FIB 2013

4

El festival se sobrepuso a las circunstancias y ofreció cuatro días de buena música

EL FIB, a dos semanas de su realización, sembró las dudas entre sus seguidores con noticias que anunciaban el retraso en los trabajos de instalación de las infraestructuras. Esta circunstancia, motivada por las deudas que reclamaban las empresas encargadas del montaje del año anterior, trajo un par de días de incertidumbre en los que nada parecía claro. Finalmente Vince Power, dueño de la promotora Virtual Festivals, de la que es parte Maraworld, anunció la venta del sesenta y cinco por ciento de sus acciones a nuevos socios británicos, con lo que esa inyección de dinero líquido, servía para garantizar la edición de este año. Un año difícil marcado por el concurso de acreedores que pesa sobre la promotora y que, con total seguridad, ha creado dificultades añadidas en la ya de por sí difícil tarea de confección de un cartel atractivo.

A punto de terminar el festival, el mismo domingo durante la tradicional rueda de prensa en la que se hace el balance del mismo, Vince Power se reafirmó en la idea de continuar con las riendas del evento, asegurando que la edición del 2014, la del vigésimo aniversario, estaría a la altura de lo esperado. Es sabedor que en este 2013 ha salvado los muebles por los pelos en cuanto a cifras de asistencia, muy similares a las de 2012 (33.000 personas de media), pero que a su vez se encuentran muy alejadas a las del record que supuso 2011 (50.000 personas), y que toda la polémica que ha acompañado a su celebración, no es la mejor de las publicidades para retomar la senda del éxito. Tendrá que esmerarse en recuperar al público español, el gran ausente de esta edición y el único con el que será capaz de remontar el vuelo, puesto que la base fija de extranjeros ávidos de la experiencia “Sea. Sun. Sound” parece constante en las últimas ediciones.

En cualquier caso, no sólo se salvaron los muebles en cuanto a la asistencia, sino que también hubo grandes momentos musicales protagonizados tanto por artistas consagrados (QOTSA, Primal Scream, Arctic Monkeys) como por grupos noveles (Woodkid, Swim Deep, Splashh o Chvrches), esto último era algo que se había echado de menos en ediciones anteriores: la capacidad de presentar bandas desconocidas realmente interesantes. Sólo falta que se acierte con la llamada “clase media” y con los gustos de los fiberos españoles para volver a la senda del éxito de la que no debieron apartarse. Aunque ese “sólo” está claro que no será tarea sencilla.

Hechas estas necesarias consideraciones como punto de partida, es el momento del resumen de lo acontecido en el apartado musical, que como decimos hubo mucho y, en su mayoría, bueno. De hecho, sensiblemente mejor que lo que vivimos en 2012.

JUEVES 18 JULIO

El momento en el que pasas con el coche al lado el recinto del FIB, es de los que tiene un significado especial cada año, y en mi caso ocurría por decimoquinta ocasión. Una especie de “el verano ha llegado” versión friki-musical. Tras la retirada de la acreditación y el posterior montaje de la tienda de campaña (si, a pesar de la edad, no entiendo un FIB sin vivirlo en la zona de acampada, llámenme loco), sólo quedaba esperar a la apertura de puertas, que este año en su primer día se había retrasado hasta las ocho de la tarde.

También tiene su encanto ese primer contacto con el recinto, que en esta ocasión nos valió para comprobar un cambio en la dirección del escenario FIB Club (patrocinado por Pringles) en la misma dirección que el tradicional Fiberfib (en esta ocasión, Trident Senses), algo que trajo algún que otro acople de sonido durante el fin de semana, aunque nada realmente molesto.

Bajamos al Maravillas, donde con los últimos rayos de sol tomaron el escenario TOUNDRA. Los madrileños están recogiendo los frutos de su buen trabajo y este año prácticamente tocan en todos los festivales importantes de nuestra geografía. No era fácil la tarea de calentar al público en apenas media hora, pero Esteban y sus muchachos lo dieron todo para demostrar que nadie les ha regalado nada y que se había ganado a pulso ser uno de los dos grupos nacionales que pisaron el escenario más grande, poca cantidad en cualquier caso. Es muy lícita la diferenciación del resto de festivales veraniegos en este aspecto, pero quizás se han olvidado de que los grupos patrios más populares, también arrastran muchos seguidores. Sobresaliente para ellos.

