CARTA ABIERTA A DIEGO MANRIQUE
Escandaloso…
Primero vinieron a por los comunistas, pero como yo no lo era, no me importó. Luego vinieron a por los judíos, pero como yo no era judío, no protesté. Luego vinieron a por los homosexuales, pero como yo no compartía esa tendencia sexual, me dio igual. Ahora vienen a por mí, pero ya es tarde para rebelarse.
BERTOLD BRECHT
Acabo de leer la charla de Diego Manrique en Público y lo que ahí se cuenta es realmente escandaloso. La mierda no es de ahora, el mamoneo y la corrupción viene desde hace mucho tiempo. Carlos Tena se tuvo que ‘exiliar’ a Cuba, asqueado de un mundo tan infame. Lo que cuenta Diego Manrique de los padrinos de Ramón Trecet es de juzgado de guardia. Los enjuagues de algunos locutores, y su relación con la industria musical, no sé como calificarlo: Pura corrupción. CORRUPCIÓN DE LA PEOR ESPECIE: CORRUPCIÓN INSTITUCIONALIZADA !!!
Especialmente escandaloso me ha resultado leer que a la SGAE se la de gato por liebre en los listados de lo que se radia y luego se emita otra cosa, para favorecer los intereses personales de cada uno, normalmente trufados de sobornos, bien sea en especie o en metálico. Y que la empresa tuviera que hacer ‘catas’ (escuchas de los programas grabados) para saber lo que realmente estaba pasando. Hasta dónde puede llegar el nivel de la infamia.
La cultura convertida en producto de lujo, en mercancía ‘fashion’
Al final, de lo que se trata, por parte de los políticos sin escrúpulos, de los faraones y vampirones del gasto (como los padrinos de Ramón Trecet) es de empujar a generaciones enteras hacia el desencanto, hacia la apatía y el borreguismo… y que todo sea PRIVADO, exclusivo para el disfrute de la burguesía adinerada y sus cachorros.
Han convertido la CULTURA en un PRODUCTO DE LUJO, como quien posee un Jaguar, un Ferrari o un Rolls-Royce, y ya se han encargado bien de silenciar y mandar al ostracismo a toda aquella música y aquella cultura que fuera reivindicativa / combativa. Ya se han encargado bien de que al público mayoritario solo le llegue Radiofórmula Tóxica, Operaciones Truño, Factores X y detritus similares… Solo hace falta darse una vuelta por la periferia de las grandes ciudades para saber de lo que hablo, ni siquiera hace falta ya asomarse a las plazas de la España profunda para tomarle el pulso a la actualidad.
Como digo, este es ya un proceso muy viejo, en democracia empezó con toda la bestial maquinaria promocional en favor de los solistas y grupos más frívolos de la Movida,. con el objetivo de acallar a los rockeros urbanos y a los cantautores comprometidos con la causa social, que eran casi todos. En aquellos años había un gran boom y una enorme explosión de libertad y creatividad, por lo que les costó talar el árbol. Pero golpe a golpe, sin prisa pero sin pausa, desde entonces hasta ahora, bien que lo han tirado abajo. Desde finales de los ochenta, una larga cuesta abajo, interminable, y un infame proceso de degradación cultural, donde la industria musical -al final- ha salido machacada, triturada en los intereses espurios. Y como la música se fue degradando y perdiendo valor paulatinamente, el resultado final es que hoy los jóvenes se bajan los discos de internet, total, para que pagar por la basura, si ésta puede ser gratis.
Ya se han salido con la suya. Ya han conseguido su objetivo: amilanar al personal, que la cultura quede reducida para las minorías muy minoritarias, y el restó al redil: al botellón, al desencanto, a la alienación… a la pachanga, al pasodoble y al catetismo españolista de Paquito el Chocolatero, etc, aderezada ‘La Fiesta’ con el maltrato a los animales, al medio ambiente (y finalmente a las personas), tan ancestral rito en la cultura de este país.
Ya lo sentenció un célebre emperador romano, la cultura que se disfruta como privilegio, no es cultura, sino oprobio.
Vivimos un tiempo especialmente oprobioso. La conducción de masas ha funcionado y han llevado a la gente donde querían: al analfabetismo funcional. Veinte años con las televisiones (públicas y privadas) emitiendo mierda las 24h del día, marca a una generación, a una sociedad y a un país. Por supuesto, hay raras excepciones y programas divulgativos y culturales, que casi nadie ve. “Vivan las caenas” ladraron nuestros antepasados. «Sois esclavos sonrientes de la vallas publicitarias», cantaba Ramoncín hace dos décadas… y lo que ha llovido de desde entonces. Actualizando y sacándole brillo a las ‘caenas’, actualmente muy rutilantes y de diseño, cabría añadir: Vivan los consumidores zombies y los botelloneros satisfechos. Viva el hastío.
Y con respecto a Diego Manrique, mi solidaridad, pero dado que él (y todos nosotros) hemos sido testigos de tanto mamoneo, había que haber protestado y habernos ido a las barricadas mucho antes, en vez de estar tan apegado a la poltrona, cobrando a tutiplén del Estado y con sobres por debajo, de muchas discográficas y promotoras. Que cada uno se mire en el espejo y haga autocrítica. No hace falta que lo cuente Diego Manrique, cualquiera de los que nos dedicamos a esto, sabemos de lo que va la vaina. «No te preguntes por quién doblan las campanas, están doblando por ti, están doblando por todos nosotros…»
Lo dicho, «primero vinieron a por los comunistas…»