STRATOVARIUS – MYSTIC PROPHECY – TRACEDAWN
Los fineses tratan de recuperar a su publico a fuerza de clasicos
Stratovarius es una banda mitica para toda una generacion de heavies a los que nos coincidio nuestra adolescencia con la aparicion alrededor de mediados de los 90 de un par de discos irrepetibles, como fueron Episode y Visions, y en menor medida el anterior Fourth Dimension. A muchos, estos discos nos introdujeron en el metal y fueron un puente entre el metal mas clasico y el ochentero, y todo lo que vendria despues, que Stratovarius en parte generaron. la ola del power metal de los 90 y sus clones. Tambien fue para muchos la primera banda que fueron a ver tocar en directo, como quien va a una gran celebracion. Merecen por tanto un respeto por lo que significaron. Pero una banda de musica no puede vivir del pasado, y tiene que juzgarse por lo que es ahora y por lo que ha sido su historia posterior desde aquellos albumes hasta hoy. Cualquier conocedor de lo minimo de metal europeo sabe toda la leyenda negra de Stratovarius, ligada en gran parte a su guitarrista y compositor principal, Timo Tolkki, sus problemas psicologicos que a estas alturas hasta dudamos que tuviera y toda la sarta de escandalos con los que intentaron que se siguiera hablando de ellos cuando su musica empezo a hacerse repetitiva y a cansar a su publico inicial, que los abandonaba para profundizar mas en otros subgeneros del metal. Con todo ello, Stratovarius se planta en el presente en una curiosa situacion. sin Timo Tolkki en la formacion que repito era su principal compositor y lider durante sus años dorados pero presentando un nuevo album, Polaris, que quizas sea el mas cercano en espiritu y calidad a la etapa clasica de la banda, y siendo liderado ahora por Timo Kotipelto, cantante y miembro que fue expulsado durante un tiempo de la formacion. Es decir, sin Tolkki pero intentando demostrar que pueden volver a ser la banda que fueron, en calidad y profesionalidad. Sin embargo, es de suponer que con todos estos lios, por el camino han perdido gran parte de su publico, notoriedad e importancia en la escena metalera, y eso quedo claro el viernes en La Riviera, una sala que, por muy optimistas que fueran los promotores, todo parecia presagiar que se iba a quedar grande para el publico que iban a congregar. Y asi fue. En esta ocasion, y a pesar de poder excusarse por la hora temprana de la apertura de puertas, las 18.45, habia muy poca gente esperando a entrar, ni 100 personas, y durante los dos teloneros la cantidad de gente era tan escasa que se podria considerar un pequeno fracaso de convocatoria. Ademas, a mi me gusta juzgar el momento y la importancia de un grupo a partir del publico que acude a verlo, y en este caso habia algo muy claro. no habia gente muy mayor esos viejos rockeros ni gente muy joven los chavales que estan empezando y que suelen elegir los conciertos de las bandas mas famosas e importantes del momento, sino que la gran mayoria del publico se concentraba en un arco de edad muy concreto de 25-30 años. Es decir, casi todo el publico eran fans de la buena epoca de Stratovarius, que han vuelto a este concierto a intentar revivir lo que fue aquel momento. Esto denota que es una banda que no esta viva, que no interesa a las nuevas generaciones ni tiene un abanico amplio y variado de publico al que le interese lo nuevo que este haciendo ademas de lo antiguo, sino que es una banda que esta recogiendo lo poco que le queda del publico de sus buenas epocas. Por suerte, Stratovarius se ha sabido rodear en esta gira de sangre nueva, que aportaron variedad y calidad a la propuesta musical de la noche. Lo digo sobre todo por los primeros teloneros de la noche, la banda finesa Tracedawn, que se habian anunciado como los segundos en salir, pero supongo que se iran turnando los momentos de salida entre ambos teloneros durante la gira. Gratamente sorprendido me dejaron estos chicos, con una media de edad de 20 anos, que salieron al escenario con ganas tal vez con excesivas ganas, a darlo todo y a mostrar su propuesta de heavy-death metal accesible y moderno y presentando su segundo album Egoanthem. Quizas no era un estilo que pegara con Stratovarius y seguramente no gustaron a un sector de los fans de la banda principal, pero al menos sonaron decente y lo hicieron bien en el poco tiempo que tuvieron para tocar, apenas 6 canciones. Tras ellos y adornando el escenario con carteles propios con la portada de su nuevo album Fireangel, salieron a escena los segundos teloneros, Mystic Prophecy, una banda formada por gente de varias nacionalidades alemanes, griegos, hungaro. y que a pesar de no ser demasiado conocidos, tienen 6 albumes a sus espaldas, con un estilo que se acerca un poco mas al de los Stratovarius, ya que es un power rapido, algo mas pesados y con una voz menos aguda y mas rota, eso si. Ellos contaron con algo mas de publico, tampoco demasiado, aunque el sonido fue peor que Tracedawn, sobre todo el micro del cantante, que sono bajo y sin fuerza, y el guitarra Constantine, que tras unos cuantos temas, tuvo que dejar el escenario porque su ampli no funcionaba. Tras 9 o 10 temas propios, sobre todo del ultimo album, y para ganarse y terminar de animar a un publico que no les conocia en exceso, optaron por tocar una version siempre efectiva, el Paranoid de Black Sabbath. Una cancion mas y acabaron su actuacion, que no fue seguro la mejor que han dado en la gira. Y entonces si, como a las 9 y cuarto sono una intro orquestal para anunciar la aparicion en escena de Stratovarius. Para entonces habia bastante gente reunida ante el escenario, pero sin apretones y nadie mas alla de las barras de atras ni por los laterales, por lo