ROSKILDE FESTIVAL 2013
ORANGE FEELING FOREVER
Cuadragésimo tercera edición de uno de los festivales más antiguos y con más recorrido en el panorama europeo, que en este sentido es lo mismo que decir mundial. Tras dos años de ausencia, Solo-Rock regresaba con un completo equipo de redactores, dispuestos a poder desgranar el mayor número de las casi doscientas actuaciones de las que constaba esta edición.
Un año en el que el buen tiempo fue el protagonista (apenas un par de nubes dejaron algo de lluvia el jueves por la noche) y en el que con las jornadas de viernes y sábado completamente agotadas, seguramente haya una buena cantidad de dinero para invertir en proyectos humanitarios, porque si no estás familiarizado con el festival, Roskilde es un evento sin ánimo de lucro, por lo que una vez descontados los costes, todos los beneficios se destinan a diversos proyectos en los que mejorar el mundo (no sólo en Dinamarca).
Cerca de treinta y tres mil voluntarios velaron por nuestra seguridad, para totalizar un total de ciento diez mil asistentes, en una edición sin mayores problemas de seguridad en la que pudimos gozar, como siempre, de grandes actuaciones de los grupos destacados del cartel, alguna que otra decepción, y el descubrimiento de un buen puñado de bandas no tan conocidas, pero que sólo un festival como Roskilde es capaz de programar y darles la relevancia que merecen. Aquí está la crónica de las cuatro jornadas principales del festival.
JUEVES 4 JULIO
SUICIDAL TENDENCIES (ARENA, 18:00)
Arrancaba oficialmente el festival para la expedición española en Roskilde con un concierto cargado de simbología para varios miembros de la misma. Suicidal Tendencies (ST) teloneó a Metallica en aquel mítico concierto en el campo del Rayo Vallecano del año 1993. 20 años más tarde veníamos con las mismas ganas a ver a Mike Muir y sus chicos que presentaban su flamante nuevo álbum ‘13’ y sí, habéis acertado tiene 13 temas.
Mike ha cogido algo de peso y fue aprovechado por el imaginario hispano para denominarle sacamantecas por el parecido con los famosos hermanos del wrestling, pero Mike no conoce de edad ni de peso y con una energía a prueba de bombas recorrió el escenario una y otra vez mientras movía los brazos en un vaivén maníaco que más que un concierto asemejaba un ritual vudú. Para cuando tocaron “Institutionalized” ya estábamos poseídos por ese movimiento y disfrutamos de todos y cada uno de los temas que fueron desgranando mientras la muchachada danesa corría en círculos, pateaba, codeaba y, en fin, disfrutaba junto a nosotros de un gran momento vital. Resumiendo, fue un conciertazo espectacular que deja a ST a la altura de la leyenda viviente que son.
Antonio Maraver
THE LUMINEERS (ODEON, 19:00)
La respuesta americana a Mumford And Sons no lo hicieron nada mal con una carpa a rebosar. La gente quería verles en vivo y fue de los shows con más afluencia en el Odeon. Una gran actuación que sorprendió por su simpleza, donde el público puso la intensidad para que no fuera un show más y se convirtiera en una gran fiesta. Sobre todo cuando se pudo escuchar su éxito “Ho Hey”, que sonó de las primeras del repertorio. En ese momento éramos todos uno.
Diecisiete temas son los que nos ofrecieron entre las cuales habían versiones como “Subterranean Homesick Blues” (Bob Dylan), “American Music” (Violent Femmes), “Have You Ever Seen The Rain?” (Creedence Clearwater Revival), estas dos últimas en la recta final.
Hay que hacer mención especial al momento en el que su frontman, Wesley Schultz, se bajó a interpretar dos temas (“Darlene” y “Elouise”) entre el público. Para rematar su actuación a lo grande nos dejaron “Big Parade”, un broche de oro que hizo aún más grande su espectacular actuación.
Bernabé Cantero
KENDRICK LAMAR (ARENA, 20:30)
Como es difícil ver a este tipo de artistas por nuestro país, tenía curiosidad por ver lo que ofrecía Kendrick Lamar. De primeras, capacidad del escenario sobrepasada de largo, y eso que en el Arena entran diecisiete mil personas, pero me consta que en Dinamarca este estilo musical es muy seguido. De segundas, la típica introducción interminable con la banda y el Dj en el escenario calentando al público hasta la aparición de la estrella.
Pero oigan, cuando el muchacho californiano subió al escenario, la gente se volvió loca. Literalmente. Al llevar una banda de acompañamiento completa, la actuación se sostuvo como un concierto de rock y tuvo una intensidad muy alta. Los temas de ‘Good Kid, M.A.A.D City’ tienen mucho flow y logró convencerme sobre todo con “Money Trees”, “Bitch Don’t Kill My Vibe” y “Swimming Pools (Drank)”
Jackster
SLIPKNOT (ORANGE, 22:00)
Ya en el año 2009 disfrutamos de los aberrados de Des Moines en el Orange y ya entonces fue un gran concierto. Lo cierto es que por diferentes eventos concatenados que no vienen al caso la memoria de dicho evento está plagada de grandes lagunas así es que teníamos muchas ganas de incluir recuerdos más o menos reales de un concierto de Slipknot en el Orange en un año en el que solo hay programados 4 conciertos en Europa. Parte de la expedición hispana se puso frente al escenario mientras el resto comenzó una lucha a muerte para lograr una pérdida total de la conciencia. Slipknot se presentó con un atuendo que recordaba a presidiarios sacados de una pesadilla y como máximo exponente el payaso bate en mano con ganas de perforar todo tipo de orificio como después demostró con los barriles de cerveza que generan una percusión fantástica tanto auditiva como visual.