A continuación nos movimos al Pringles FIB Club para ver a TEMPLES, a quienes teníamos muchas ganas de ver. Banda británica psicodélica, con apenas un par de singles en el mercado, pero que gastaban buenas maneras en estudio. En la prueba del directo podemos decir que cumplieron, sin más. Es difícil sacar muchas más conclusiones con un grupo tan novel, pero sonaron bien y nos dieron dosis de “fuzz” para dar y tomar.

Todo lo contrario que nos pasó en nuestro regreso al Maravillas para ver a la pelirroja LA ROUX. Concierto desganado, sin gancho, que por momentos pareció pregrabado y en el que las canciones nuevas que deben conformar su segundo disco de estudio, apenas tenían gancho. Es posible que la falta de público (constante en esta primera jornada) no ayudara, pero ni tan siquiera el “Bulletproof” final logró que la actuación dejara más que un mal sabor de boca.

Todo lo contrario que lo ofrecido con los norirlandeses AND SO I WATCH YOU FROM AFAR. Uno de los descubrimientos de la edición de 2011, reafirmó su crecimiento, incluso con la difícil circunstancia de arrancar sin los altavoces, tan sólo saliendo la música por sus monitores, pero en cuanto todo estuvo en orden, se convirtieron en la habitual apisonadora sónica. En un día en el que los sonidos duros ganaban por goleada, ellos refrendaron en el Trident Senses que son una de las bandas a seguir dentro del post-rock o rock instrumental.

No terminamos de verles puesto que uno de los platos fuertes del día, y del festival, BEACH HOUSE tomaban el escenario Maravillas, para tratar de convencer con su “dream pop”, en un escenario quizás poco íntimo para su propuesta. Y salieron triunfadores, aunque bien es cierto que mucha gente estuvo de charla interminable durante su concierto, pero eliminada esa ecuación, posicionándose adecuadamente, fue una gozada el reencuentro con Alex y Victoria. Un concierto repartido entre sus dos últimos discos, ‘Teen Dream’ y ‘Bloom’, y que nos deparó momentos mágicos de la mano de “Lazuli”, “Zebra” o “Myth”. Muy grandes.

Decidimos guardar fuerzas y nos quedamos en el Maravillas, mientras le hincábamos el diente a un bocadillo, y así coger posiciones para ver a los indiscutibles cabezas de cartel de la jornada, los largamente deseados QUEENS OF THE STONE AGE.  La banda de Josh Homme, a los que había podido ver dos semanas atrás en Roskilde en horario diurno, viven un momento de gracia tras la edición de ‘…Like Clockwork’ y la incorporación a la batería de Jon Theodore (The Mars Volta) en sustitución de Joey Castillo. Se le ve a Josh contento, de hecho sonrió durante toda la actuación, y eso se nota en unos músicos que se convirtieron en un auténtico tornado rocanrolero. Ochenta minutos de manual, con una banda que toca con una precisión que asusta y defendiendo los hits de toda la vida (“Feels Good Hit of The Summer” y “Song For The Dead, para arrancar y finalizar) y los nuevos temas (“My God Is The Sun”, “If I Had A Tail” o “I Appear Missing”) como si hubieran sido paridos en las mismas sesiones de grabación. “No One Knows”, “First It Giveth”, “Sick, Sick Sick”, “Little Sister”… no se puede decir que anden flojos de temazos y se los despacharon todos, sin necesidad de bis. Se recordará esta actuación durante mucho tiempo.

Y aunque casi todo estaba dicho, nos resistimos a abandonar tan pronto el recinto y nos asomamos un rato al escenario Trident Senses, donde JOHN TALABOT acompañado de Pional a las voces, logró hacer bailar a público de todas las nacionalidades con un concierto entretenido  aunque con demasiados parones, demostrando ser uno de los artistas con mayor proyección fuera de nuestras fronteras, y regresamos fugazmente al Maravillas para comprobar que HURTS siguen siendo bastante aburridos sobre un escenario, a pesar de que muchas de sus canciones de estudio no suenan mal.

Ellos pusieron el punto final a nuestro recorrido, y es que las fuerzas flaqueaban y todavía quedaba mucho por delante del festival como para cebarse en agotar la primera jornada hasta el final. Y es que la experiencia es un grado.

