ENTREVISTA A LE TRASTE
Tercer disco, incendios en desiertos
Reproducimos a continuación la entrevista que realizamos en exclusiva para la Revista Digital de Solo-Rock del mes de Marzo de 2014
Le Traste es un grupo de rock que lleva unos cuantos años haciendo música de forma independiente, con el único afán de llevar su música a donde les quieran escuchar, simplemente porque les gusta. Lejos de las grandes productoras y distribuidoras se las tienen que apañar como pueden para seguir en la brecha y no perder la ilusión. Acaban de publicar su tercer disco “Incendios en desiertos” y aprovechamos para entrevistarles.
Vamos a empezar según todos los tópicos, ¿qué significa Le Traste?
No significa nada concreto y al mismo tiempo evoca muchas cosas: los trastes de una guitarra, las letras, los trastos… Nos gustó su sonoridad y ambigüedad: un nombre que parece francés pero no lo es… en fin. Tampoco nos comimos demasiado la cabeza con el nombre.
Seguimos con las preguntas acostumbradas, ¿cómo definiríais vuestra música?
Parece también una respuesta habitual, pero creemos que es complejo definir la música que hacemos. Bebe de muchas influencias y al hacerla no nos ceñimos ningún tipo de precepto o cliché estilístico: simplemente dejamos que surja de manera natural. Es, en términos generales, rock. Con momentos de marcado carácter acústico propios del folk, estructuras poco convencionales que casan con una filosofía como la del post-rock, elementos puntuales del jazz, melodías épicas pero con concesiones puntuales al pop y una filosofía punk que está presente, sobre todo, en nuestra manera de hacer las cosas.
Le Traste tiene un sonido muy bien definido y característico. Habladnos un poco de vuestras influencias musicales. ¿Tenéis algún grupo como referencia o que os haya motivado especialmente en su momento?
Cada miembro de la banda te podría decir cientos de grupos y artistas de estilos radicalmente distintos. Nos gustan géneros absolutamente dispares, así que quedarme sólo con uno nos parecería una tarea enormemente complicada.
¿Cuál es vuestra relación con otros músicos de aquí?
Fundamentalmente tenemos lazos con bandas de la ciudad en la que vivimos, Madrid. Desde nuestro pequeño sello, Anomia, hemos creado una pequeña familia de bandas y artistas (Vaz Oliver, Ganz, Vidal, Craneón…) con estilos que van desde el folk hasta el stoner, pasando por el rock experimental o la psicodelia. Por otra parte, yo he crecido muy unido a la escena del punk y el hardcore, y las bandas de ese género también forman una parte esencial de mi vida. Además, nuestro teclista, Naiel Ibarrola, es de Bilbao, lo que hace que tengamos un vínculo especial con Euskadi. Y en líneas generales, tenemos una gran relación con todas las bandas con las que hemos tenido la suerte de tocar.
Vosotros lleváis ya unos cuantos años con el grupo. Habéis editado 3 discos y dado un montón de conciertos. ¿Cómo os enfrentáis al panorama musical en España? ¿Creéis que hay hueco para vuestras canciones? ¿Qué tipo de público va a vuestros conciertos?
El panorama musical en España es al mismo tiempo nefasto y esperanzador. Por una parte, resulta muy complicado hacerse un hueco desde la independencia. Por otra, existen infinidad de bandas con un talento desbordante a las que no se valora como se merece. No sé si hay hueco para nuestras canciones, pero honestamente tampoco es algo que nos preocupe en exceso. Respecto a nuestros conciertos, en ellos hay gente de todo tipo. Creo que es un buen síntoma.
Siguiendo con los conciertos, ¿dónde os gustaría tocar? Ya habéis salido al extranjero en alguna ocasión, ¿cómo os planteáis las giras y las organizáis?
No tenemos especial predilección por ninguna ciudad en concreto. Nos gusta tocar allá donde haya gente que quiera escucharnos. Las giras las planteamos y organizamos nosotros, a golpe de teléfono o mail, con la inestimable ayuda de amigos que nos prestan una casa o un sofá o nos ponen en contacto con una sala. Con suerte, volvemos a casa sin perder dinero. Pero lo pasamos bien, y de eso se trata.
¿Se puede vivir de la música o vosotros os conformáis con vivir para la música porque es lo que os gusta?
En nuestro caso, vivir de la música es algo absolutamente utópico. Nos conformaríamos con que la música no nos costase dinero. Pero no nos quejamos: hemos elegido dedicar buena parte de nuestro tiempo a esto y disfrutamos haciéndolo.
Acabáis de publicar “Incendios en desiertos”, ¿qué tal fue la grabación? ¿Encontráis mucha diferencia entre el estudio, los ensayos y el directo?