Si en 2009 Corey Taylor entre canción y canción nos torturaba con mensajes amistosos más cercanos a un bar de osos de Chueca que de la destrucción humana que se espera de la locura Slipknotiana, esta vez no defraudó y se dedicó a darlo todo junto con el resto de energúmenos que nos dieron un espectáculo brutal en todos los sentidos. Incluyendo en la fase final la ya conocida elevación y giro de la batería, y por supuesto el payaso durante todo el espectáculo estuvo penetrando los barriles con el bate, los lanzó por el escenario, se recostó sobre los mismos mientras giraban en el aire y el otro percusionista (aka #3) masturbó su nariz y se apretó el paquete una y otra vez. Tras más de 100 minutos espectaculares y 2 descansos, los enmascarados salieron y para gozo y deleite del que escribe se tocaron “Surfacing” en una suerte de apoteosis final que finiquitó un concierto simplemente perfecto.
Antonio Maraver
INGRID feat. LYKKE LI, PETER, BJÖRN AND JOHN, MIIKE SNOW, COCO, J.AHLUND and GUESTS (ORANGE, 01:00)
El final del primer día es el primer momento del festival en el que nos preguntamos si sabemos dónde nos hemos metido. Pensar que quedan tres días más de festival y ya nos cuesta coordinar los pasos. Al menos mientras esperábamos a los artistas del sello sueco Ingrid, ya sabíamos que lo peor quedaba atrás, Slipknot ya había acabado.
Nuestros corazones latían ya a ritmo normal cuando los suecos sacaron tranquilas melodías de sus guitarras. Y aunque el concierto fue in crescendo, con sorpresas, la calma pudo con muchos de los supervivientes que buscaron el ritmo en otros escenarios. Al final quedamos los suecos y los vagos sin ganas de perseguir la fiesta. Esta masa heterogénea pudimos compartir los sentimientos de Likke Li gracias a su maravillosa voz que sobresalía sobre sus compañeros de sello. Pero el sello Ingrid tenía una sorpresa para nosotros, la dama Chrissie Hynde salió de detrás del escenario para compartir un par de temazos de The Pretenders, su banda del milenio pasado: “I’ll Stand by You” y “Don’t Get Me Wrong”. La sonrisa en la cara de los espectadores continuó hasta el final del concierto, cuando acabaron con una versión de los Rolling Stones, “Under My Thumb”, y “Young Folks”, el ya clásico de Peter, Björn and John, que todos silbamos de camino a nuestra tienda de campaña a la espera de un nuevo amanecer.
Andrés Moreno
VIERNES 5 JULIO
DEAD CAN DANCE (ARENA, 15:30)
Al comienzo de nuestro segundo día en Roskilde, nos acercamos al Arena a disfrutar de uno de los conciertos más bonitos que se han visto para el que escribe este año en Roskilde. Dead Can Dance hacen una música muy difícil de clasificar aunque podríamos decir que es una mezcla rara de new age y folk procedente de muy diversos lugares como norte de África, Tíbet, nativos de Norteamérica, etc… Es una experiencia increíble que no debería perderse nadie. Yo que pensaba que las chicas de Värttinä cantan bien, y claro que lo hacen, pero comparado con Lisa Gerrard es como si graznaran cuervos. Lo que esta mujer emite no es humano, por cursi que parezca, es como si los ángeles cantaran para alegrar la existencia del mismísimo Dios (el del Papa Francisco o el que sea).
Dead Can Dance es una experiencia mística donde cualquier persona con un mínimo de sensibilidad viajará a un lugar interior con ojos emocionados y pelos de punta del que se vuelve como mejor persona y con la certeza de que vivir es algo fantástico.
Antonio Maraver
TURBONEGRO (ORANGE, 17:00)
A Turbonegro aún no había tenido ocasión de verles en directo desde que Tony Sylvester sustituyó a Hank Von Helvete como vocalista de la formación. Si os soy sincero no noté gran diferencia ya que hay cierto parecido físico entre ambos y como también estaban por ahí Euroboy y Happy Tom a ambos lados del orondo cantante, me dejé llevar como si estuviera en los viejos tiempos.
Ellos cumplieron, siguen siendo tan divertidos y directos como siempre, y mentiría si no confesará que grité con todo el alma “All My Friends Are Dead”, “Get It On”, “Prince Of The Rodeo” o “The Age Of Pamparius”, pero en el fondo creo que nos les veo con los mismos ojos que hace una década. Puede ser la edad. Eso sí, “I Got Erection” retumbó por todo el recinto como gran tema que es y supuso un perfecto colofón a una notable actuación.