VIERNES 19 JULIO

 

 

La segunda jornada la arrancamos a las ocho de la tarde en el Maravillas, viendo al californiano HANNI EL KHATIB. A pesar de que el sol castigaba a los músicos, estos no se arredraron y ofrecieron un auténtico conciertazo. Presentando en su mayoría los temas de su segundo disco, ‘Head In The Dirt’, producido por Dan Auerbach, no se olvidó de la versión de los Cramps, ‘Human Fly’, que ha sido utilizada en el anuncio de un automóvil, ni de unos cuantos temas de su primer disco, pero lo que más llamó la atención, fue la elegancia en un sonido sucio y garajero. “Penny”, “Pay No Mind” o “Save Me” fueron buenos ejemplos de ello. Y con un colosal “Loved One” se despidieron dejando claro que ya no son una promesa sino una firme realidad.

Algo parecido a lo que se pude decir de los jienenses (son de Úbeda) GUADALUPE PLATA. Probaron sonido apenas unos minutos antes de la actuación y dejaron claro que no hay otro grupo en nuestro país que sea capaz de trasportarnos a las pantanosas aguas del Mississippi como ellos. Y además con su batería escayolado, que si no es por las vendas, ni nos hubiéramos dado cuenta de ese detalle. Lograron congregar a bastante gente en el Pringles FIB Club, una prueba de su mérito. Una actuación muy similar a la del reciente Black Is Back madrileño y de la que todo el mundo salió satisfecho.

Curioseamos algo en el final de la actuación de DIZZEE RASCAL en el Maravillas, pero no encontramos nada que justificara su tercera presencia en las últimas cuatro ediciones del festival. Sí, los ingleses se lo pasaron en grande, pero su espectáculo ha perdido la frescura que si nos atrajo en su primera visita. También es que desde entonces no ha sacado nuevo disco, y se hace difícil mantener una gira tan larga sin un sustento en nuevo material (y si sonó alguna nueva, no fue para tirar cohetes).

Quien sí nos sorprendieron para bien fue el cuarteto de Birmingham SWIM DEEP, otro de esos debutantes que presentaban un disco que no saldría hasta el 5 de agosto, ‘Where The Heaven Are’. No han descubierto la rueda, pero tienen un buen puñado de canciones propias muy interesantes como “Francisco” y “The Sea”, además de facturar una correcta versión del “GIrls Just Want To Have Fun” de Cyndi Lauper y que fue muy aplaudida.

Con cierto resquemor regresamos al Maravillas para encontrarnos con BEADY EYE. Liam Gallagher y el resto de ex Oasis (Gem Archer, Andy Bell y Chris Shamrock) más Jay Mehler (ex Kasabian) han editado este año su segundo disco de estudio tras la separación de la banda de Manchester. Con chubasquero y pantalón corto, además de su habitual chulería, la capacidad vocal de Liam no estuvo a la altura de las circunstancias, y el repertorio, tampoco. El concierto resultó plano e insulso, y tan sólo el par de recuerdos a Oasis, en forma de “Rock N’Roll Star” y “Morning Glory”, junto al tema más destacable de su primer disco “The Roller” intercalada entre ambas, logró elevar un interés que volvió a decaer acto seguido. Decepcionante.

Mientras nos movíamos hacia otra zona del recinto, pudimos disfrutar de casi media hora de la sesión de COMFER, ganador del Proyecto DJ, y gran amigo y compañero de festivales. Mal no lo haría cuando la carpa Jack Daniels se fue llenando hasta lograr que todo el mundo bailara sin descanso.

Y tras esta pequeña pausa, reencuentro con JOHNNY MARR en el Trident Senses. Una vez se acabaron sus colaboraciones con Modest Mouse o The Cribs, por fin regresaba el mítico guitarrista de The Smiths con su primer disco en masculino singular bajo el brazo, “The Messenger”, que no está nada mal, algo que reforzó en su actuación en directo. Auténtico mago de las seis cuerdas, ofreció una hora casi perfecta, recuperando cuatro temas de su antigua banda, apropiándose del registro de voz de Morrissey (“Stop Me If You Think You’ve Heard This One Before”, “Bigmouth Strikes Again”, “How Soon Is Now?” y “There Is A Light That Never Goes Out”) además de recuperar un tema de Electronic, la banda que formó junto a Bernard Summer, “Getting Away With It”, y el clásico popularizado por The Clash, “I Fought The Law”. Pocas pegas se pueden poner.

