GRAN BANDA MANDINGA

Empieza la diversión: una mezcla de ska callejero, punk y rock venidos directamente desde las Canarias, con letras ácidas y combativas.
Bajo ese maoísta título se esconde el primer trabajo profesional de este grupo formado hace casi diez años, que ha dado varias vueltas a las islas y que, todo parece, pueden dar el salto a la península en cualquier momento.
Al lado de los coros y las guitarras rockeras hay una interesante sección de viento, con dos trompetas, un saxo y un trombón, que agilizan el disco y le dan un punto festivo divertidísimo. En la línea de bandas de este jaez (se me vienen a la memoria los desaparecidos recientemente SKAPARRÁPID), su propuesta está muy clara: vamos a divertirnos, descojonándonos del poder y del status social impuesto. No hay grandes complejidades ni desarrollos instrumentales, y es precisamente este planteamiento directo el que engancha y da ganas de poner el disco en el reproductor cualquiera de esos días en que uno necesita una dosis extra de energía.
Hay temas más punks (“Mi kalashnikov y yo”) y otros ska acelerado, como “Usted”, junto con algunos que bordean el reggae al estilo POTATO, en “La condicional” o “1 de enero del ´94” o que se acercan a DECIBELIOS en “Identidad (la isla de cemento)”, denuncia sobre el salvaje desarrollo urbanístico de su tierra; alguno incluso en la línea de PORRETAS, como “Con la pata izquierda” y un curioso tema casi hardcoriano, con título asombroso: “CH.E.P.A. (Chiquito Esperpento de Personaje Andante). Se despide el disco con “Adiós”, un tanto más cercana al rock urbano y kalimotxero, dejando un buen sabor de boca, a diversión y denuncia.