Jackster
METZ (PAVILION, 18:00)
Tras la mística de Dead Can Dance necesitábamos acercarnos a la tierra y nada mejor para ello que el punk clásico reinventado de los canadienses Metz. A ratos parecían los mismísimos The Damned y, con una energía que pondría a prueba la química xenobiótica más potente del mundo, Metz destrozó el escenario aporreando la guitarra y con una batería espectacular. Siguiendo la máxima de más rápido y más alto siempre mejor, el grupo liderado por Alex Edkins desplegó un repertorio más que digno y para cuando llegó “Wasted” el que escribe tenía muy claro que volverá a verlos dónde y cuándo se pueda sí o sí. Como curiosidad deciros que Alex Edkins es una suerte de Joaquín Reyes, con camisa y gafapastero, vamos que si te lo cruzas en la calle jamás dirías que es un punk como la copa de un pino (musicalmente hablando) y es que es muy malo fiarse de las apariencias…
Antonio Maraver
OF MONSTERS AND MEN (ARENA, 18:30)
Este grupo islandés se la jugaba con The Lumineers por el premio a la mejor banda nueva del festival (mi premio particular). Ambos llevan todo un año sonando sin parar con tan solo un disco y tenía ganas de verles en directo a los dos. Por normas de Roskilde todos los grupos tienen que tocar por lo menos una hora, así que estos grupos con tan solo un disco que no llega a wsa duración tenían que hacerse valer con su maña en los directos.
La cosa se presentaba difícil para OMAM ya que The Lumineers nos habían ganado con su repertorio y su versión de “Have you ever seen the rain?”. Se encontraban en un escenario mayor, el Arena, pero sin estar completamente lleno y la verdad es que lo intentaron. Pero les faltó algo, podría decir el tópico de que les faltó frescura pero en realidad lo que les faltó es algo mucho más importante. Yo diría que con el directo no supieron contagiar al público con sus melodías alegres y divertidas de su álbum ‘My Head is an Animal’. El público tan sólo era oyente de una música de la que no podían ser partícipes. Y, como ya he dicho, lo intentaron con canciones como “Mountain Sound” y, como no, su hit “Little Talks”. Pero no lo lograron.
Manuel Moreno
BOBBY WOMACK (ORANGE, 19:30)
El cantante de Cleveland no parecer rozar los setenta años Acompañado de una gran banda y unas buenas coristas, mostró lo mejor del soul y del R’n’b de los años setenta, dejando claro que el que tuvo, retuvo. No he sido un gran seguidor de su carrera, pero es evidente que mantiene intacta su voz y su carisma sobre el escenario, el mismo que pisó hace tres años como vocalista invitado del concierto de Gorillaz.
Y qué narices, que poder escuchar “California Dreamin’”, su genial versión del original de The Mamas And The Papas, no es algo que se vea todos los días.
Jackster
EL-P (COSMOPOL, 20:00)
Hablar de El-P es hacerlo de toda una institución dentro del hip hop underground de los 90 y 00.
Verlo en directo era una prueba de fuego por su estatus. Puedes tener un nombre y no cuajar tu actuación como otras veces se ha podido ver encima de un escenario. Este no fue el caso. Con una banda en directo a pelo salieron a por todas y como sonaron Dios.
Hay que destacar a los compañeros de El-P en las partes vocales, que realizaron un show para enmarcar, con un público entregado. Momentos muy divertidos y movidos fue lo que nos dieron durante su actuación, una de esas en las que hay que estar para saber qué pasó. Uno de mis descubrimientos de Roskilde
Bernabé Cantero
DEVIN TOWNSEND PROJECT (PAVILION, 21:00)
El canadiense Devin Townsend, otrora fundador de Strapping Young Lad, fue el elegido para sustituir a última hora a The Dillinger Escape Plan, que debieron cancelar su gira europea por un problema de salud de uno de sus guitarristas. No son estilos comparables, pero cumplieron con la misión de dar caña en una hora perfecta como son las nueve de la noche.
Es cierto que como todos los virtuosos tienen sus pros y sus contras, pero la actuación rayó a gran altura, con cañonazos de la talla de “ZTO”, “Where We Belong” y “Grace” con los que pudimos mover el cuello de atrás a delante y hacer un poco de “air guitar”, que se echaba en falta.
Jackster
KRAR COLLECTIVE (GLORIA, 21:30)
Desde Etiopia pudimos descubrir una banda con una propuesta simple en apariencia pero que la realidad era muy compleja. Mostrándose abiertos en todo momento, nos transmitieron una energía contagiosa que desde la música de sus raíces a su propuesta encima del escenario no dejó a nadie indiferente.
La voz y el carisma de Genet Asefa se dejaron acompañar por instrumentos de cuerda típicos para crear unos grandes ritmos. El trío, acompañado por un cuarto miembro para el show, demostró junto a un par de bailarines que su performance era real, nada de cosas prefabricadas.
La riqueza de su propuesta es la honestidad en toda su totalidad. La magia que te inunda durante su show sería difícil de describir. Una de esas actuaciones que tanto gusta en el festival y que no deja de sorprender por lo minoritario del escenario, pero por lo grandiosa que resulta.
Bernabé Cantero
RIHANNA (ORANGE, 22:30)
Todos los años hay una superestrella del pop en Roskilde. Este año ese honor recaía en Rihanna. Tocaba en el Orange y en prime time. El escenario estaba hasta la bandera y nunca mejor dicho, parecía un capítulo de Juego de Tronos con tanto estandarte. Así a ojo unas cincuenta mil rubias, de los rubios no hicimos el cálculo. Puede que hasta estuviera Letizia, que ahora le ha dado por ser una “festival goer”.
