RAINBOW – Black masquerade
Directo del 95 para el recuerdo
Por muy plausible que parezca el proyecto BLACKMORE’S NIGHT a los fans de RITCHIE BLACKMORE, la definitiva desaparición de RAINBOW, tras el más que esperanzador renacimiento de mediados de los 90, fue un mazazo.
RAINBOW acabó enterrado con los restos de COZY POWELL en 1998, cuando la muerte de este último truncó la inminente reunión de la formación dorada de 1976, a la que BLACKMORE y RONNIE JAMES DIO habían dado el beneplácito. Quedaba solamente el buen sabor de boca que dejaba el canto del cisne que acabó siendo “Strangers in us all” de 1995, en que un esforzado DOOGIE WHITE (ex YNGWIE MALMSTEEN’S RISING FORCE entre otros) alcanzaba sin ningún problema el alto listón que exigía la parte vocal de la banda, con su registro literalmente a medio camino entre DIO y JOE LYNN TURNER. Es un vocalista excepcional a la altura de los mejores.
La cuidada selección de composiciones para el álbum y el nivelazo del producto final dejaron con ganas, como mínimo, de ver o escuchar cómo era la cosa en directo. Esta necesidad, cubierta a base de piratas, por fin se ha visto satisfecha con este concierto íntegro de 1995 para una cadena de TV alemana.
Dos CD repletos del mejor hard rock son la mejor manera de guardar el recuerdo de este puntal de la historia de la música, en los que se alternan excelentes versiones de temas de la banda de todas las épocas.
Tras el previsible inicio, con la intro de toda la vida “Somewhere over the rainbow” y “Spotlight kid” (única contribución de la era TURNER en que, por cierto, parece que uno o más miembros de la banda no se sabe el tema como dios manda, el teclista por ejemplo), interpretan “Too late for tears”, el tema más rapidito del último disco del grupo.
Imbricando continuamente temas viejos y nuevos, sigue un medley de “Long live rock’n’roll” y “Black night”, que precede a “Hunting humans”, ese tema tan flojillo y “Wolf to the moon”, que desemboca en “Difficult to cure”. A estas alturas de la película, las dudas suscitadas por el dubitativo inicio ya se han disipado: todo suena exactamente como ha de sonar, y la banda está perfecta, con los mercenarios GREG SMITH (bajo), PAUL MORRIS (teclados) y CHUCK BURGI (batería); este último ya formó parte de RAINBOW en la época de “Bent out of shape” de 1983.
El éxtasis de esta última versión de la novena de BEETHOVEN nos lleva al largo solo de PAUL MORRIS y al clásico “Still I’m sad”, que, como en los benditos 70, incluye el solo de batería. Acaba esta primera mitad del concierto con el primer single de la banda, “Man on the silver mountain” y una excelente versión de directo (ya en el segundo CD) de “Temple of the king”, completamente impagable.
A partir de ahí viene un poco de cuota para temas más modernos, con las excelentes “Black masquerade” y “Ariel” del último álbum, y un guiño a “Since you been gone”, única contribución de la época de GRAHAM BONNET. Ya de cara al final del show sobreviene un revival de temas de DEEP PURPLE: “Perfect strangers”, “Burn” (¡sorpresa!) y “Smoke on the water” (¡no sorpresa!), sólo interrumpido por esa perla del último álbum con ese trepidante final que es “Hall of the mountain king”, basada en “Peer Gynt” de GRIEG, que además viene precedida por la bonita introducción de turno marca de la casa, “Greensleaves”.
Es un concierto excelente de una de las más excelentes bandas que ha habido jamás. Más allá de ser un álbum sólo para fans, que lo es, es una auténtica muestra de lo brillante y fresco que seguía siendo el sonido RAINBOW. Y lo podría seguir siendo, ¿por qué no?