Y de allí corriendo para coger ligeramente empezada la actuación de PRIMAL SCREAM, una de esas bandas que nunca fallan en directo. Era difícil superar la mística de su actuación de 2011 recuperando el ‘Screamadelica’, pero Bobby Gillespie quiso dejar claro que sus ganas sobre el escenario iban a ser las mismas que dos años atrás. Apenas un pequeño bajón en la parte central de la actuación, es lo que tiene tocar un par de temas lentos para recobrar energías, pero noventa minutos de campeones. Y es que cuando tienes en tu repertorio “Movin’ On Up”,  “Swastika Eyes”, “Country Girl”, “Loaded” o “Rocks”, es como jugar con las cartas marcadas. Si para colmo dar carpetazo con un tema como “Come Together”, es difícil no salir como el unánime triunfador de la jornada. Fijaos que casi ni nos percatamos de la ausencia de Mani al bajo, señal de que todo sonó como debía.

La jornada no nos ofrecía muchos más alicientes, así que nos acercamos al Trident Senses para ver la sesión de SKREAM, que resultó de lo más agradecida por la gran cantidad de temas House que ofreció y que marcó nuestra despedida del recinto.

SÁBADO 20 JULIO

Superado el ecuador del festival, las fuerzas parecían flaquear, por lo que nos tomamos con calma la entrada en esta jornada puesto que el objetivo marcado era no moverse del recinto hasta que nos sacaran a escobazos a altas horas de la mañana. Así arrancamos en el Maravillas para ver a MILES KANE. El año pasado ya dejó buena muestra de su calidad, y en esta edición tocaba refrendarlo con su segundo disco ‘Don’t Forget Who You Are’, en el que deja claro que es uno de los mejores compositores de su generación, apenas un escalón por debajo de Alex Turner, pero viendo al resto de competidores desde el retrovisor. Un concierto con un repertorio muy repartido entre los temas de sus dos discos y que acabó de manera espectacular con “Come Closer”, y todo el mundo coreando el estribillo: “ahhhhh, eehhhhhh”. Muy sólido.

El gancho nacional de la jornada lo protagonizada el zaragozano Borja Laudo, BIGOTT, en el escenario Pringles FIB Club. Y a fe que no defraudó. Es imposible que lo haga con el pedazo de banda que lleva consigo y las maravillosas canciones que ha parido en el último lustro. Uno de los pocos conciertos en los que cuando mirabas a cada lado, distinguías a un español disfrutando de uno de los artistas más inclasificables y a la vez más queridos de nuestro panorama actual. Le tuvimos que “poner los cuernos” a mitad de actuación y trasladarnos al escenario Maravillas, donde iban a actuar los cabezas de cartel de la jornada.

ARCTIC MONKEYS se han convertido por derecho propio en la banda más importante surgida de las islas británicas de la última década. Cada paso que dan, elevan su categoría, algo por lo que nadie apostaba un duro cuando editaron ‘Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not’, que parecía la típica flor de un día y que nunca llegarían a superar la frescura de las composiciones que les dieron la fama. Yo fui el primer equivocado. El camino recorrido desde ‘Humbug’ es intachable y parece que su quinto disco de estudio, ‘AM’, preparado para salir al mercado en el mes de septiembre va a refrendar que no conocen su techo. Gracias al carisma y a la categoría de Alex Turner, indiscutible líder de la formación. Precisamente el único elemento escénico que les acompaño, fueron dos grandes letras AM, que se iluminaron en distintos momentos. El resto, sólo música. Música que congregó al mayor número de asistentes durante todo el fin de semana en el escenario Maravillas.

La actuación fue prodigiosa, con un equilibrio perfecto entre todo su repertorio, capaces de presentar tres temas nuevos, aunque “Are U Mine?” que fue el cierre a la primera parte de la actuación ya es una vieja conocida, y que parecieran de toda la vida junto a los clásicos “Brainstorm”, “Teddy Picker”, “She’s Thunderstorms”, “I Bet That You Look Good In The Dancefloor” y ya en los bises “When The Sun Goes Down” y “505”, que como cabía esperar, contó con la presencia de Miles Kane en el escenario. Top indiscutible del festival.