La diva se hizo esperar, salió treinta minutos tarde, lo que no gusto mucho a la gente allí congregada, que más que fans eran curiosos, y fue abucheada. Una vez en el escenario parecía borracha, y sus movimientos de boca no parecían corresponder con su voz. Lo peor de todo es que ni siquiera enseñaba un poco de muslo. Vestía con una camiseta de beisbol gigante que le llegaba por debajo de la rodilla, intolerable.
En lo musical sonaron sus canciones más famosas: “Umbrella”, “S&M”, “Love The Way You Lie” y alguna versión de Kaney West. Hubo un goteo constante de gente que se iba a otros escenarios durante todo el concierto. Había que ser muy fan para que te gustara el concierto. Volbeat el grupo que tocaba después, salió también con media hora de retraso, pero ellos pidieron disculpas alegando que tuvieron problemas para desconectar el playback. Rihanna todavía nos tenía preparada una última sorpresa. Después del festival subió unas fotos de sus tetas al Twitter. Eso fue mejor que las dos horas de concierto. Todos los años hay un concierto bochornoso en el festival y este año ese honor recayó en Rihanna.
Francisco Moreno
KREATOR (ARENA, 23:00)
Lo de los alemanes fue apoteósico y es lógico cuando hablamos de uno de los cuatro grandes del Trash Metal alemán. Si aparte le añadimos los setenta y cinco minutos de actuación que nos brindaron, más la fuerza y energía que transmitieron, lo podríamos calificar como el mejor show ’duro’ en el Arena en esta edición.
Empezaron con “Mars Mantra” y “Phantom Antichrist” a un ritmo tremendo, con esos riffs y esos ritmos que no tienen fin. “Warcurse” fue un no parar (todo el show fue a ese nivel) y con “Enemy Of God” nos sentimos como si nos dieran un puñetazo en la cara. Un show muy loco que incluso tuvo su propio “Wall Of Death”.
Terminaron a lo grande con “Flag Of Hate/Tormentor” para dejarnos K.O. La banda y el público fueron uno. Posiblemente, el concierto donde más se plasmó esa magia que tantos quieren y tan pocos consiguen.
Bernabé Cantero
TEGO CALDERÓN (COSMOPOL, 00:00)
El viernes me sorprendí a mi mismo encaminando mis pasos hacia el escenario Cosmopol a ver a Tego Calderón, según dicen el rey del Reggaeton. Pero dadas las circunstancias de la tarde era lo mejor que me podía pasar. Habíamos huido como ratas del concierto de una Rihanna vestida hasta los tobillos. Dos canciones fueron suficientes para algunos de nosotros y dado que el concierto se retrasó media hora ya habíamos perdido cuarenta y cinco minutos del festival. Yo opté por un concierto de una cantautora danesa, aunque lo mejor de todo es que conocimos a una chica que nos a sugirió acompañarla a escuchar a Tego.
No teníamos mucha idea de reggaeton pero los tres que fuimos nos perdimos entre la gente bailando con cualquiera que se acercara a nosotros. Es cierto que casi casi somos latinos y eso nos dio un plus ante la muchedumbre que realmente no sabía cómo moverse con esos ritmos tropicales mezclados con rap, salsa y música disco. Lo mejor de todo es que el festival entero estaba vacío (a excepción del Orange que mostraba su lleno más absoluto de todo el festival) y pudimos disfrutar del baile con espacios suficientes para desplegar todo nuestro encanto.
Manuel Moreno
VOLBEAT (ORANGE, 01:00)
El cabeza de cartel danés de este año recayó en los grandes VOLBEAT, que cuentan con Rob Caggiano (ex-Anthrax) como guitarrista principal desde comienzos de año. Está claro que son una de las bandas más interesantes de la nueva hornada metalera, y además les hemos visto crecer poco a poco en este festival (cuarta actuación en los últimos ocho años y tercera en el Orange) hasta llegar a aparecer en letras grandes por derecho propio. Michael Poulsen tiene porte y carisma y la banda, después de cinco discos de estudio, está en su momento álgido.
Un concierto largo en el que sus dos últimos álbumes de estudio fueron los que marcaron el terreno y que nos congració con la música en mayúsculas. En otoño vienen de gira a nuestro país y yo no me los perdería, cañonazos de la talla de “Heaven Nor Hell”, “Mary Ann’s Place” o “The Hangman’s Body Count” deben verse en directo. Un largo bis de cinco canciones, culminada con su tema más antiguo dentro del repertorio, “Pool Of Booze, Booze, Booza” les otorgó el título de triunfadores del día sin discusión posible y a nosotros la señal para recogernos a la espera del día grande del festival.
Jackster
SIMIAN MOBILE DISCO (APOLLO, 02:30)
Simian Mobile Disco, esa era nuestra meta del viernes. Llegar con algo de aliento y sin haber perdido la cabeza al último concierto del día. Estábamos a medio camino de perderla cuando llegamos al Apollo, una zona de conciertos junto a las tiendas de campaña, situado fuera del recinto del festival. Puedo asegurar que una vez que se cruza ese umbral de perdición, la cabeza es lo que menos te importa perder. Sobre todo cuando se empieza a escuchar la música electrónica de James Ford y Jas Shaw, que en su último álbum ‘Unpatterns’ han apostado por dar más prioridad a los bajos, el Techno y al Acid House, en detrimento de los vocalistas invitados.
