BONNIE "PRINCE" BILLY – EL HIJO
Triunfo sin discusion del gran artista de culto de los ultimos tiempos
Pocos artistas de la actualidad poseen ese algo que diferencia a los genios de los buenos musicos. Will Oldham lleva ya muchos años demostrando que es una rara avis y que en cada esfuerzo discografico da una vuelta de tuerca, cuando parece imposible que siga sorprendiendo. Antes que de la apareciendo del Principe, disfrutamos de una agradabilisima velada con Abel Hernandez, EL HIJO, que con la desnudez de su guitarra acustica desgrano durante media hora buena parte de Las otras vidas, su primer larga duracion. Pero el momento mas emotivo, fue el homenaje al recien fallecido Sergio Algora, apenas veinticuatro horas antes, con una impactante version de El hombre bombilla de El Nino Gusano, acabada con un Viva Sergio Algora Que nos corto la respiracion a los alli presentes. Sin mucho ruido y apenas unos minutos despues subio BONNIE PRINCE BILLY con sus cuatro musicos de acompanamiento percusion, violin, contrabajo y guitarra y con Strange Form Of Life comenzo un delicioso paseo por el mundo del barbudo cantante. Desde ese primer momento se percibio que no ibamos a vivir una velada intima como en anteriores visitas sino mas bien una celebracion de la vida, sin estridencias, pero sin abocarnos al lado mas amargo que tienen muchos de sus temas. Buena parte de esta razon fue que su nuevo disco, Lie Down In The Light, fue el hilo conductor de la velada, sobre todo en su parte inicial donde sonaron Keep Eye On Others Gain, You Want That Picture y Easy Does It entre otras. Oldham jugueteo con diversas poses extravagantes, se remango los pantalones, jugueteo como si del duo Pimpinela se tratara con su violinista encantadora voz e incluso llego a rebuscar entre una bolsa de unos grandes almacenes para hacerse con una lata de cerveza. Genio y figura. Hay que destacar la correcta disposicion de un publico que apenas molesto con los habituales murmullos y es que la musica logro atraparnos a todos en una tela de arana de la que no salimos hasta que sono la ultima nota. Un artista tan prolifico tiene a su disposicion un repertorio amplisimo por lo que rescato joyas del pasado cuando firmaba como Palace, como I Am A Cinematographer o un increible Horses, que cerro antes de los bises, un tema de su proyecto Superwolf, Bed Is For Sleeping, pero tambien dando mucha cancha a uno de sus discos mas elogiados, The Letting Go. El concierto se paso volando y la puntilla final vino de la mano de una tremenda version de su clasico I See A Darkness, que arranco la mayor ovacion de toda la noche. El propio musico pidio perdon por ofrecer un concierto tan festivo, pero es que Oldham emociona en cualquier registro, por encima de su imagen de gasolinero de una estacion de servicio perdido en la Route 66 americana. Esta en disposicion de traspasar el umbral del culto al gran publico la sala Joy Eslava estaba practicamente llena, a pesar de competir ese dia con Hoodoo Gurus y The B-52s y es que seguro que el boca a boca funcionara tras observar al alto grado de satisfaccion del publico a la salida de la actuacion y es que se gano el sobresaliente.