CHEAP THRILL + SHOCK HAZARD
Poderosos los chavales y glamorosos los expertos
La verdad es que no esperaba que estuviera la sala llena de público, por las apretadas agendas que a veces me parecen excesivas en Madrid en cuanto a oferta de conciertos. Pero lo que no me esperaba es que no hubiese ni 30 personas viendo a una banda tan atractiva, como es Cheap Thrill, formada por músicos de primer nivel que han llenado campos de fútbol con sus respectivos grupos.
Pero me llevo un concierto imborrable para mi memoria y les digo a los que no fueron, que ellos se lo pierden.
La banda encargada de abrir, eran los británicos Shock Hazard. La banda la forman Jake a la guitarra y voz, Dexx al bajo y Dom a la batería. Unos chavales muy jovencitos, que empezaron su show, con apenas media docena de personas en la sala. Pero en lugar de acobardarse, la banda se creció y nos ofrecieron un espectáculo impresionante, cargado de fuerza, adrenalina, muy buenas canciones y un trío que se volvió loco sobre el escenario.
El batería ya en la primera canción, rompió la primera baqueta, lo que os da una idea de la potencia que le imprimía a su instrumento. Se acabó cargando cuatro de ellas. El bajista, además de tocar francamente bien, no paraba de moverse con su actitud macarra y desafiante, bajando en dos ocasiones al foso, para estar más cerca de la gente de primera fila. Y el cantante estaba completamente poseso. Le daba igual todo. Tiraba el pie de micro constantemente con sus alocadas carreras por el escenario. A pesar de que apenas había una docena de personas en la sala, se bajó del escenario y se fue hasta la barra de la otra punta y se subió a ella para tocar. No sé en qué momento, perdió una zapatilla y tocó más de la mitad del concierto con una sola y con un agujero enorme en el calcetín del otro pie. Se puso a rodar en el escenario sobre sí mismo al estilo del joven Angus Young. Al intentar darle la vuelta a la guitarra al estilo Yngiwe Malmsteen en mitad de un solo, partió la correa que la sujetaba y la guitarra se estrelló contra el suelo, acabando con el cabezal partido por la mitad y teniendo que sacar una segunda guitarra. Todo ello, sonando con una fuerza enorme, interpretando los temas genial (daba igual que las notas no salieran todas perfectas, porque el show era muy llamativo) y dando una asombrosa demostración de energías y ganas de comerse el escenario.
Un gran concierto que nos dejó a todos una gran sonrisa en las caras y con unas canciones francamente buenas de Hard Rock potente y vacilón. Me impresionaron bastante.
Y a continuación y ya con poco más de una veintena de asistentes, hacía su aparición la banda llamada Cheap Thrill, que cuenta entre sus filas con músicos tan veteranos como Brandon Gibbs (Gibbs Brothers), a la voz y guitarra, Jeff LaBar (Cinderella) a la guitarra, Eric Brittingham (Cinderella) al bajo y Troy Patrick Farrel (White Lion) a la batería.
La banda también salió a por todas y a pasárselo bien, y a pesar de que éramos pocos, hicimos todo lo posible por parecer más, gritando, cantando y apoyando a los grupos, consiguiendo una buena comunión entre grupo y público.
Comenzaron con problemas con el micrófono principal, que no sonaba, teniendo que utilizar Brandon el micrófono de Jeff. Pero antes de acabar el primer tema, el técnico cambió ese micro y se solventó rápidamente. Y a partir de ahí, nos vimos envueltos en una elegancia y en unos sonidos buenísimos, con un repertorio de lo más variado, en los que no podían faltar grandes clásicos de Cinderella como el “Gipsy road”, “Heartbreak station” o la preciosa “Nobody´s fool”, que llenó de magia la sala. También hubo cabida para ese carismático y marchoso tema “Radar love” de Golden Earring, que popularizaron White Lion.
Casi al principio del concierto, nos anuncian que es el cumpleaños del bajista Eric y enseguida nos ponemos a cantarle el “Happy bithday to you”. Y hacia el final del concierto, le sacaron una tarta con velas, se apagaron las luces, sopló y le volvimos a cantar.
Brandon estuvo brillante a la voz, con mucha elegancia y unos registros y tonos perfectos. Los solos que se marcó Labar, eran dignos de admiración. Potente la actuación de Eric y Troy. Tocaron varios temas muy Hard Rock, de lo que será el primer disco de la banda. Y casi para rematar nos regalaron una preciosa versión del “Hoe sweet home” de los Motley Crüe.
A pesar de tener las cosas en contra, la banda se portó con gran profesionalidad y hubo una buena conexión con la gente, sacando muchas sonrisas a los músicos y viviendo nosotros muy buenos momentos.