Temas bailables 100% que pudieron con la fatiga de los allí congregados (alrededor de unas cuatrocientas personas). Simian buscó instantes de apacible House, momentos en el cuales nos separábamos unos de otros de forma circular, para podernos sorprender con subidones en los que descargábamos toda nuestras ganas contenidas de hacer eterno ese momento, saltando y chocando entre nosotros (siempre con una sonrisa de felicidad en el rostro). Así terminamos nuestra jornada.
Manuel Moreno
SÁBADO 6 JULIO
HATEBREED (ARENA, 14:00)
Comenzamos el día grande en Roskilde con Hatebreed, una banda que fusiona el metal con hardcore de toda la vida haciendo lo que se viene a conocer como metalcore. Lo cierto es que el grupo liderado por Jamie Jasta tiene una presencia en el escenario brutal. El amigo Jamie corre por el escenario como Forrest Gump bajo los efectos de la metanfetamina y con un buen rollo para exportar.
Jamie tiene unos registros de voz muy particulares que le permiten saltar de la voz satánica a tonos mucho más agudos en función de la necesidad del tema. Es un grupo muy completo y con oficio que consiguió que el público se entregara a la locura violenta que siempre acaba con cuerpos sudorosos abrazados tras patearse y reventarse a codazos pero con la conciencia del trabajo bien hecho. Para terminar, se tiraron una foto con todo el público de fondo que ejemplifica la comunión que tuvieron con el público que se congregó a tan temprana hora en el Arena.
Antonio Maraver
EFTERKLANG (ARENA, 16:00)
El trío danés que se deja acompañar en directo por otros tres músicos demostró estar en una forma excepcional bebiendo de diferentes estilos. Jugar en casa hace mucho y eso es lo que se pudo ver con su seguridad encima de las tablas.
Es un grupo casi desconocido que siempre recomiendo porque después de cuatro discos de estudio se encuentran en un momento dulce, en el que son capaces incluso de tocar con una orquesta sinfónica. En esta ocasión, con una formación más tradicional (batería, bajo, guitarra y teclados) lograron ponernos los pelos de punta. “Step Aside”, “Raincoats” o “Alike” fueron solo una muestra de su grandeza.
Bernabé Cantero
KRIS KRISTOFFERSON (ORANGE, 17:00)
Parecía imposible que alguien armado sólo con una guitarra y una harmónica pudiera salir vivo del envite de enfrentarse a sesenta mil personas a las cinco de la tarde con un sol de justicia. Pero el casi octogenario (setenta y siete años contemplan al tejano) Kris Kristofferson lo logró, aunque seguro que muchos de mis compañeros no comparten mi opinión.
Con una voluntad a prueba de bombas y tirando de su repertorio country y folk más clásico, encandiló a una concurrencia que se quedó absorta escuchando sus historias reales hechas canción. “Me And Bobby McGee”, “To Beat The Devil”, “Sunday Mornin’ Comin’ Down” o “For The Good Times” fueron solo alguno de los ejemplos más destacados de un concierto para el recuerdo y para la historia, ¿quién sabe si volveremos a tener otra oportunidad de verle?
Jackster
THE NATIONAL (ORANGE, 19:30)
Nos hemos pasado los últimos meses leyendo artículos sobre The National: que si se han convertido en un grande, que si están en boca de todos, que si el vértigo de la fama y demás chorradas. Que son grandes ya lo sabíamos, no tiene que venir ningún hipster con la milonga. Ya lo eran cuando tocaron por primera vez en Roskilde en 2007 y también en 2010, donde reventaron el Arena. Debe ser que los organizadores se han leído los artículos y este año les ha dado por ponerles de golpe y porrazo de cabezas de cartel en el Orange siguiendo la moda….
Empezaron con “Fake Empire”. Para mi esa canción es como esa sensación que tienes cuando estás en la calle borracho pasándotelo de puta madre y empieza a amanecer. La gente debe tener asociaciones parecidas por que alrededor nuestro la gente tenía esa cara que sólo la da un poco de felicidad bañada con ron. A continuación vinieron unas cuantas canciones del nuevo álbum como “Don’t Swallow The Cap”, “Sea of Love”, “I Should Live in Salt” o “I Need My Girl”. Al fin y al cabo es la gira de presentación de ‘Trouble Will Find Me’. Pero no se pusieron pesados y mezclaron los nuevos temas con canciones como “Bloodbuzz Ohio”, “Mistaken For Strangers”, “Squalor Victoria” y “Conversation 16”. Conversation 16 es en la que sale Robert Sterling de Mad Men en el video, y me mola porque me imagino a Matt Berninger en un bar sombrío de esos que hay en Nueva York, con un taburete mirando a la barra, tomándose un whisky con Don Drapper a las once de la mañana.
Una vez que habían hablado de su libro, se dedicaron a hacer un concierto acojonante. “Abel”, “Slow Show”, “Sorrow”, “Aparment Story”. Así del tirón, casi sin dejarnos tiempo para saborear el humo de los puros que solemos guardar para ocasiones como esta. Aprovechamos que tocaron “Graceless” del nuevo álbum para beber unos chupitos de ron y así coger fuerzas para un final apoteósico con “England”, “Mr. November” y “Terrible love”. Como viene siendo norma, durante “Mr. November”, Matt coge el micrófono y se adentra en el público a grito de » I won’t fuck us over i’m Mr….». En mitad de la canción el cable del micro no dio para más y nos dejó sin su voz, pero nos dio igual, nosotros terminamos la canción. Un reflejo de lo que fue todo el concierto, una comunión total entre público y banda.