que La Riviera no estaba ni a media entrada. Ni rastro en el escenario de pantallas con proyecciones, grandes despliegues de luz ni canones con fuego o confeti, tan habituales en los exitosos conciertos que dieron en esta misma sala cuando presentaron los albumes Destiny o Infinite. Solo un telon con el nombre de la banda y poco mas. Una vuelta a lo basico, que demuestra que saben que en algun sentido estan empezando de nuevo y que tienen que ser modestos. A este sencillo escenario salieron los miembros mas veteranos, comenzando por el teclista Jens Johansson y el bateria Jorg Michael, y los miembros mas jovenes y ultimos en incorporarse a la formacion, el excelente bajista Lauri Porra y el guitarrista Matias Kuopiainen, que ha tenido el papelon de sustituir desde hace año y pico al mitico Tolkki y estar al nivel. La intro dejo paso, ya con el cantante y lider Timo Kotipelto, al primer tema de la noche, Hunting High Low, el single mas conocido del album Infinite, que salio en 2000. Tras el siguieron Speed of Light, uno de sus clasicos del album Episode 1996 y The Kiss of Judas, del album Visions 1997. Con este arranque dejaron muy claro que sabian a quien tenian delante como publico y lo que se esperaba de ellos, es decir, no habian venido a tocar canciones de su nuevo album sino a tocar un setlist compuesto por canciones de hace minimo 10 anos, todos clasicos imprescindibles para los que los conocimos en los mayoritariamente considerados buenos tiempos de la banda. Y asi continuo el concierto hasta el final. Del nuevo album que venian a presentar solo tocaron Deep Unknown, Winter Skies y Forever is Today, y ni rastro de temas del anterior album llamado Stratovarius el mas criticado negativamente, por ser el mas oscuro compuesto por Tolkki, en una etapa bastante depresiva de su vida. El publico estuvo entregado durante todo el concierto, cantando, coreando y respondiendo en todos los temas. Los miembros de la banda, en cambio, se portaron de maneras diferentes. Vi muy bien a Timo Kotipelto, parece que se ha tomado en serio su papel de lider y como el frontman que siempre ha sido mantiene la atencion sobre el. Vocalmente no lo hizo mal, aunque no este en la forma de hace 10 años y teniendo en cuenta la exigencia en notas agudas de las canciones se puede decir que ha adaptado los temas a sus posibilidades actuales. Las dos nuevas incorporaciones tuvieron tiempo de mostrar por que eran los elegidos para formar parte de Stratovarius cuando llego el momento de los solos despues de tocar Phoe
n
ix, otro clasico del album Infinite. Ambos solos fueron largos en exceso si tenemos en cuenta que no son dos musicos tan famosos, pero supongo que necesitaban reivindicarse a si mismos como miembros de pleno derecho en la banda asi que Lauri Porra primero y Matias despues desplegaron todo su abanico de tecnicas a las 4 y 6 cuerdas. Nadie puede negar que Lauri Porra es un bajista magnifico, ademas de una persona sonriente y divertida, algo de agradecer en un escenario porque contagiaba ganas, y que Matias Kuopiainen es un digno relevo generacional de Timo Tolkki, tan concentrado como este en tocar bien. Mas serio y disperso encontre a Jens Johansson, menos bromista y atento al publico que en sus buenos tiempos, y no me maravillo cuando le toco mostrar sus capacidades en un pequeno solo de teclado ligado a Winter Skies. Por ultimo, quizas al que peor vi fue a Jorg Michael. Avejentado y algo gordo, con gafas de sol y badana, no estuvo nada fino en el concierto. Impreciso y con poca pegada, pudimos comprobar su tozudez cuando lanzo la baqueta al aire y cayo bastante lejos de su mano. En lugar de dejarlo, lo intento en repetidas ocasiones y la mayoria de las veces las baquetas caian muy lejos. Ya que es un alarde innecesario para tocar la bateria, no comprendo como siguio intentando el malabar cuando era evidente que no le salia. Se noto claramente la diferencia de ganas entre los nuevos miembros y el resto, que seguramente hayan preparado menos esta gira porque tenian ya los temas requetesabidos y la ilusion no es la de antes. El sonido general del concierto tambien fluctuo a lo largo de la noche. Empezo bien y termino mejor, pero hacia la mitad hubo un par de temas en los que al tecnico de sonido se le debio desajustar algo y sonaron embarullados y excesivamente altos, hasta hacerlos dificiles de escuchar. Tras el paron de los solos, hubo aun tiempo para ir mas atras en el tiempo y escuchar un temazo del disco Fourth dimension 1995 como es Against the wind y luego saltar al disco que supuso el comienzo del fin de Stratovarius para muchos, el Elements Part I y su tema Eagleheart Salida de la banda y vuelta para tocar los bises, que, claro esta, no incluyeron nada nuevo, sino que se centraron en dos imprescindibles en el setlist de la banda desde hace 15 años como son Forever y Father time, ambos del album Episode, y Black Diamond del Visions. Con esto se aseguraban dejar al publico, a su publico de siempre, con buen sabor de boca asi el publico les demostro su incondicionalidad canturreandoles y con numerosos aplausos, y asi terminaron, no sin antes alargar excesivamente la despedida pidiendo a la gente que contara de 1 a 4 en finlandes, varias veces. Algo antes de las 11 saliamos de la sala, con lo que el concierto habia durado 1 hora y media generosa, cumpliendo con lo esperado. En definitiva, un concierto para nostalgicos, entre los que afortunadamente me encuentro y por eso lo pude disfrutar, pero que dejo claro que es una banda en crisis de publico sobre todo y que va a necesitar mucha suerte y algun golpe de timon para volver a convertirse en la banda de referencia en el heavy europeo que fue hace ya unos cuantos años.