Después de tantas energías quemadas, era el momento del repostaje mientras esperábamos que otros compañeros de quinta, KAISER CHIEFS, nos mostraran su momento actual, Los de Leeds se han ido diluyendo como un azucarillo desde aquel fresco ‘Employment’, con el que se presentaron en sociedad. De hecho, volvieron a ser los cinco temas que interpretaron de dicho disco los más coreados y disfrutados, junto con la inefable “Ruby”. “Everyday I Love You Less And Less”, “Na Na Na Na Naa”, “I Predict A Riot” y “Oh My God” siguen siendo grandes himnos, que hoy apenas sirven para hacer el ejercicio de nostalgia de un grupo que dio lo máximo con su debut. Y eso que Ricky Wilson, que ha perdido cerca de quince kilos parece más joven que hace una década.

Quisimos darle una oportunidad al cierre del Maravillas, pero BENNY BENASSI nos expulsó del mismo. Volumen exagerado para una música que no se podía ni bailar. A otra cosa mariposa. Y ahí encontramos refugio en el Pringles FIB Club, donde se sucedieron las sesiones de INDIESPOT DJS y SUNLA TEMPLETON, que no se rompieron la cabeza y ofrecieron la ristra de clásicos pop que todo el mundo espera encontrar en estas sesiones. Y en vista de que nos encontrábamos frescos, fuimos al “cementerio de elefantes” en el que se convirtió el Trident Senses para la última sesión activa de la jornada de la mano de SVRECA. Nada para el recuerdo, pero si nos permitió ver amanecer en Benicàssim y poder presumir de al menos haber cerrado el recinto, aunque sólo fuera en una jornada en esta edición.

DOMINGO 21 JULIO

Con la habitual mezcla de tristeza (apenas unas horas para despedirse hasta el siguiente año) y felicidad (los buenos momentos vividos) nos enfrentamos a la última jornada, con algún pequeño ajuste de horarios tras la cancelación a última hora de Azealia Banks, único percance ocurrido en esta edición, y comenzamos la jornada llegando a la parte final del concierto de DEAP VALLY en el Maravillas, el rockero dúo femenino formado por Lindsey Troy (voz y guitarra) y Julie Edwards (batería), que dieron una lección de actitud sobre el escenario. Presentando los temas de su debut, ‘Sistrionix’.

Tras ellas, otra de debutantes en el Pringles FIB Club con SPLASHH, jovencísimo cuarteto de Hackney, que también venían a presentar, ‘Comfort’. A pesar de la juventud, muy buena actitud, buen uso de las guitarras y del componente psicodélico y hechuras de grupo grande. Habrá que seguirles la pista.

Nuestro baño de producto nacional, nos lo dimos con GRUPO SALVAJE en el Trident Senses, que tienen ya muy asentada su propuesta escénica para presentar ‘III’, como pudimos ver recientemente en el Teatro del Arte de Madrid. Ni puedo ni quiero ser objetivo. Es uno de los discos que más me han cautivado en el último año y creo que los directos están a la altura de las composiciones de estudio. “Tormento”, “De Hornos al fin del mundo”, “Regreso a Tsalal” o la imponente “Vigilia de Pentecostés”, momento álgido de la actuación, nos mostraron a un grupo sólido y maduro.

Podríamos decir que casi lo contrario que experimentamos con el barbilampiño JAKE BUGG en el escenario Maravillas. Si bien su disco de debut, nos ha gustado con razonable moderación, su traslado al directo nos dejó más bien fríos. No porque sonara mal o el chico no sepa tocar, sino porque pareció que le quedaba el escenario muy grande. Demasiado tranquilo, demasiado lineal, demasiado intrascendente. Muy neutro.

