RETRIBUTION GOSPEL CHOIR + MONTEFUJI
Bestia parda
Los seguidores de la religión “Sparhawkiana” estábamos de enhorabuena. Apenas cinco meses después de su visita a la capital con Low, volvíamos a tenerle entre nosotros con su grupo paralelo, Retribution Gospel Choir, que es esa banda en la que deja a su mujer Mimi Parker en casa y la sustituye en las baquetas Eric Pollard. Ese simple cambio hace que la ecuación varíe de manera drástica, aunque con unos resultados igualmente positivos.
Antes de que el trío tomara el escenario de la sala El Sol, pudimos escuchar a la banda castellonense MONTEFUJI, que venían a presentar los temas de su último disco, ‘Bestiario’, aunque también sonaron un par de temas de su primera referencia, ‘Iceberg’. Aprovecharon su media hora. No han descubierto la rueda, pero suenan engrasados sobre el escenario y aunque la voz nos recordó en momentos a Maga, pero más guitarreros, fueron precisamente las seis cuerdas lo que más nos gustó de su actuación.
Y sin casi descanso, RETRIBUTION GOSPEL CHOIR comparecieron uniformados con casacas del imaginario ejército rastafari, que podía haber dado pistas sobre los derroteros de su actuación (me comentaron que en 2011 en la misma sala orientaron el sonido hacia el dub) pero que en realidad solo formó parte de la puesta en escena. El otro elemento escénico, las proyecciones, también nos dejaron con el pie cambiado, puesto que no encajaban mucho con el grupo, pero dio igual.
Desde el minuto uno, aquello fue una orgía sonora, con Alan Sparhawk como maestro de ceremonias, quizás con algún tic menos de lo habitual y con alguna que otra lucha con su amplificador, pero casi sin descansar ni un solo instante en los noventa minutos de concierto. Venían a presentar ‘3’, disco con dos temas de veinte minutos por barba, que nos mostraron como una auténtica bacanal para los sentidos. Al menos tuvieron a bien intercalarlas entre varios de los temas de sus anteriores referencias, como “Breaker”, “Working Hard” o “Electric Guitar”. Para cuando sonó la final “Take Your Rime”, con dedicatoria al conductor que les lleva de gira por media España, las pulsaciones aún no habían bajado y es que estar en primera fila recibiendo esa embestida de decibelios, es poco menos que una locura.
Un genio, que parece más incomprendido en esta vertiente, ya que mientras que con Low la asistencia fue notable, en esta ocasión, apenas media sala se acercó a verle. El único borrón de una noche inolvidable.