THE AUSTRALIAN PINK FLOYD

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Tributo a los legendarios PINK FLOYD

Hay una gran cantidad de grupos rindiendo tributo a los legendarios PINK FLOYD, pero THE AUSTRALIAN PINK FLOYD cuentan con el beneplacito de los componentes originales y hasta el mismo D.Gilmour quedo entusiasmado cuando les vio en directo. Esta banda se fundo en 1980 en Adelaida Australia, compuesta por diez musicos, aunque aqui comparecieron siete mas un trio de coristas femeninas, y su principal atractivo que se basa en la escenografia que acompana sus actuaciones, reproduciendo al milimetro las atmosferas psicodelicas de la mitica formacion britanica, ademas de utilizar material que en su momento usaron los autenticos FLOYD, asi que el grado de credibilidad es considerable. Ya estuvieron visitandonos el año pasado para recrear fantasticamente el magnifico The dark side of the moon, y para esta ocasion traian el espectaculo The wall, del cual representan en el mismo orden y de manera cabal, todos los temas contenidos en aquel eminente album, desde la maravillosa In the flesh, The thin ice, las tres partes de Another brick in the wall, esplendidamente secundadas por el trio de coristas, mientras iban proyectando imagenes acordes con cada tema, sobre la gigantesca pantalla rectangular, no tan espectacular como la circular que trajeron el año pasado y que sirve de apoyo visual. Mother o Goodbye blue sky con unos coros magistrales adquiriendo una presencia mas notoria, sobre unos teclados que parecian tener algunos problemas, pasando por Empty spaces o Young lust, hasta algunas piezas no incluidas en aquella joya como What shall we do o The last few Tricks, aderezada convenientemente, en la parte central del escenario, con un televisor, una lampara de pie y un sillon desde el cual Steve Mac nos encauza hacia el intermedio con la desgarradora Goodbye cruel World Tras un intermedio de veinte minutos, la segunda parte se abre como corresponde y siguiendo el orden con el hechizo de Hey you, Is there anybody out there, con los laser haciendo acto de presencia , Nobody home, en la que Steve vuelve a interpretar sentado en el sillon, junto a la lampara y el televisor, o en Vera donde ataviado con una bata blanca demuestra que sabe manejar con soltura el espacio escenico. Y asi una tras otra van desmenuzando aquella obra antologica Bring the boys back home, la fantastica Confortably numb, Show must go on o la sublime Run like hell con un derroche de luces sustancial para regocijo de las hidroelectricas. En el apartado de los bises un repaso a esos temas emblematicos que no podian faltar como Time, Great gig in the sky o esa pieza magistral que es Wish you were here, para completar ese viaje en el tiempo, convirtiendolo en la experiencia mas analoga a ver en vivo a los originales PINK FLOYD, sin que apenas se noten diferencias, y como estos ya se separaron consiguen mitigar el monillo de los fanaticos dejando volar un poco la imaginacion, aunque puestos a elegir nos quedamos con la actuacion del año pasado. Ah Por cierto, echamos en falta Money (claro, claro, no recordaba que estabamos en crisis).

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