Francisco Moreno
METALLICA (ORANGE, 22:30)
¡Qué decir de Metallica! ¿Quién los ha ignorado hasta este festival? ¿Quién no los has escuchado antes en directo? Servidor. Pero non ti preocupare, fratello. Ya soy uno más de la familia de Metallica, pues James Hetfield no distingue entre fanáticos y neo-conversos cuando tiene que quedar bien en casa del batería Lars Ulrich. Y Metallica, en su único concierto en Europa este año, salieron a devorar el escenario como una jauría de perros que ha estado encerrada todo el verano y ganaron un fanático más para la causa del metal.
Para un servidor es siempre un placer cuando ves que la banda funciona como un reloj e interactúa con el público, pero Metallica está por encima de esas clasificaciones. Ellos son los que aparecen en las enciclopedias debajo de “Banda de Rock” y así seguirá siendo si mantienen este ritmo. Sin embargo, en estas frías y nórdicas tierras Metallica tuvo que luchar por la atención de los asistentes, que dudaban entre ver todo Metallica o todo Sigur Rós, pues ambos conciertos se solapaban, en un infortunio que los organizadores intentaron solventar retrasando media hora la actuación de Sigur Ros. Para los que dudaban, la entrega y fuerza del concierto de Metallica hizo que no hubiera dilema posible, la familia no admite traidores.
La voz de Hetfield voló sobre los clásicos de Metallica como “For Whom The Bell Tolls”, “One”, “Master of Puppets” o “Harvester of Sorrow”, pero también hubo lugar para las sorpresas como “Carpe Diem Baby”, del álbum ‘Reload’ y ‘I Dissapear’, de la banda sonora de Mission:Impossible 2 que sonaron en medio de las advertencias de Hetfield: querían volver a probarse y a probar a sus fieles. La prueba resultó un éxito pues hipnotizó a todos los que miraban el escenario naranja en su día grande.
Cuando después de más de dos horas, pusieron el punto final con el ineludible “Seek & Destroy” no había nadie que no hubiera caído rendido a sus pies. Ahora entiendo a los que aseguran que son los más grandes. No sería tan categórico, pero no soy quien para contradecirles, visto lo visto.
Andrés Moreno
SIGUR RÓS (ARENA, 00:00)
Y llegó el momento que para muchos era el más esperado del festival, Sigur Ròs.
Podríamos hablar de las canciones que tocaron en el concierto, entre las que se incluyeron 4 de su reciente y aclamado disco ‘Kveikur’ (aunque, paradójicamente, no tocaron la que probablemente sea la mejor canción del mismo, “Ísjaki”); podríamos hablar de lo improbable que habría sido pensar hace unos años que un grupo de islandeses cantando en islandés consiguieran no solo competir, sino de hecho arrebatar parte del público a un gigante de la historia de la música como Metallica, con los que desgraciadamente se solapaban en horario; o podríamos hablar de las proyecciones y efectos de luz del show, que juegan un papel fundamental dentro de la propuesta en directo de los islandeses, pero todo lo que dijéramos no serían más que palabras en cierta forma vacías que no harían jamás justicia a lo que fue el concierto de Sigur Ròs.
Sigur Ròs es una banda que, aunque se ha ganado a pulso un lugar de renombre a nivel mundial, sigue teniendo muchos detractores o críticos que no comulgan con su estilo, pero la única razón que a un servidor se le ocurre para dicha animadversión es que toda esa gente seguro que no ha visto a la banda en directo.
Un concierto de Sigur Ròs es algo que trasciende a la música misma, es una experiencia vital, que te transporta a lugares insospechados, una especie de trance o éxtasis, en el que la voz de Jónsi, los arreglos del grupo, y las proyecciones te guían paulatinamente a un hipnótico estado que sólo no se puede explicar, sólo se puede experimentar en vivo.
Desde el final in crescendo de ‘Glósóli’, pasando por la magnífica ‘Vaka’ y llegando a la exaltación musical de ‘Hoppípolla’, en la que el propio Jónsi animó al público a corear (algo impropio en él), el grupo consiguió una vez más crear esa atmósfera mágica, en el que las lágrimas de felicidad de parte el público se entremezclaban con abrazos y con caras de asombro ante lo que contemplamos en el escenario de la Carpa Arena durante hora y media, antes de cerrar con la apoteósica ‘Popplagid’….grandes por derecho propio, uno de los mejores momentos (si no el mejor) de todo el festival.
Daniel Herranz
CHASE AND STATUS (ORANGE, 02:00)
Efterklang, Kris Kristofferson, The National, Metallica, Sigur Ros…el sábado estaba siendo un día glorioso, quizás de los mejores que mi mente recuerda en un festival. No obstante parecía que toda la descarga de buena música había acabado con el concierto de Sigur Rós en el Arena a eso de la una de la mañana (tras ocho horas de música). Una vez más me equivocaba, puede que los conciertacos hubieran acabado, pero faltaba la fiesta. Perdón, FIESTA (en mayúsculas).