La grabación fue estupendamente. Como siempre, volvimos a La Mina (Sevilla) con Raúl Pérez (Pony Bravo, Maika Makovski, McEnroe…). Y como siempre, fue un lujo y un placer. Raúl es un tipo encantador y, como productor, un auténtico fuera de serie. La Mina nos ofrece la posibilidad de grabar en directo, que es la manera más fiel y real de plasmar en un álbum la música que hacemos. Sí, hay diferencia entre el estudio, los ensayos y el directo porque son experiencias radicalmente distintas. Pero de cara al oyente, y al estar grabado en directo, sobre el escenario somos muy fieles a lo que puedes escuchar en nuestros discos. Las canciones son lo que son, con sus imperfecciones y sus dinámicas, más fruto de su intensidad que de un afán por buscar la perfección técnica.
Habladnos un poco más en detalle sobre cómo está pensado el disco como producto final y también me gustaría que comentaseis algo sobre alguna canción en particular, por el motivo que sea.
Por su duración, este disco posee una narrativa más pensada que nuestro anterior trabajo, “Time for the braves”. Un inicio, un desarrollo y un desenlace. Con sus interludios instrumentales y sus momentos álgidos y reposados. Es un disco más completo y complejo en todos los sentidos. Si tuviera que escoger una canción por alguna razón en particular, quizá me quedaría con ‘Turismo de interior’: surgió de una manera inesperada, en apenas unos minutos, y entre todos. Eso la convierte en una pieza muy especial dentro del disco. Además será la primera que contará con un videoclip que, con escasos medios y mucha ilusión, estamos preparando.
¿Qué respuesta está teniendo el disco? ¿Cómo lo promocionáis? Las reglas del mercado musical han cambiado mucho y no debe ser sencillo hacerse notar sin tener el empujón de una gran distribuidora.
El disco está teniendo una buena respuesta. Es cierto que cuesta que te hagan caso, pues las labores de promoción recaen sobre nuestros hombros y no sobre alguien específicamente dedicado a ello. ¿Que cómo lo promocionamos? De la misma manera que montamos las giras: a base de dar la brasa, mandar mails e intentar, en definitiva, que la gente dedique un rato de sus vidas a escuchar un disco como éste, que a priori no entra a la primera escucha sino que requiere de tiempo para descubrir sus recovecos.
Esta es la primera vez que las letras de las canciones de Le Traste son en castellano, ¿por qué os habéis decidido a cambiar de idioma? ¿Pensáis que así podréis llegar a más gente o es simplemente una forma de expresarse más natural?
Simplemente era un reto que nos apetecía afrontar y que llegó de manera natural. Llegamos a la conclusión de que nos apetecía explorar las posibilidades que nos ofrece nuestro propio idioma, lo que en el fondo tiene bastante más sentido. No tiene que ver con llegar a más gente, sino de poder expresar de una manera más sincera lo que sentimos en el idioma en el que piensas. Es más difícil, pero también más estimulante.
Antes preguntaba por las influencias musicales, ahora os pregunto por las influencias en las letras. Imagino que es más difícil definirlas porque, sin duda, son muy personales. Pero siempre hay ciertas referencias, muchas veces ni siquiera musicales, no?
Las letras son personales, sí. Y efectivamente es complicado defenderlas desde dentro. Hay un elemento en común en la mayor parte de ellas, que son los conflictos a los que nos enfrentamos y la manera de intentar afrontarlos. Pero a menudo juegan con la ambigüedad, lo que hace que tengan varias lecturas y puedan ser aplicadas a cosas muy distintas. Tampoco es algo especialmente calculado: las letras, por lo general, surgen de una manera muy instintiva, casi automática. Y en cuanto a las referencias… es curioso, porque realmente son muy pocas las bandas en castellano que nos gustan frente a las que cantan en inglés. Y aun así, hay gente haciendo letras realmente buenas. Me imagino que nos habrán influido, como también lo hacen el resto de manifestaciones y lenguajes a los que estamos expuestos: literatura, cine, prensa, arte…
Otra pregunta sobre el mismo tema, ¿qué relación se establece entre vuestra música y las letras? ¿Cómo se combinan? ¿Eso lo trabajáis ensayando?
Por lo general, cuando un tema está en proceso de gestación las letras se van formando poco a poco, casi por sí solas. Las melodías, los riffs de guitarra, la base rítmica, la línea de bajo, el piano… todo remite a sensaciones concretas que se traducen en frases o emociones. Y poco a poco, estas van tomando forma. En cualquier caso, el proceso varía enormemente dependiendo de cada canción. Hay letras que se terminan en cuestión de horas, otras pueden pasar meses dando vueltas en la cabeza hasta tomar sentido.
Para terminar, un aspecto que me gusta mucho de Le Traste es el diseño de vuestros discos. Además de camisetas, también hacéis carteles para los conciertos. Esto no es algo habitual, pero es una idea que me encanta. ¿Quién se encarga de todo esto?
María Gil es la encargada de todo el imaginario gráfico de la banda. Realmente es un lujo poder contar con ella. No podemos estar más orgullosos de todo lo que hace para Le Traste.