MICHAEL MONROE – Horns and halos
¡Viva el Glam!
Estando como estamos inmersos en la era de la piratería, o eso dicen, resulta que se publica más música que nunca, o eso he leído por ahí. Fruto de ello, todo tipo de estilos que se podían suponer muertos y enterrados, o resulta que no estaban muertos (estaban tomando cañas) o que directamente ni siquiera se habían ido, sino que aún estaban ahí.
Eso es lo que pasa con el finlandés Michael Monroe: este hombre presenta su noveno álbum en solitario, Horns and halos, de una trayectoria de treinta y tres años, si contamos los años de la banda previa, Hanoi Rocks, haciendo lo que podríamos decir que es una cosa entre el punk-rock de Turbonegro y el glam rock de Sweet o de Slade.
No hace falta decir que las cosas, si están bien hechas, lo están siempre, así que como mínimo sorprende que este sonido resulte tan fresco en los días que corren: once temas, más dos de bonus, con un estilo muy rockero, marcha por un tubo, una voz que encaja perfectamente con el estilo, y unos coritos súper chulos.
Una banda más o menos estable, formada por Sami Yaffa (ex compañero en Hanoi Rocks y miembro de la reunión de los New York Dolls en 2004) en el bajo, Dregen (de Backyard babies y Hellacopters) y Steve Conte (también de la reformación de los New York Dolls) en las guitarras, y el ex Danzig Karl Rosqvist en la batería, acompaña al chica-para-todo multiinstrumentista Michael Monroe (voz, saxo, teclados, armónica, arpa…), un auténtico hombre orquesta, más o menos desde 2010.
El disco, número 1 en Finlandia, cosa no muy fácil en un feudo del heavy metal como es éste, consiste en poco más de media hora de glam a tope, más que otra cosa. Con algunos altibajos, encontraremos temas excelentes como la medio baladita Stained glass heart , TNT diet, Horns and halos, Child of the revolution (¿un guiño a Marc Bolan?), el sensacional Ballad of the Lower East Side o los temas de bonus Happy never after y Don’t block the sun, rodeados de algunas cosas no tan brillantes, como Eighteen Angels, Saturday night special, Half the way, Ritual, Hands are tied o la más feíta Soul Surrender. Con todo, es un disco fácil de escuchar, está muy bien incluso en sus momentos más flojos. Se puede comprar desde la web oficial de la banda .