Y menudo cambio en nuestro estado de ánimo cuando regresamos al Trident Senses para ver la actuación del francés Yoann Lemoine, WOODKID, otro debutante, con su disco ‘The Golden Age’ recién editado, que consiguió cautivar y emocionar a todos los que se acercaron a verle. Con una banda llena de elementos percusivos (en alguna que otra ocasión rozando las comparaciones, para mal, con Safri Duo) y sección de cuerdas y con unas pantallas que no dejaron de emitir imágenes que te atrapaban, ofrecieron un concierto que justifica la realización de un festival como el FIB. En un continuo “crescendo”, el músico con pintas de rapero, pero con voz de seda y que en ciertos momentos me recordó al gran Neil Hannon, se metió al público en el bolsillo. No hubo una ovación tan sentida ni merecida en las cuatro jornadas que la que se llevó al culminar con “Run Boy Run”. Abrazos sentidos entre todos los conocidos, dieron esa aprobación tácita como gran actuación del festival más allá de los cabezas de cartel.

Con los pelos como escarpias nos movimos de vuelta al Maravillas para la sesión de guitarreo que nos tenían preparada BLACK REBEL MOTORCYCLE CLUB. Peter Hayes y Robert Levon Been regresaban al FIB, donde ya actuaron en 2002 y 2007, esta vez acompañados por la baterista, Leah Shapiro. Una actuación condensada en una hora, que sonó de muerte y que dejó para el final dos de sus canciones emblema, “Whatever Happened To My Rock ‘N’ Roll (Punk Song)” y “Spread Your Love”. Buena ración de psicodelia americana, para una jornada que nos estaba encantando.

El “slot” de Azealia Banks lo ocupó el dúo ALUNAGEORGE, que tenían su disco de debut ‘Body Music’ a punto de editarse y que estaba en boca de las publicaciones más prestigiosas del ramo. Lo que pudimos ver es una chica, Aluna Francis, que tiene una voz muy bonita, que sabe moverse sobre un escenario, pero que no tenía suficientes elementos de calidad sobre los que destacar. Resumiendo, les faltan buenas canciones. Al menos valieron para mover el esqueleto y no aburrirnos.

El gran momento del día en el Maravillas vino de la mano de THE KILLERS, que congregaron a un número similar de asistentes que los que lograron Arctic Monkeys el día anterior (incluida Letizia Ortiz, Princesa de Asturias, como se supo a posteriori) reafirmando su condición de mayores reclamos de esta edición 2013. Brandon Flowers no es un novato y en esta década que lleva paseándose por los escenarios ha mejorado en la comunicación con el público, lo dice alguien que sin ser un gran seguidor, les veía por octava ocasión y eso que sólo tienen cuatro discos de estudio. Arrancaron con fuerza con “Mr. Brightside”, gran jugada para meterse al público en el bolsillo desde el minuto uno, y le dieron continuidad con “Spaceman”. “Smile Like You Mean It”, la versión de “Shadowplay” de Joy Division y “Human” cimentaron una actuación que alcanzó su mejor momento a mitad de la misma con “Somebody Told Me”. Desde entonces, buen ración de monotonía, hasta el bis en que Flowers se enfundó una camiseta en la que se podía leer “Vince” (se supone que en tácito apoyo al director del festival) y los fuegos artificiales con los que se cerró el concierto con “Read My Mind”. Justificaron su caché, aunque no nos resulten nada interesantes.

Y para recuperar algo la frescura en la jornada de los novatos, último paseo al Pringles FIB Club para ver lo que daban de sí CHVRCHES, el trío de Glasgow comandado por la adorable Lauren Mayberry, que en septiembre publicarán su debut, ‘The Bones Of What You Believe’. Y lo hicieron muy bien. En contraposición a lo vivido con AlunaGeorge, estos sí que tienen canciones con las que poder potenciar la delicada voz de Lauren. “Lies”, “Recover” o “Gun” sonaron frescas y sugerentes. Preparaos porque en 2014 nos hartaremos de oír su música y leer lo que escriban sobre ellos. Avisados quedáis.

Apenas hubo tiempo para más. Aguantar estoicamente MADEON para cumplir con el ritual de “El baile de los cisnes” en el Maravillas y despedirnos de amigos y conocidos esperando que se cumplan las promesas de cara a la vigésima edición, con el claro objetivo de ilusionar y recuperar a la parroquia española que ha apostado en los últimos años por otras, de entre las muchas y variadas propuestas existentes en la geografía ibérica. En sus manos queda dar ese cambio de rumbo necesario. Hasta 2014 Benicàssim.

4 pensamientos sobre “FIB 2013

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.