JIM JONES REVUE
Letanía final para una gran banda de directo
Casi 7 años de existencia, tres álbumes de estudio (“The Jim Jones Revue”, “Burning your house down”, y “The savage heart”), un recopilatorio de singles (“Here to sabv your soul”) y mucha gasolina y sudor a su paso por los escenarios españoles. Este es el legado de la banda británica The Jim Jones Revue desde sus orígenes en 2007, sacudiendo los oídos más cercanos al rock and roll primigenio impregnado con gotas de garage, blues grasiento, rockabilly cool y una actitud muy sexy. También es cierto que el nivel compositivo de la banda fue descendiendo peligrosamente y adecuándose a la posibilidad de hacer más accesible y vendible el producto, como se pudo apreciar en su última obra. Jim Jones Revue se han dejado el alma en los escenarios de medio mundo, pero los resultados económicos no han debido ser los esperados, así que han decidido irse por la puerta grande con una gira de despedida. Mejor arder que apagarse lentamente.
Y siempre es un acierto saber decir que no en el momento adecuado. Lo duro es que cuesta asumir el abandono después de volver a presenciar su magnético y salvaje directo. Bestia parda escénica impregnando aceite y gasolina al rock and roll de los 50, como si Little Richard hubiera sido devorado por los MC5, Jim Jones sigue siendo una referencia encima de las tablas tanto por su actitud, su magnetismo personal y su manera de afrontar las canciones. El sólo llena el escenario y eso no lo pueden decir muchos front-man.
La banda se tuvo que amoldar al cansancio propio de la gira (visible sobre todo en la apatía del bajista Gavin Jay) y al embarullado sonido de la sala Arena, pero cuando la maquinaria se engrasó, nadie les pudo parar. Repasaron todos sus discos, combinando los pildorazos “in your face” tipo “Burning Your House Down”, “Rock N Roll Psychosis”o “Elemental”; el boogie bailarín de “It’s Gotta Be About Me” o “Shoot first” o las versiones pasadas por su túrmix de Sam Cooke (“Chain gang”) y Elvis Presley (“A Big Hunk O’ Love”). Quizás de este concierto me quedo con la interpretación a tres voces, maracas, batería y teclado de “7 Times Around The Sun” y “Collision Boogie” (su último single), con esa sensación extraña y mágica de presenciar algo único mientras Jones se reencarnaba en Nick Cave o Tom Waits. “Princess & the Frog” puso broche final con un público enfervorecido, ojiplático y rendido a los pies de la banda.
¡Un último hurrah por Jim Jones Revue! Y me juego el meñique a que el año que viene vuelve el bueno de Jim con un nuevo proyecto bajo el sol. Apuesten. Y quizás esta vez se pueda comprar por fin el Cadillac, que se lo ha ganado con creces.