HAKEN – The mountain
El rock progresivo, más vivo que nunca
Siguiendo la estela de VANDEN PLAS o DREAM THEATER, la banda inglesa HAKEN comenzó su actividad a final de la década de los 2000 presentando un producto de rock progresivo no tan heavy como los anteriores, pero sí influenciado por ellos. Su muy aconsejable álbum de debut “Aquarius” de 2010 fue bastante brillante, aunque el segundo “Visions”, un año después, era más anodino.
Queda por ver si son capaces de mantener viva la llama. Esta tercera entrega, “The mountain”, consiste en nueve temas (once en la versión deluxe) un tanto irregulares, pero que muestran ampliamente el talento y el nivel de los integrantes de la banda, todos ellos compuestos por RICHARD HENSHALL menos uno.
Tras una breve introducción titulada “The path”, abordan “Atlas stone”, composición de siete minutos y medio en que todos se lucen en plan YES, y por encima de todos la más que versátil voz de ROSS JENNINGS. Es lo mejor del disco, junto a los siguientes temas, “Cockroach king” (con excelentes armonías de voces y un simpático videoclip, véase en ) y “In memoriam”, más metálico este último, cercano al sonido de metal progresivo antes citado.
Hasta aquí, todos los miembros han dejado a la vista sus respectivas tarjetas de visita: las guitarras de RICHARD HENSHALL y CHARLES GRIFFITHS y los teclados de DIEGO TEJEIDA son buenísimos aunque no se prodiguen en solos pirotécnicos, y la sección rítmica está a la altura requerida, con RAYMOND HEARNE en la batería (tremendo) y TOM MACLEAN en el bajo (por cierto, que este último abandonó la banda tres semanas después de publicar el disco).
Sigue la parte más flojita del trabajo, con la lenta composición “Because it’s there”, de la que se pueden resaltar los coritos que contiene, “Falling back to Earth”, que es el tema más largo del disco con doce minutos en dos partes al más puro estilo PINK FLOYD, y “As death embraces”, única composición de TEJEIDA, lentísima hasta el desespero.
El final del disco mejora sensiblemente, con “Pareidolia”, que es una exhibición total de once minutos con su excepcional ritmo y los diálogos entre guitarras y teclados, y el medio tiempo “Somebody”, donde el peso prácticamente recae sobre JENNINGS y su melodiosa voz.
La versión deluxe del álbum incluye dos piezas más: una versión instrumental de la intro del álbum, “The path unbeaten” y un tema lento pero interesante, “Nobody”.
En definitiva, un buen disco en el estilo del rock progresivo, cada vez con más gente que lo explora.