Como siempre no faltó la duda pues tocaban a la misma hora When Saints go Machine, pero cuando una danesa me dijo que no debería perderme Chase & Status porque es toda una experiencia la creí. Por supuesto no conocía nada de este grupo, pero para algo se va a los festivales: conocer nueva música. Por lo visto resulta que esta gente lo peta en los locales y discotecas de UK y en los festivales de media Europa. No es de extrañar. Convierten cualquier canción en una montaña rusa con estallidos de adrenalina, ya sean canciones punk, rock, pop o hip hop. A mi memoria llegan recuerdos de un remix de “Killing in the Name of” totalmente demencial. Ideal para acabar un día muy épico.
Manuel Moreno
DOMINGO 7 JULIO
JAMES BLAKE (ORANGE, 14:30)
Quedaba solo una jornada para el cierre del festival, pero teníamos un domingo entero que aún quedaba por disfrutar. Todo parecía cuesta arriba, más aún cuando nos dirigíamos con un “sol de justicia” a escuchar a James Blake, que en palabras del propio patriarca era un “calienta jovencitas” por lo que nos resignamos a escucharlo. Eso sí cargados con ginebra y unas cuantas botellas de “Squash” (Algo parecido a Schweppes limón) que nos daban gratis en la zona de prensa.
Hace dos años este músico inglés tocó en un Cosmopol repleto hasta la bandera, pero este año con su último disco ‘Overgrown’, la música salió de los potentes altavoces del Orange, y como vaticinaba nuestro líder espiritual, dirigida a lozanas féminas y a sus novios, que veían la oportunidad de arrimarse a ellas un poco más. ¿Todo el concierto fue así? Gracias a Dios no. Ocurrió algo inesperado, el bueno de James hacia mitad del concierto comenzó a jugar con las distorsiones con bases dubstep, soul, folk e incluso remezclando su canción estandarte “Limit to your love”. Ese nuevo ritmo que impuso, a pesar de ser las tres de la tarde, nos animó a mover nuestros cuerpos y disfrutar de esa distorsión de la realidad que consiguió, quizás ayudado un poco por el Gin-Squash.
Manuel Moreno
AIRBOURNE (ARENA, 16:00)
A los hermanos O’Keeffe ya les conocemos de sobra. Grandes actuaciones en nuestro país les han hecho ganar una merecida fama y a pesar (o gracias a ello) de sus nada disimuladas influencias de AC/DC son realmente entretenidos.
Ya nos conocemos el número de la lata de cerveza o sus escaladas imposibles, pero antes los riffs que se despacha Joel, imposible quedarse quieto. “Ready To Rock”, “Girls In Black” y “Too Much, Too Young, Too Fast” fueron sus mejores momentos en una actuación sin altibajos, que ayudó a hacer más llevadera nuestra última tarde en el recinto en un momento en el que las fuerzas flaqueaban y que también aprovechamos para comernos unas revitalizadoras hamburguesas.
Jackster
BLACK REBEL MOTORCYCLE CLUB (ORANGE, 16:45)
Con la pena ya en el horizonte por la cercanía del fin de fiesta, era turno ahora para BRMC, uno de los pocos actos rockeros que nos quedaban por disfrutar el domingo junto con QOTSA, así que no dudamos en acercarnos al Orange a ver la propuesta de garaje de los americanos. Yo tenía particular interés en ver lo que daban de sí, pues mis únicas experiencias en directo con ellos datan de su lejano ya primer y seminal disco. Desde aquel inicio fulgurante, a rebufo de coetáneos como The Strokes o The White Stripes, la banda ha publicado otros 6 discos, que les han confirmado como una de las bandas más importantes de la escena independiente.
Sin embargo, lo que prometía ser un aperitivo inmejorable antes de Josh Homme y los suyos, se acabó convirtiendo en un largo y tedioso show en el que el grupo jamás consiguió conectar con el público danés y que, bajo el sol de justicia de media tarde, se acabó atragantando a no más de uno. No puede ser que lo mejor del concierto sean la versión de John Lennon de ‘I don´t wanna be a soldier’, y ‘Whatever Hapened To My Rock`n`Roll’ de su anteriormente citado primer disco (y ambas tocadas en los estertores del show).
Daniel Herranz
QUEENS OF THE STONE AGE (ORANGE, 19:00)
Esta banda californiana que nunca defrauda empezó con la gran “Feel Good Hit of the Summer” y desde ese momento no bajaron de intensidad ni un ápice hasta “A Song for the Dead” donde acabaron un gran concierto. Como siempre fue muy interesante ver como generan los sonidos tan peculiares con los que salpican sus riffs.
A pesar de que nuestras fuerzas iban hacia abajo en los preparativos para la despedida de la bacanal musical que es Roskilde y que además me quedé acompañando al portador de la bandera que usamos para poder encontrarnos en esta suerte de ciudad de cien mil personas (y que por tanto no pude acercarme a la parte delantera), la banda de Josh Homme volvió a llenarnos de felicidad y disfrutamos como locos de los ritmos psicodélicos de estos forajidos que se han convertido en un clásico por derecho propio.
Antonio Maraver
MARCOS VALLE feat. LUCAS SANTTANA (COSMOPOL, 20:00)
Hay shows que son enormes y posiblemente uno se perdería entre tantas cosas que se ofrecen al mismo tiempo en Roskilde, pero disfrutar de uno de los grandes intérpretes de la música brasileña fue una gran elección. Con un gran abanico sonoro que va desde el soul y el jazz hasta la bossa-nova demostró el porqué de su famosa trayectoria dejándose acompañar por una gran banda que incluía a Lucas Santtana entre sus filas.
