubrir el expediente de hacer correctamente las cosas ante la audiencia que, si bien no llegó a sentirse enloquecida con ellos, valoró especialmente la voz de su cantante y guitarrista rítmico, Mark Kennedy.
Pero lo que estaba por llegar no tardó demasiado en hacerse presente. El escenario se poblaba de las cajas de amplificación con el logotipo de los alemanes y al frente una gigantesca batería avisaba de que la tormenta de Heavy Metal que se avecinaba iba a ser de las que permanecen en el recuerdo. Y como una estampida de toros bravos, poco después de las ocho y media de la tarde y ya con la sala hasta los topes, “Stampede” arrancaba un inmenso grito de las gargantas. Desde su aparición en el escenario, ACCEPT en estado puro: poses, sonrisas, riffs y solos coreables, coros brutales y todo lo que uno puede soñar en un concierto de Heavy Metal clásico. Recuerdo a continuación a su anterior trabajo con la interpretación de la gloriosa “Stalingrad” seguida de la pesada “Hellfire”, perfectas para la voz del pequeño Mark Tornillo, y para agitar el cuello haciendo “headbanging” sin cesar.
Nuevamente vuelta a la actualidad con la descarga de “200 Years” nos mostraba a Hoffmann incansable, sin parar de sonreír al público y a Hermann Frank, habitualmente en un segundo nivel, mucho más comunicativo a nivel gestual con el público. Y por fin el primero de los clásicos: “Losers and Winners” desatando la locura como si fuera el primer día que desprecintábamos el viejo “Balls to the Wall” y nos quedábamos alucinados con aquel puñado de canciones. Había que seguir en el recuerdo y “London Leatherboys” y “Starlight”, menos habitual en sus últimas giras, nos permitían llevarnos por la nostalgia. Nostalgia que con “Dying Breed” se iba a disipar rápidamente. De nuevo ACCEPT defendiendo su fantástico disco de 2014. “Final Journey” sería el siguiente tema en ser interpretado y lejos de bajar la intensidad del concierto se demostraba como cuando una banda sigue sacando buenos discos al mercado no debe obsesionarse por tocar solo sus temas más añejos.
El medio tiempo elegido para esta ocasión fue “Shadow Soldiers”, elección valiente entre todas las canciones que el grupo ha grabado y nuevamente acertada, puesto que se demostró que fue aceptada como un gran clásico. Y del medio tiempo al que para mi es uno de los mejores temas de “Stampede”, “Front the Ashes We Ride”, imponente canción que nos recuerda perfectamente a las etapas ochenteras pero sin apartarse de la realidad y del momento en el que vivimos.
“Restless and Wild” y “Ahead of the Pack” nos llevaban de nuevo o viejos años de la banda y nos enganchaban con “No Shelter” en la que especialmente el trabajo de Peter Baltes nos lo mostraba como uno de los mejores bajistas de la escena. Excelente su solo y excelente su actitud sobre las tablas, en todo momento acompañado por Wolf Hoffmann que según avanzaba el concierto parecía crecerse aún más en su inmensidad.
La recta final del concierto se acercaba aunque aun teníamos que corear la eterna “Princess of the Dawn”, “Dark Side of my Heart” y “Pandemic” para llegar a la esperadísima “Fast as a Shark”, himno de himnos. Imprescindible. Gloriosa.
Llegaba el momento del fin. La despedida se hizo triste pero endulzada con “Metal Heart”, “Teutonic Terror” y “Balls to the Wall”, en lo que significaba un épico colofón a un concierto simplemente perfecto. Sonaban de fondo los acordes de “Bound to Fail” mientras el grupo se despedía de nosotros prometiendo volver muy pronto (estarán tocando en Barcelona el próximo año en el Festival Rock Fest) y la sala completa se rendía ante la evidencia. Habíamos asistido a algo muy difícil de repetir.
Setlist Damnations Day : Invisible, the Dead / The Meaning / I Am / Lucid Dreaming / Carried Above the Sun / Reaper
Setlist ACCEPT: Intro/ Stampede / Stalingrad / Hellfire / 200 Years / Losers and Winners / London Leatherboys / Starlight / Dying Breed / Final Journey / Shadow Soldiers / From the Ashes We Rise / Restless and Wild / Ahead of the Pack / No Shelter / Princess of the Dawn / Dark Side of My Heart / Pandemic / Fast as a Shark / Bises: Metal Heart / Teutonic Terror / Balls to the Wall / Outro: Bound to Fail
He leido crónicas de conciertos mal redactadas, espesas y narcisitas (cuanto sé, ¡¡¡maaadre!!!) pero esta se lleva la palma. Qué desastre de crítico, en fin…
Gracias por tu crítica constructiva…