Impecable en todo momento se metió al público en el bolsillo desde un principio con un show lleno de energía, de esos en los que uno sale con un buen rollo increíble. No se puede pedir nada más a un gran concierto cuando las sensaciones han sido tan grandes como las que nos transmitieron.
Bernabé Cantero
CALEXICO (ODEON, 20:30)
QOSTA había acabado hace un rato y nos dirigíamos apesadumbrados hacia el concierto de Calexico (en España es bastante conocido este grupo por la traca que le dan Radio 3 y por la inclusión de Jairo Zavala, Depedro, en la formación). Parecía que estábamos destinados a un concierto tranquilo y sin sobresaltos en el Odeon escuchando las baladas de este grupo, pero desde luego no contábamos con las sorpresas del nuevo disco, ‘Algiers’, y la incombustible energía desprendida por Joey Burns y John Convertino en el escenario con canciones como “Splitter” o “Crystal Frontier”.
La cosa cambió y pasamos de ser meros espectadores en el fondo del recinto a intentar colarnos entre las masas “bailongas” del principio buscando los ritmos, no únicamente americanos o mejicanos, sino también huellas de sonidos traídos de Haití, Cuba o incluso África. Ahora entiendo por qué escucho RNE3. Ahora entiendo porque la música nos salvará (incluso cuando las fuerzas empiezan a fallar).
Manuel Moreno
THE BOTS (PAVILION, 21:00)
Hablar del dúo compuesto por los hermanos Lei es hacerlo de una banda con una gran proyección y una de las grandes sorpresas de los últimos tiempos, en gran parte debido a su juventud (Mikaiah Lei, guitarra y voz, 19 años y Anaiah, batería, 16 años).
Su concierto en el Pavillion fue sublime, muy bien elaborado y tocado magistralmente sobre todo por Anaiah a las baquetas durante su hora de actuación, aunque su hermano no se quedó nada corto. En muchos momentos recuerdan a The White Stripes y a The Black Keys pero en una versión más punk y rockera, que les confiere su propia identidad. No dejaron a nadie indiferente y demostraron el porqué de tantos elogios.
Bernabé Cantero
KRAFTWERK (ORANGE, 22:00)
Los “Julio Verne” de la música electrónica fueron los encargados de cerrar el festival en el escenario Orange con su espectáculo en tres dimensiones. Para ello se habían estado repartiendo gafas 3D desde por la tarde por todo el recinto. Empezó el concierto con “We Are The Robots” y no había más que mirar hacia átras para darse cuenta que era verdad, sesenta mil personas, con las ridículas gafas 3D, boquiabiertas y moviendo los brazos como si fueran a alcanzar a uno de los robots gigantes que emergían desde el escenario.
El show 3D era espectacular, fuimos ciclistas con “Tour de France 1983-2003”, astronautas con “Spacelab”, fuimos a bordo de un tren recorriendo las montañas con “Trans-Europe Express” y conduciendo un Mercedes con “Autobahn”. Vimos sobrevolar en el escenario píldoras gigantes con “Vitamin” y escuchamos las criticas proféticas de “Computer World”, que esta tan de moda ahora con los temas de Snowden, la NAS, Facebook y el premio Nobel de la Paz Obama. “Radiactivity” hizo referencia a Fukushima y “Techno Pop” criticó a la industria musical.
El concierto se despidió con Ralf Hütter (único miembro original) sólo en el escenario, con su traje futurista alejado de su mesa mirando al público y con “Musique Non Stop” de fondo. La última profecía de la noche, la música seguiría en el Arena hasta bien entrada la noche. Para los que no tuvimos la suerte de verlos en el MOMA de Nueva york, la Tate de Londres, la Ópera de Sidney o el Sónar de Barcelona, esta primera experiencia en 3D nos resultó deliciosa.
Francisco Moreno
DUBIOZA KOLEKTIV (ARENA, 00:00)
Acaba el último concierto del Orange y solo queda un cementerio de sillas y gente rezagada que como ovejas, va desfilando hacia el Arena mientras poco a poco el festival se muere a sus espaldas. Allí se reúnen los que aún siguen con ganas de fiesta después de cuatro días de música y nueve de fiesta. Normalmente cierra alguna banda que haga dar su último baile a los supervivientes. Los elegidos en esta edición fueron los balcánicos Dubioza Kolektiv, que parecían una banda de gitanos zígaros, incluso tienen una cabra, y consiguieron mezclar rock, ska, reagee y metal sin que quedara mal.
Pero bueno la música en este último concierto es lo de menos. Es tiempo de bailar, intentar robar un beso, terminar con el ron que te queda en la petaca, abrazarte a tus amigos o quitarte la camiseta y tirarla diez filas más adelante. Y así como pollos sin cabeza, el festival llega a su fin, pero la experiencia de Roskilde no está completa si no participas en la batucada que empieza nada más acabar el concierto. La gente golpea la estructura metálica que soporta la carpa con cualquier cosa que encuentra, patas de sillas plegables, mástiles de tiendas de campaña, zapatillas o incluso las manos, creando una rave improvisada que va dispersándose por los campamentos mientras el festival se apaga y el sol se enciende.
Francisco Moreno
1 pensamiento sobre “ROSKILDE FESTIVAL 2013”